Basada en la novela homónima de Martín Solares, la película “Los minutos negros” transporta al México de los 70, donde Vicente Rangel (Leonardo Ortizgris), un músico convertido en detective, intentará resolver uno de los casos más oscuros: el de un asesino serial de menores en un pueblo petrolero del Golfo de México.
Con actuaciones de Sofía Espinosa, Carlos Aragón, Kristyan Ferrer, Enrique Arreola y Mauricio Isaac, la obra de Mario Muñoz, filmada en Veracruz, tendrá su estreno el 25 de enero en la plataforma Vix+, tras sumar reconocimientos de la industria cinematográfica.
“Una de las razones para hacer una película del pasado es hablar sobre el presente, porque de otro modo se vuelve una reliquia. Tanto a Martín en el libro, como a mí, nos interesaba explorar ese momento donde se empezaron a generar estas historias que en aquel momento eran chocantes. Ahora son comunes, la violencia hacia las mujeres, periodistas, desapariciones, corrupción. Lamentablemente seguimos rodeados de esa negrura”, indicó a ZETA el cineasta, cuyo nuevo retrato adule a la contemporaneidad de un sistema corrupto.
“Era importante señalarlo, hablar de estas cosas, desde dónde empezó esa línea y qué ha pasado. Nosotros hacemos la matemática de la audiencia, en decir que volvemos a esos años de violencia de los que no hemos salido y se pone cada vez peor. En el país nos quedamos con una herencia complicada; qué hacemos con la violencia, con esta corrupción en los sistemas, este mugrero tremendo. A cada quien le toca explorarlo, decidir qué hacer cuando enfrentas esta maquinaria en tu propia vida, de eso va la película”, enfatizó Muñoz, premiado como Mejor Largometraje Narrativo en la edición 2022 del San Diego Latino Film Festival.
Descrita como un film noir mexicano y tropical, arraigado en una novela ricamente imaginada, “Los minutos negros” describe la complejidad y relación del heroísmo y el sentido de justicia. “Son conceptos complicados, poco claros, es difícil decir ‘se hizo justicia’ y que haya una enorme satisfacción, pero si matas a uno de los malos ¿hay ese sentimiento? ¿Qué pasa con todas las vidas que se perdieron en la historia? Si hay un acto de venganza ¿hay satisfacción? Creo que la cuestión de justicia es una pregunta que tiene muchos matices y maneras de verlo, no es una moneda de dos caras. La película intenta abordarlos dejando una sensación de lo compleja que es la respuesta sin tratar de simplificar. En la vida no hay finales felices, hay momentos. Es un reflejo de cómo veo la vida, la justicia y que no es algo tan unidimensional o una respuesta binaria. Es una barbaridad, la historia nos alcanza, se vuelve a contar y hace a esta producción más contemporánea y más presente que nunca”, finalizó el también director de la cinta “Bajo la Sal” (2008).
