El 4 de noviembre, un hombre aún no identificado fue asesinado a balazos en el entronque de Calle Segunda y Carrillo Puerto en la Zona Centro de Tijuana, otro quedó lesionado en la escena; dos sicarios huyeron en una motocicleta negra con morado.
El día 5, en la calle Bardot del fraccionamiento Villas del Real, matones motorizados acribillaron a un sujeto que circulaba en un auto. Los homicidios continuaron el domingo 6, cuando motosicarios le quitaron la vida a Marco Antonio Álvarez, quien estaba en la calle Emilio Sola del fraccionamiento Los Altos.
Fueron tres ataques armados con el mismo modus operandi en los primeros seis días de noviembre, sin detenidos.
“Soy tirador”, expresó Cristian Ernesto Morado Sotelo, de 29 años, al ser capturado mientras viajaba en motocicleta portando una mochila con la leyenda Didi Food, mientras repartía droga en la colonia Gabilondo y sus alrededores hasta el Cañón de la Pedrera en Tijuana.
El 5 de noviembre, fue intervenido por elementos de la Policía Municipal en Gobernador Rico y Avenida Miguel Alemán. Además de las 46 dosis de cristal y dos envoltorios mayores de marihuana, Morado estaba en posesión de un arma de fuego calibre 9 milímetros abastecida con ocho cartuchos útiles.
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En una revisión primaria, realizada por la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal de Tijuana, informaron que de enero a la primera semana de noviembre del año en curso, se han registrado 51 operativos criminales a bordo de motocicletas, los cuales resultaron en 24 homicidios, 23 en lesiones y cuatro de esos ataques tuvieron un muerto y un sobreviviente baleado.
Como el caso de Morado, otros 55 sujetos han sido capturados durante el presente año, 34 por repartir droga en moto, otros 12 por portar armas, uno con orden de aprehensión pendiente y tres por robo. Las detenciones han sido en Playas, El Florido, Cerro Colorado, La Presa, Los Pinos, Sánchez Taboada y Santa Fe.
No existe una célula o cártel que use exclusivamente homicidas con este vehículo, como “Los Motonetos”, peligrosos sicarios de San Cristóbal, Chiapas, quienes apenas el 8 de noviembre quemaron automóviles, hicieron destrozos en edificios públicos y disparos al aire, amenazando a uniformados para exigir la liberación de uno de sus cabecillas capturado el 28 de octubre.
En Baja California, este tipo de ataque se están cometiendo usualmente Tijuana, con mayor frecuencia desde 2018, pero en el presente año han ido al alza. “En medio del congestionamiento vial, usan motos más por un tema de movilidad”, afirmó un investigador.
“Lo hacen de todos los cárteles, Sinaloa, Jalisco, Arellano. Y en toda la ciudad, aunque con más presencia en la Zona Centro, Zona Este, San Antonio y Santa Fe. Los horarios más comunes son de 10 am a 6 pm”, detalló un integrante de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y Seguridad.
Estos asesinos ejecutan agresiones directas, usualmente van dos hombres en una moto y los acompañan otros asesinos en autos. “Muchas veces son detenidos, los testigos los identifican, pero quedan en libertad porque no se encuentran las armas, los cómplices se las llevan antes de que salgan huyendo”, indicó un policía.
En general, los victimarios huyen protegidos por los casos y la velocidad, sin ser identificados. Para contrarrestar estos hechos, la Policía Municipal de Tijuana estableció puntos de control vial, la orden es dar prioridad a revisar a quienes circulan en motocicleta; también asignaron elementos en motos cimarrones -más ligeras que las de tránsito- para patrullaje operativo en las zonas de más difícil traslado: Centro, La Mesa, Centenario y Otay. Pero son pocas, y aún no reciben recursos para asignarlas en otras delegaciones.
El mes pasado, Tijuana acumuló un importante número de víctimas de sicarios motorizados: el 2 de octubre asesinaron a Manuel López Díaz; el 4, a José Antonio Heredia mientras circulaba sobre José María Velasco en Zona Río; el 22, en la colonia Azteca le dispararon y lesionaron a Ricardo Hernández Apodaca en la colonia Azteca; el día 24 hirieron de bala a César Barrón en la calle Zapote del Florido I; el 26 hirieron a Carlos García en el fraccionamiento Mariano Matamoros; y el 30 de octubre ultimaron a José Rodríguez González en la colonia Obrera Segunda Sección y a Juan Carlos Soto Dávila en la colonia Cuauhtémoc.
