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jueves, octubre 3, 2024
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Juez de San Diego rechaza, otra vez, la liberación anticipada de Benjamín Arellano Félix

El juez Larry Alan Burns, de la Corte Federal del Distrito Sur de California -con sede en San Diego-, negó, el 31 de enero de 2023, la liberación anticipada por razones humanitarias, que solicitó, el 7 de julio de 2022, el capo sinaloense Benjamín Arellano Félix, alias “Min” o “El Señor”, ex líder del Cártel de Tijuana, quien purga una condena de 25 años de prisión en los Estados Unidos y cuya fecha de salida de prisión está programada para el 28 de abril de 2033.

En una orden de 14 cuartillas, del caso número 97-CR-2520-LAB-1, el juez hizo énfasis en los crímenes cometidos por “Min”, de 69 años de edad, quien se encuentra recluido en una penitenciaría federal de alta seguridad para varones, ubicada en el condado de Lee, en Virginia, donde purga su condena.

“Como líder de la organización durante más de dos décadas, Arellano supervisó una vasta y lucrativa organización de narcotraficantes cuyos miembros se dedicaban a la tortura, el secuestro y el asesinato. Su liderazgo fue despiadado, vicioso e inhumano”, subrayó Burns.

“Uno de los dos cargos federales de los que Arellano se declaró culpable alegaba que dirigió personalmente el asesinato de 10 personas entre 1992 y 1997”, agregó el juez federal.

El 25 de abril del 2022, alias “El Señor” o “Min”, pidió a la Corte Federal del Distrito Sur de California, con sede en San Diego, revisar su caso, buscando se le otorgara la libertad condicional o, cuando menos, una reducción a su condena. Arellano Félix apeló a una ley que permite la excarcelación de reos por cuestiones humanitarias.

“Este honorable tribunal tiene facultades delegadas y suficientes para reducir la pena del señor Arellano”, escribió la defensa del capo sinaloense, quien también pidió al juez que lo condenó, tomarle como crédito el tiempo que pasó en prisión en México. El ex líder del Cártel de Tijuana fue detenido por elementos del Ejército mexicano el 9 de marzo del 2002, en la capital homóloga del estado de Puebla, y nueve años después fue entregado al Gobierno de EE.UU.

En el caso de Arellano Félix, sus 25 años de sentencia dictados en el 2017, comenzaron a correr a partir del 29 de abril del 2011, año en que fue entregado por las autoridades mexicanas a sus homólogos estadounidenses. En caso de que el tribunal federal cambiara de opinión y tomara en cuenta los años de reclusión en México que “El Señor” reclama, deberán reprogramar su salida para el 2027.

En su extensa moción, en la que el capo sinaloense habló de sí mismo en tercera persona, dijo que “El señor Arellano es un hombre que tiene un nuevo respeto por el Estado de derecho y entiende que todos los caminos en la vida, para bien o para mal, comienzan con un pequeño paso. Cuando elegimos el camino, elegimos nuestro destino”.

“A los 68 años, ahora las cosas son muy diferentes, pues camino en las manos de Cristo y con orgullo me dedico a mí y ayudo a quienes lo necesitan. Mi transición es en buena fe dándome la oportunidad de servir y cambiar mi vida. A través de esta petición, deseo exponer mi humildad, pues ya no soy más alguien inmaduro”, aseguró Arellano Félix, en la misiva que redactó desde su celda de la penitenciaría federal de alta seguridad, ubicada en el condado de Lee, en Virginia.

“El Señor” también apeló al argumento de la amenaza que representaba la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, a lo que los fiscales respondieron que esa no es una razón extraordinaria y convincente, ya que el acusado “está completamente”, inoculado contra la COVID-19, “incluida la vacuna de refuerzo”, y que el capo sinaloense no había demostrado que dicha enfermedad presentara un riesgo particular que justificara su liberación.

Otro motivo que Arellano Félix señaló para que lo liberaran, es que había logrado “un progreso significativo” en su rehabilitación, incluyendo su participación en más de 100 cursos vocacionales y educativos en prisiones federales, tales como programas sobre el consumo de drogas, el manejo de la ira y el estrés.

Sin embargo, respecto al encarcelamiento en territorio mexicano del capo sinaloense, Burns respondió, el 31 de enero de 2023, que cuando el Gobierno de EE.UU. presentó un pedido de extradición, “este cumplía penas separadas de prisión en México por dos delitos que cometió” en dicho país y había cumplido una de esas condenas antes de que lo trajeran a California.

Asimismo, respecto a la pandemia, Burns dijo que los casos de COVID-19 habían disminuido y que los 973 reos en el penal federal de máxima seguridad de Lee fueron vacunados. Además, el juez indicó que Arellano Félix ya contrajo el SARS-CoV-2 y no sufrió “episodios agudos” a causa de dicha enfermedad.

Al tocar el punto de la supuesta rehabilitación del capo sinaloense, Burns destacó que, “por sí sola, no es suficiente para que un tribunal reduzca la pena”, ya que “habiendo sopesado y rechazado las demás causales señaladas por Arellano para sustentar una reducción de sentencia, la Corte concluye que sus esfuerzos de rehabilitación no satisfacen el estándar legal de ‘extraordinario y convincente”.

