“Habría que recalcar que Don Benito nunca fue ni ateo ni antirreligioso…”
-Jesús Gómez Fregoso, S.J. Benito Juárez, guadalupano anticlerical
1531. A ocho años del quinto centenario del encuentro entre México y la Madre de Dios (Juan Diego y la Virgen de Guadalupe), la Morenita del Tepeyac sigue presente en la cultura.
Podríamos reflexionar: ¿Qué nos dice hoy Nuestra Señora? ¿Qué hay de ella? Una de las aportaciones culturales postcovid es la revelación de Carlos Lazcano Sahagún en su obra Kino en California, presentada en la FIL de Guadalajara (2021), en la que aprendemos que la primera misión del jesuita Padre Kino, fue en abril de 1683: Nuestra Señora de Guadalupe de las Californias. Los misioneros italianos Eusebio Kino y Juan María Salvatierra (Cartas del P. Salvatierra, Loreto. Miguel León Portilla) pasaron tiempo de su vida en la gran Ciudad de México, venerando a la Guadalupana en su ermita.
Para Chihuahua, y para México, tanto como para la península bajacaliforniana, Lazcano significa mucho en sus aportaciones, sobre todo en el ámbito internacional con los descubrimientos de la mina de Naica de los cristales gigantes, y la cascada más grande de México (500 m de caída). El andariego ensenadense va por su libro número cincuenta, muchos de ellos dedicados al Estado más grande del país. Y sin ser académico, es profesional en la historia y sobre lo que escribe.
Este 2022 falleció en Guadalajara el padre “Chuchín”, Jesús Gómez Fregoso, jesuita del ITESO y la UdG, autor de Benito Juárez, Guadalupano Anticlerical, editado por el Semanario de Cultura Mexicana (2006), y que sirve para conocer más del tema Guadalupano.
“Nuestra Señora de Guadalupe” sigue entusiasmando a las personas; el relato original entre Juan Diego y la Señora y Niña Mía, lo refiere (Nican Mopohua). Juan Diego se esconde, pero ahora sí que se le apareció la Virgen. Por aquello del dicho de “se te va aparecer Juan Diego”.
Como persona débil y sencilla, el indio mexiquense quiere salvar el alma de su tío Juan Bernardino, que está enfermo en casa, y deja la encomienda de la virgen, en busca de sacerdote que confiese a su pariente. Es la Madre de Dios quien le consolará para ejemplo nuestro.
“Que no se perturbe tu rostro, tu corazón; no temas esta enfermedad, que aflige, que agobia. ¿Acaso no estoy aquí, yo que soy tu madrecita? ¿Acaso no soy la razón de tu alegría? ¿No estás en mi regazo, en donde yo te protejo? ¿Acaso todavía te hace falta algo? Que ya no te aflija cosa alguna, que no te inquiete, que no te acongoje la enfermedad de tu tío. En verdad no morirá ahora por ella. Esté en tu corazón que él ya sanó”. (Nican Mopohua, paleografía y versión al castellano y Tonantzin Guadalupe.Miguel León Portilla, FCE).
Al referirnos al Guadalupanismo campesino pensamos en lo más difícil de vivir en religión, dar testimonio, imitar a Cristo. El pastor bautista Martin Luther King encarna el cristianismo en la lucha por los derechos civiles y da su vida por ello; I Have a Dream.
Habrá que agradecer a Dios por la persona de César Estrada Chávez, originario de Yuma, Arizona, y que a través de la no violencia activa al estilo del jalisciense Anacleto González Flores (mártir mexicano), y del mismo Mahatma Gandhi, Chávez entregará su salud, su persona, su vida, por mejorar los derechos de los campesinos norteamericanos, en especial de los latinos y filipinos. Es un catolicismo guadalupanismo con incidencia en la vida cultural, social y política de los trabajadores del campo (los farm workers).
Seamos consecuentes. En los 1960’s los braceros o campesinos no tenían derechos: ni seguro, ni horas extras, ni agua, ni sanitarios. Stuart A. Kallen, escribirá su libro We Are not Beats of Burden, No somos bestias de carga en español (Twenty First Century Books). Y refiere en un apartado cómo en los torneos, convivencias, protestas, para la NFWA o Asociación Nacional de Trabajadores del Campo, la Virgen de Guadalupe siempre tiene enorme significado religioso, social y político.
Nos lo explica Santiago el Apóstol: muéstrame tu fe sin obras, que yo por mis obras te mostraré mi Fe. La Fe sin obras, es una Fe muerta.
Con la calentura de la muerte de John F. Kennedy y su hermano Edward (Senador demócrata), en 1963, a César Chávez el FBI y la CIA, le acusaban de comunista, a lo que el bue hombre decía: Cómo puedo ser católico, y ser comunista.
César Chávez es un ejemplo auténtico de lo que se refería el Papa Pablo VI en cuanto a que la mejor corona que le podemos dedicar a la Virgen María es nuestro amor a Dios y al prójimo, en la justicia y servicio a los demás, sobre todo a los campesinos a quien tanto siguen sirviendo Chávez y la Unión Campesina.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali.
Correo: saeta87@gmail.com