“Nunca le cuentes demasiadas cosas de ti a los demás. Recuerda que, en tiempos de envidia, el ciego comienza a ver, el mudo a hablar y el sordo a oír”.
-Antiguo adagio.
La Masonería o Francmasonería -como también le llaman- es una Institución de carácter iniciático, filantrópico, simbólico, filosófico y humanista, con una gran estructura fundada en el sublime sentimiento de la fraternidad.
Se dice también que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad, el estudio filosófico de la conducta humana, las ciencias, artes, el fomento y desarrollo social y moral.
Algunas personas han tenido la inquietud de saber cómo se ingresa a la Masonería; no hay una forma estipulada para describir el ingreso de una persona a esta Institución, pues la realidad es que esta es una decisión libre, individual y responsable. La Masonería no hace ningún tipo de proselitismo, por lo que cualquier solicitud debe emanar de la voluntad y el conocimiento de cada solicitante.
Por lo tanto, aclaran los versados sobre esta tema que es una Institución absolutamente abierta todas aquellas personas interesadas en saber sobre el tema de la Masonería, ya sea por una simple curiosidad, porque conozcan a un amigo o incluso un familiar que pertenezca a una logia, o porque saben y conocen de personas o personajes de la historia que formaron parte de esta institución (ejemplos; Mozart, Víctor Hugo, Benito Juárez García, Simón Bolívar, Bertrant Russel, Lázaro Cárdenas Del Rio, Salvador Allende etc.).
Hasta donde sabemos, lo que sí se requiere es cumplir con algunos ciertos y determinados requisitos, como son:
a.- Ser una persona libre, puesto que la solicitud de iniciación a la Masonería ha de ser consecuencia de la innata libertad individual, lejos de toda presión, influencia o dependencia o circunstancia que la coarte;
b.- Ser una persona de buenas costumbres; es decir, digna de confianza, honrada en su vida privada, en su forma de trabajar, y de buena reputación;
c.- Creer en un principio superior o “Causa Primera de todo lo creado”, al que comúnmente se le denomina como Dios, y que los masones, respetando siempre la libertad del individuo ante cualquier creencia particular, nombran como Gran Arquitecto del Universo; y
d.- Además, para ser miembro es preciso ser varón, haber cumplido 21 años, sin distinción de nacionalidad, grupo social o religión; tener una mínima capacidad de comprensión de los conceptos filosóficos de la Orden y disponer de una “ciencia, arte, oficio, profesión o renta” que le permitan una independencia económica.
Destacan dentro de algunos de sus principios fundamentales de su código moral masónico los siguientes: Haz el bien y deja hablar a los hombres; habla respetuosamente a los grandes, prudentemente a tus iguales, sinceramente a tus amigos y con ternura a los pobres; escucha siempre la voz de tu conciencia; respeta a las mujeres; y muere antes de deshonrarlas. Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias por el depósito que te confía, porque en adelante, tú serás para ese niño la imagen de la divinidad; haz que hasta los 10 años te tema, hasta los 20 te ame, y hasta la muerte te respete. Hasta los 10 años sé su maestro, hasta los 20 su padre y hasta la muerte su amigo.
Benigno Licea González es doctor en Derecho; actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de B.C.
Correo: liceagb@yahoo.com.mx