DISFRAZADOS DE REPARTIDORES
El jueves 20 de octubre, dos sujetos a bordo de dos motocicletas de modelo viejo, una de color arena, y otra blanca -con lonchera de Uber Eats y otra lonchera blanca- asesinaron en la colonia Gabilondo, a Roberto Alejandro Mendoza Zepeda, cantante del grupo de corridos, Los Mendoza, además de estudiante de Derecho en la UABC.
El 8 de agosto, en la colonia Parque Potros, Delegación Cerro Colorado, otro sujeto, aparentemente disfrazado de repartidor de comida, acribilló a Ángel Elpidio Navarro y a otro hombre no identificado.
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Otra víctima de un pistolero que llegó en moto aparentando ser repartidor de pizzas fue abatida el 17 de julio en El Pípila, su nombre era Néstor Roberto Camacho. Y el 11 de febrero, dos matones a bordo de una moto con lonchera de Uber Eats mataron a Aarón Sepúlveda González en Las Huertas.
Consultadas las autoridades operativas e investigadores, revelaron que “todo indica que los homicidas no son trabajadores de las plataformas o empresas que reparten comida”, pero en las carpetas de investigación existen registros de oficios en los cuales la FGE pregunta a las empresas, pero no hay evidencia de las repuestas.
“Primero, ser muy respetuosos de la investigación que lleva la FGE, nosotros detenemos, ellos verifican si esas personas trabajaban o no en las plataformas”, reveló el secretario de Seguridad Municipal de Tijuana, Fernando Sánchez.
En caso de que sea positivo, “tal vez tener un acercamiento con estas empresas para revisar sus mecanismos de reclutamiento y su seguimiento, para que esas personas realmente se dediquen a lo que se tengan que dedicar y no estén utilizando como fachadas estas oportunidades que se brindan para ir a entregar comida o medicinas a domicilio, para que estén cometiendo otro tipo de delitos”.
Asimismo, “analizar con ellos, cómo pueden tener un mayor control en estos procesos que brinden seguridad y certeza al ciudadano de poder utilizar Uber o Didi, y que no vas a tener un problema de seguridad”, concluyó el funcionario municipal.
POCOS DETENIDOS
Contrario a lo sucedido en la mayoría de los casos, el 12 de mayo, después que fue asesinada Aylin Mora Félix y lesionado el hombre que la acompañaba mientras salían de un popular mercado de alimentos en el fraccionamiento Villafontana, los atacantes a bordo de una motocicleta con lonchera de Rappi Food fueron detenidos de manera incidental.
Primero, se percataron que un grupo de militares circulaba en las inmediaciones de la zona, después, el conductor perdió el control de la moto mientras huían, derrapó y los militares capturaron a Axel Jesús Aispuro Villegas y Sergio Iván Martínez en posesión del arma con la que fue asesinada la mujer; se negaron a declarar y fueron vinculados a proceso.
En el mismo mes de mayo, el día 15 se registraron las dos capturas más recientes: el veracruzano Christian Alfonso Quiroz, de 35 años, y el tijuanense Jorge Armando Sánchez Robles, de 42, en posesión del arma con la que minutos antes habían asesinado -a bordo de una moto- a Saúl Balbuena, de 60 años, en el área común del restaurante El Camarón Loco, ubicado en la Sección Monumental de Playas de Tijuana, donde laboraba.
Mientras eran perseguidos, los presuntos delincuentes bajaron de la motocicleta Vento modelo 2020 color negro y oro, intentaron subir y huir en un vehículo Honda CR-V 1997 color negro, placas de California 4PRJ512.
“En el lugar de la detención se observan dos cascos de motociclista, una peluca y en el interior del vehículo, en el suelo entre los pedales y el asiento del conductor, un arma de fuego tipo pistola color negro” que resultó positiva con la muerte de Balbuena y no se había usado antes en ningún otro crimen. Los detenidos se negaron a declarar y tendrán su próxima audiencia el 22 de noviembre.
Los otros dos asuntos que implican homicidas motorizados fueron considerados de alto perfil en la FGE:
* Adrián Nicolás Ramos, alias Octavio Monzón Guerrero “El Uber”, detenido como autor material del asesinato del fotoperiodista Margarito Martínez, cometido el 17 de enero de 2022. El día del crimen, el matón llegó a la escena con una mujer que le sirvió de halcón y le cuidó la motocicleta en la que huyeron. La mujer no fue procesada y “El Uber” continúa bajo proceso.
