Incursionar en otros giros como la biotecnología y promover la llegada de industrias técnicamente más sofisticadas que generen empleos mejor pagados, son tareas a las que se enfocará el Consejo de Desarrollo Económico e Industrial de Tijuana (Deitac) durante la gestión de su nueva titular, Cristina Hermosillo Ramos.
La empresaria, que por segunda vez está al frente del organismo, considera que sigue siendo un reto integrar a empresas mexicanas a la cadena de valor de la industria global. Sin embargo, actualmente existe una oportunidad “muy buena, interesante”, de integrarse “no tanto en la etapa de producción, sino en la etapa de postproducción” en el ámbito del marketing, del diseño y el desarrollo de software para aplicaciones y el manejo de medios sociales. Actividades que generan empleos “buenos” y representan una oportunidad para que los jóvenes puedan sumarse.
En su opinión, los resultados de 2022 en materia de inversión en Tijuana son “un reflejo del nearshoring”. En 2022 la industria tuvo una absorción de 4.5 millones de pies cuadrados, y si Tijuana hubiera contado con más edificios, hubiera sido “igual o más” que en 2021, cuando se registró una absorción de más de 7 millones de pies cuadrados.
“El año pasado anunciamos 22 operaciones nuevas, de esas, cinco son Inversión Extranjera Directa y las otras contract manufacturing”, resaltó la dirigente de Deitac en entrevista con ZETA.
La denominación contract manufacturing consiste en que una industria global subcontrata a alguna empresa asentada en Tijuana para fabricar un producto. Desde hace 10 años Deitac trabaja con esta modalidad, en la que la inversión extranjera no necesita rentar un espacio, ni incorporarse al programa IMMEX.
La empresaria agregó que gran parte del trabajo de Deitac es cuidar a las empresas ya instaladas, “cómo le hacemos para que las empresas que ya están aquí sigan creciendo, sigan siendo exitosas y puedan migrar a procesos más interesantes”. En ese sentido, resaltó, es constante el trabajo con las distintas autoridades.
—En su primer periodo en 2015, Usted señalaba que la inseguridad era un inhibidor para la captación de más inversión. En este nuevo periodo se habla de otros inhibidores como la falta del agua, de energía, de personal, de vivienda asequible para ese personal. ¿Cómo lo ve y cómo enfrentarlo?
“Inhibidores sí hay, y siguen siendo similares a los que había anteriormente, pero estamos trabajando. De hecho, ahorita el grupo de Desarrollos Industriales está preparando información para dar a conocer todos los desarrollos nuevos que vienen para la ciudad. Agua, luz, digo, a lo mejor no están tan abundantes como lo estaban anteriormente, pero no es nada más un problema de Tijuana; es un problema recurrente en otras plazas del país. Creo que tenemos la ventaja de nuestra ubicación, que también hace ocho años era una ventaja, y seguimos teniendo un sector industrial muy maduro”.
— ¿Considera que al menos en esta administración ya se instalaron los pilares en educación para que se dé esa industria que genere empleos mejor pagados? ¿Qué haría falta?
“Creo que la industria se mueve más rápido que las instituciones no sólo en México. En mi última gestión me tocó estar en un evento de biotecnología en San Diego, donde las empresas hablaban de que los planes de las universidades se tenían que actualizar para estar a la par con los nuevos dispositivos. Si hay una ciudad donde las instituciones van a hacer todo su esfuerzo para adaptarse y hacer que se cumplan con las necesidades de la industria, o abrir la oportunidad a los jóvenes, es en Tijuana, porque tenemos ejemplos como CETYS, UTT, UABC, con las que nosotros también trabajamos”.
Acorde con Cristina Hermosillo Ramos, el Gobierno Federal está enfocado en promover el sureste para atraer inversión, pero tomará años lograrlo, ya que se necesita un ecosistema, proveedores de servicios y gente que conozca la industria de la manufactura.
“Todo eso ya lo tenemos en Tijuana y en el norte del país, y les llevamos muchos años de ventaja. Aparte, el mercado natural de mucha de la industria sigue siendo Estados Unidos y California. Y desafortunadamente el mercado interno, si hace ocho años se veía la posibilidad de atacar un mercado interno que estaba creciendo, ahorita no es necesariamente el caso. Yo no pienso, desafortunadamente, que el poder adquisitivo de los mexicanos esté incrementándose para realmente ver a México como un mercado potencial”, puntualizó.