Para el ex gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, el candidato presidencial de la oposición no debe emanar del Partido Acción Nacional, instituto político que por criterio porcentual posee preferencia para definir candidaturas. A su modo de ver, el contendiente tiene que surgir del perredismo, de donde derivó Morena, actualmente al frente del Poder Ejecutivo. De ahí que el militante perredista se asuma como el indicado para hacerle frente en 2024 a cualquiera de los aspirantes que postule el oficialismo al máximo cargo de elección popular.
“Dice el dicho que para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo, y yo sí conozco de dónde vienen las corcholatas, como les llama despectivamente el titular del Ejecutivo federal, y sé de qué pie cojean”, aseguró el michoacano en entrevista con ZETA.
“Para competirles a ellos difícilmente va a ser alguien del lado derecho, porque es muy sencillo ver cómo está la configuración y las preferencias electorales, si el candidato es del PAN se va a quedar con esa franja pro panista, pero el voto de las otras fuerzas políticas (PRI y PRD, cuyas filas) son más centro izquierda, se van con Morena”, manifestó.
En opinión del político, la estrategia de los partidos opositores, centrada en “confrontar permanentemente el discurso del Presidente”, no ha funcionado. “Veo a los líderes del PAN que le ponen toda la enjundia y demás, y no pasa nada”, remarcó.
A la senadora panista Lilly Téllez, quien igualmente pretende buscar la presidencia, la describió como “dura y directa”, con el pormenor de que (desde distintos ámbitos) “no la posicionan como una carta fuerte”. Expuso que el resto de presidenciables de la oposición “lamentablemente no pintan”.
Sobre su propio parecer de cómo consolidar una candidatura rentable, Aureoles se limitó a decir que debe apelarse a “ir al encuentro de la sociedad civil, de los sectores más lastimados por la actitud o la política pública del gobierno en turno (Iglesia, empresariado, mujeres, entre otros)”.
Añadió que con una plataforma de esa naturaleza, él procurará buscar el “voto oculto”, anidado en quienes en 2018 votaron por Andrés Manuel López Obrador y que para 2021 recularon en su perspectiva de apoyar el movimiento oficialista de la Cuarta Transformación, lo cual se reflejó en una disminución de 30 a “20 millones” de votos (aproximadamente).
El ex alcalde de Zitácuaro observó que la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo y el secretario de Gobernación, Adán López Hernández, dos de los presidenciables que destacan como “favoritos” de López Obrador, “son los menos armados para una competencia” y sólo “le apuestan a la cercanía” con el primer mandatario.
Del titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, igualmente presidenciable, reconoció que es “el más armado, el más empacado”, con la diferencia de que no es “el favorito, favorito del Presidente en turno”.
Vaticinó que en caso de que ex jefe de Gobierno de la CDMX no logre erigirse como el abanderado de Morena, “puede haber una ruptura muy fuerte en ese núcleo”. De manera que “todavía van a pasar muchas cosas y eso hay que aprovecharlo”, planteó.
Desde que se pronunció por asumir la candidatura de “una gran alianza opositora” (el 5 de octubre de 2022), Silvano Aureoles ha recorrido el país en el ánimo de congregarse con sectores de la población. El viernes 21 de octubre arribó a Tijuana para refrendar su pretensión de disputarle el poder a Morena en 2024.
Asentó que él quiere que “las cosas cambien” en el país, y que con todo y que conoce bien al primer mandatario Andrés Manuel López Obrador, su forma de gobernar “resultó más grave” de lo que había imaginado. Atribuyó a AMLO experiencia “en la confrontación diaria, en la polarización, en la estigmatización”, pero cero competencias “en la atención de los problemas del país”.
Finalmente, señaló que el mandatario utiliza “el recurso público para comprar voluntades” y justifica esa modalidad como “aportaciones para la causa”.
Por lo que a él respecta, sólo a su paso como senador (2007-2011), poco antes de la constitución de Morena, a los integrantes de su grupo parlamentario (PRD) se les quitaba entre 10 y 15% para apoyar “la honestidad valiente que encabezaba” López Obrador. “Esas incongruencias lastiman mucho, pero al final cada quien tendrá el juicio de la historia”, remató.