* Por el homicidio del agente de la FGE, Felipe Sánchez Amézquita, ocurrido el 16 de noviembre de 2021 en Los Álamos, fueron detenidos Luis Ángel “N” y Jesús Ángel “N”, luego que el segundo regresara a la escena del crimen a recoger el celular que se le había caído, mientras los peritos e investigadores trabajaban la escena.
VARIOS HOMICIDIOS, MISMA ARMA
La revisión de homicidios en moto permitió detectar que una pistola usada el 22 de mayo de 2021 por matones motorizados para asesinar a Julio César Partida en la calle Tercera de la Zona Centro fue usada también para matar a:
Jonathan Flores Zavala el 31 de marzo del mismo año en Calle Melchor Ocampo de la Zona Centro; a Miguel Gil Torijano y a otro masculino en Zona Río el 7 de abril; a un hombre en el Cañón del Padre el 24 de abril de ese año; a Armando González dos días después, el 26 de abril, en Zona Norte; y a otro sujeto no identificado el 3 de mayo en la misma área.
En ninguno de estos casos, han identificado a los presuntos responsables.
MUERTOS Y LESIONADOS
De acuerdo a las estadísticas, en 2022, Zona Centro y La Presa contabilizan nueve ataques en moto cada una, siendo las delegaciones que más agresores con este tipo de vehículo han registrado a la fecha.
Les siguen Playas de Tijuana, con cinco; Centenario, Florido-Mariano y San Antonio de los Buenos, cuatro cada una; Sánchez Taboada, La Mesa, Los Pinos y Cerro Colorado reportan tres cada una; en tanto Mesa de Otay y Natura, una por demarcación.
Entre las víctimas mortales de los sicarios dobles en moto, está Próspero Medina Avilés, ex policía que se adhirió al Cártel Arellano Félix y posteriormente acribillado el 9 de agosto en las inmediaciones de la Garita de Otay.
También: Gerardo Malagón el 1 de marzo, Antonio Salvador Álvarez el 14 y Ciro López Medina el 20 del mismo mes; en abril, Erasto Guerrero el día 9, Gonzalo Zepeda el 21, Leonel Vaca Ramos el 23; Jesús Alfredo Manjarrez el 8 de mayo; Víctor Alberto Ortiz el 15 de junio; así como en julio, Gilberto Astorga el 12 y Óscar Gaxiola el día 30.
En agosto se acumularon: Carlos Rubí y Eduardo Álvarez el día 4; Isidro Aguilar el 15; Efraín Herrera el 19 y un triple asesinato el 25: Alberto Barajas, Joshua Frías y Adriana Casillas; para concluir con el homicidio de Jesús Prado el 31 de agosto.
A Edrid Pérez, le quitaron la vida el 9 de septiembre y a Carlos Aldaco el 16 del mismo mes. Además, hay varias víctimas no identificadas, y los nombres de víctimas sin presunto responsable identificado, continúan acumulándose.
REGULAR LAS MOTOS
Evidencias lo confirman: los asesinos en moto son difíciles de distinguir y de detener, particularmente en un Estado y municipio, sin educación vial, con insuficientes vialidades, donde el control del tráfico y el tránsito es casi inexistente, y las motocicletas y sus choferes tienen muy pocos controles.
No es poco común ver a dos personas sobre una moto circular, con o sin placas, con o sin chalecos, con o sin casco, atravesándose entre los carros, sin respetar el Reglamento de Tránsito y sin ser detenidos, ni siquiera después de cometer homicidios.
En países como Colombia, que padecen este fenómeno criminal desde tiempos del Cártel de Medellín de Pablo Escobar en los 80, llegaron a impedir un segundo pasajero en las motos, y en caso extremos, prohibir el traslado de pasajeros masculinos en este tipo de vehículos. Tales limitantes ya no existen, sin embargo, apenas el 17 de octubre, el periodista de investigación Rafael Emiro Moreno Garavito fue asesinado por sicarios que se movilizaron en motocicleta.
En BC, ni los poderes Ejecutivo, Legislativo o autoridades de seguridad, han empezado a analizar el problema, por lo que no existen medidas de tácticas coordinadas para combatir este modus operandi que sigue creciendo.
Mientras el secretario de Seguridad de Tijuana, Fernando Sánchez, sugiere no generar psicosis.