Finalmente, el juez federal indicó que, de no haber sido por el acuerdo de culpabilidad que Arellano Félix alcanzó con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el ex líder del Cártel de Tijuana estaría purgando una cadena perpetua.

“A pesar del sentimiento de la Corte al dictar sentencia de que Arellano merecía un castigo mayor, considerando su edad actual, condición física y la expectativa de que cumplirá al menos una parte de su sentencia mexicana restante, su sentencia federal de 25 años continúa reflejando la gravedad de sus delitos federales y constituye un castigo justo sustancial […] El castigo total que Estados Unidos y México le han impuesto a Arellano también refuerza la percepción de que se deben respetar las leyes de ambos países”, señaló Burns.

El 7 de julio del 2022, los fiscales Randy S. Grossman y Joseph S. Green pidieron la Corte Federal del Distrito Sur de California -con sede en San Diego-, que rechazara la petición del narcotraficante originario de Culiacán, Sinaloa, de entonces 68 años de edad, para ser liberado “por compasión”, argumentando que los factores y circunstancias de los delitos que supuestamente cometió Arellano Félix, no respaldaban la reducción de la sentencia que el demandado acusaba.

Al recibir la moción de Arellano Félix, el juez federal Larry Burns ordenó a la Oficina del Defensor Público Federal estadounidense, que revisara las mociones y los documentos pertinentes para determinar si le debe nombrar un abogado defensor para “El Señor”. Sin embargo, el 27 de mayo del 2022, un defensor público le escribió al juzgador, que después de una revisión del material, no se recomendaba el nombramiento de un abogado para el capo sinaloense en ese momento.

Cuando el mismo juez federal sentenció a Arellano Félix en 2012, rechazó una solicitud para recibir un crédito de cinco años por el tiempo que ya cumplió en México. “Una sentencia de 25 años está completamente justificada […] Si lo tuviera en mis manos, impondría una sentencia más larga”, dijo Burns en ese momento.

El 7 de julio del 2022, la Fiscalía del Distrito Sur de California recordó al juez federal, en una respuesta de 19 páginas, que el capo sinaloense dirigía una organización internacional de drogas y, desde esa posición, “supervisó la importación de toneladas de narcóticos a los Estados Unidos; además de dirigir innumerables secuestros y asesinatos para promover al cártel”.

Grossman y Green alegaron que no hay nada “en el historial y las características del acusado que justifique, excuse o mitigue su conducta atroz”. Un tercer argumento de los fiscales señala la necesidad de disuasión, ya que liberar o reducir la condena de Arellano Félix daría un mal ejemplo a otros “de participar en estas actividades”, y una reducción de la sentencia del acusado no reflejaría su papel en la delincuencia organizada.

Aunado a la anterior, los fiscales californianos también recordaron al juez federal, que la liberación anticipada de Benjamín Arellano Félix “también socavaría el objetivo de proteger al público de la violenta conducta delictiva del acusado”.

Los jueces pueden conceder una reducción de la pena si encuentran “motivos extraordinarios y de peso”, siempre que la persona no sea considerada un peligro. Las razones típicas incluyen la vejez, una enfermedad terminal o circunstancias familiares “extraordinarias y apremiantes”. Sin embargo, “El Señor” no cumplía con ninguno de estos criterios, según argumentaron los fiscales californianos.

“El acusado dirigía un cártel internacional de drogas. Como líder de la organización, el acusado supervisó la importación de toneladas de narcóticos a los Estados Unidos y dirigió innumerables secuestros y asesinatos para promover el cártel. Por el contrario, no hay nada en el historial y las características del acusado que justifique, excuse o mitigue su conducta atroz”, señalaron.

El 4 de enero del 2012, después de ser extraditado a EE.UU. un año antes, “El Señor” se declaró culpable de los cargos de extorsión y lavado de dinero, además de que acordó entregar 100 millones de dólares como parte del trato. Bajo la declaración de culpabilidad, admitió ser el jefe de la organización de los Arellano Félix y usar la violencia, desde secuestros hasta asesinatos, para promover los intereses de dicho cártel.

El hermano menor, Francisco Javier Arellano Félix, alias “El Tigrillo”, fue sentenciado a cadena perpetua por su papel al frente del Cártel de Tijuana, pero la pena se redujo luego a 23 años y medio, por su cooperación mientras estaba encarcelado. No obstante, su información desapareció de los registros públicos de la Agencia Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés), por lo que se desconoce su paradero.

Otro hermano, Eduardo Arellano Félix, alias “El Doctor”, fue deportado a México en agosto del 2021, después de cumplir la mayor parte de su sentencia de 15 años en los EE.UU. y fue arrestado de nuevo de inmediato territorio mexicano.

Autor(a)

Carlos Álvarez Acevedo
Carlos Álvarez Acevedohttps://www.carlosalvarezacevedo.com
Corresponsal del semanario ZETA de Tijuana y del periódico Noroeste de Sinaloa, desde febrero de 2016. Durante varios años fungí como editor de opinión y jefe de redacción del diario digital SinEmbargo.
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