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lunes, marzo 25, 2024
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Unos cuantos de Pepito

Pepito se está bañando y desde la regadera grita:

— ¡Mamá, ya no hay champú!


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“Usa el mío entonces”.

— ¡No puedo!

“¿Por qué?”.


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— ¡Porque dice que es para cabello seco, y ya lo tengo mojado!

 

* * *

Muy enojado, el padre de Pepito reclama:

— ¿Le dijiste a tu hermana que es tonta? ¡Ve y dile que lo sientes!

“Hermanita, ¡siento que seas tan tonta!”.

* * *

La profesora en clase:

— Pepito, has llegado tarde a la escuela toda esta semana. ¿Sabes lo que eso significa?

“Sí maestra, ¡eso significa que hoy es viernes!”.

* * *

Pepito llega contento a su casa:

“¡Mami, mami! Escribí una composición que conmovió a la maestra.

“¿En serio? ¿Cómo lo sabes?”.

— ¡Porque me dijo que daba pena!

* * *

El profesor se acerca a Pepito:

— Sabes muy bien que no puedes dormir en mi clase.

“Lo sé, profesor. ¡Podría dormir si no hablara tan alto!”.

* * *

Días después, el profesor felicita a Pepito:

— Me alegra ver que has mejorado la letra.

“Gracias, profe. Ahora va a poder ver lo mal que está mi ortografía”.

* * *

Con una sonrisa en la cara, Pepito exclama:

— ¡Mamá, mamá! ¡Aprendí a escribir!

“¿Y qué escribiste?”.

— ¿Cómo voy a saber? ¡Te dije que aprendí a escribir, no a leer!

Autor: Siempre Jaimito.

 

Elecciones en el Infierno

Una señora muere y llega a las puertas del Cielo, donde se encuentra con San Pedro:

“Bienvenida al Paraíso. Antes que te acomodes, te comento cómo es esto. Lo usual aquí, es hacerte pasar un día en el Infierno y otro en el Paraíso, y luego podrás elegir dónde quedarte por toda la eternidad”.

San Pedro la acompaña al elevador y baja hasta el Infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y delante del mismo están todos sus amigos y otros más. Todos bien vestidos y muy contentos.

Corren a saludarla, la abrazan y recuerdan los buenos tiempos. Juegan un partido de golf y por la noche cenan juntos en el restaurante del club, con langosta como plato principal.

Comparten la noche con hermosísimos y liberales jóvenes muy bien portados. Se encuentra también al diablo, un tipo muy simpático que se divierte contando chistes y bailando.

La pasan tan bien que, antes que la mujer se dé cuenta, es hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y la saludan mientras sube al elevador.

Se abre la puerta y llega al Cielo, donde San Pedro la está esperando y le informa:

“Ahora es el momento de pasar un día en el Cielo”.

Así que ella pasa 24 horas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Ya estaba aburrida cuando después del tiempo transcurrido, San Pedro va a buscarla:

“Ya pasaste un día en el Infierno y otro en el Paraíso. Ahora debes elegir para toda tu eternidad”.

La señora toma un momento de reflexión y responde:

“Bueno, el Paraíso ha sido descansado, pero creo que he estado mejor en el Infierno; elijo el Infierno”.

Así que San Pedro la acompaña hasta el ascensor y otra vez baja hasta el Infierno.

Cuando se abren las puertas del elevador, la mujer se encuentra en medio de una tierra desierta, cubierta de desperdicios. Ve a todos sus amigos tristes, vestidos con harapos, recogiendo inmundicias y metiéndolas en bolsas negras.

El diablo la alcanza y le pone un brazo en el cuello. La señora balbucea:

“No entiendo. Ayer estuve aquí y había bellos jóvenes, un campo de golf y un club. Comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un lugar desértico, lleno de porquerías… y mis amigos parecen unos miserables”.

El diablo la observa, luego sonríe y dice:

“Ayer estábamos en campaña. ¡Hoy ya votaste por nosotros!”.

Autor: Anónimo de equis partido político de guinda.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
Gabriela Olivares Torres Gabriela Olivares Torres GabrielaOlivares 10 gabriela@zeta.com
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