Apuntará la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica por fortalecer las historias cinematográficas mexicanas, buscando que éstas le hablen al público, con el fin de competir con creatividad, riqueza cultural, relatos, biodiversidad, y locaciones frente a la oferta hollywoodense. Una incubadora de guiones será la apuesta del productor Avelino Rodríguez, nuevo presidente de Canacine
De la mano de la campaña “La fiesta del cine”, réplica de otros países, que implica motivar con bajos precios ($29 pesos) a asistir a salas de cine (5, 6 y 7 de septiembre), el productor y cineasta mexicano Avelino Rodríguez, inició su gestión al frente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), misma que dijo recibir en un momento de unidad y apertura para construir valores entre exhibidores, distribuidores, y productoras.
“La idea es cuestionarnos cómo hacer mejores historias, y no solo enfocarnos en la exhibición, sino gestar un equilibrio hacia la materia prima, buscar mejores guiones, certificaciones, y ver cómo acercar nuestro cine a todas las audiencias. Para ejemplo ‘La fiestas del cine’ que llega luego de sobrevivir la pandemia, e ir mejorando la tendencia en la taquilla que, si bien, no es una varita mágica, es una iniciativa con la que año con año iremos construyendo públicos, juntos, todos los exhibidores y distribuidores”, precisó Rodríguez a ZETA.
En entrevista con este Semanario, el titular de Canacine aseguró que la gente está regresando al hábito de ir al cine: “Estamos lejos de la tendencia del 2019, pero entendemos que la industria cinematográfica está en otro momento, sin tantos estrenos secuenciados, enfocada en los blockbusters; pero, por otro lado, hemos visto la oportunidad para estrenar cine mexicano con una oferta más robusta, multicultural, y una nueva generación de asistentes”, señaló.
Sobre el porqué solo cinco películas mexicanas en promedio se vuelven representativas en taquilla, observó: “Definitivamente hay que reconocer que la génesis de una película es el guion, y ese proceso no ha estado tan cuidado; no hay responsables a quien señalar, y como industria cinematográfica no nos hemos ocupado. La idea de Canacine es poner herramientas al alcance, asesores con experiencia, porque ya no se trata de filmar películas y que queden bien hechas, sino priorizar que las historias sean a prueba de balas”.
“Es necesario ser incluyentes, y las comedias románticas que suceden en tres colonias de la Ciudad de México pueden tener un espacio, pero al mismo tiempo hay que pensar en acomodar las narrativas con la enorme riqueza de historias, cultura, biodiversidad, ciudades, y sociedades”, explicó.
Referente al rigor fílmico, los costos de producción, y entre estrenar en salas o streaming, puntualizó: “Aquí hay un fenómeno global que es presionar los costos. Como en cualquier cadena productiva, si se presiona, también salen afectados los ingredientes, en este caso los insumos; cuando el 70 por ciento de los gastos operativos terminan en personas, y si no les inviertes en capacitación, sueldos, no vas a obtener lo mejor… y por ende las películas no le van hablar al público, y durarán menos tiempo en cartelera”.
“Ojo, obligar que las tengan más tiempo no hará que la preferencia del público cambie. Algo en lo que podemos trabajar son las estrategias de marketing. Hollywood sabe llevar al público a las salas, y nosotros tenemos que entender la naturaleza de nuestro propio producto para que dentro de todo el mercado al que nosotros podemos acceder seamos los más eficientes”, advirtió.
Sobre los planes de Cananice a corto plazo, Avelino Rodríguez enfatizó a ZETA que su prioridad es la incubadora de guiones, así como la gestión de competencias laborales y entrenamiento, impulsar el retorno de los públicos a salas, motivar el consumo de cine mexicano, y mantener a la industria cinematográfica como líder en la exportación de servicios, y adaptarse a la Era Digital: “Hoy los productores tenemos dos segmentos: el de dar servicio a plataformas de streaming y el de desarrollo de propiedad intelectual. Lo que termina por suceder es que empieza a haber mayor ventana para la producción; es lo que a mí me parece que genera hoy una escasez de recursos y en el futuro una industria mejor preparada; creo que sirve para entrenar bien el músculo y poner bien el ojo en lo que vas a llevar a cines”.
“Es un cambio de paradigma, una transformación en la industria mundial, donde la gente ahora -adicional al ir al cine- consume mucho contenido en casa. El tiempo de las personas es el que está en juego, y es por el que pelean los exhibidores, quienes tienen que ver cómo retornarlos a las salas”, concluyó.