En México existen más de 315 mil personas dedicadas a la enfermería; los mexicanos tenemos una deuda moral y material con este ejército de ángeles que seguramente tienen generosidad ejemplar para ser como son y del que aprendemos solidaridad y empatía.
¿Méritos? Dedicación, diligencia en administrar medicamentos oportunos, tomar signos vitales, canalizar en vena, convencer a pacientes de su cooperación, entubar oxígeno, asear a pacientes y sus camas, coordinarse con los familiares, llenar controles con datos de cada paciente, intervenir en casos de emergencia. Salvar a muchas personas inválidas, de la tercera edad, infantes, hombres y mujeres. Pero sobre todo, que traen nobleza en su rostro, al comunicarse, presentarse, alegrar y animar. Algunas irradiaban felicidad. Es admirable el oficio más humano en la tierra.
Pero más allá de su presentación y proceder impecable, tienen jornadas de 12 horas, incluyendo los fines de semana, de su función vital. Pregunte sobre sus compensaciones semanales. No se puede creer. Dar lo mejor de una persona para recibir tan poco es canallada de la sociedad y la alta burocracia (y la pasividad de su sindicato).
El 14 de julio ingresé al hospital del Issste. Permanecí 17 días en el H. Fray Junípero Serra. La opinión de los médicos es que probablemente había “piedras” (así llaman a unos granitos que, acumulados, tapan la bilirrubina). “Cosa fácil de 30 minutos con procedimiento de endoscopia y salía caminando al día siguiente” afirmaron.
No hubo piedras ni fue fácil la solución; las limitaciones del hospital son muchas, sus recursos pocos. Sabemos las graves carencias y crisis de la salud pública por una política de privatización en la etapa de barbarie de la salud por 4 décadas del PRIAN, que lucran excesivamente -sin piedad- con la vida y la muerte. Solo cuente usted los modernos y enormes hospitales privados frente a los obsoletos y abandonados hospitales públicos; salta el clasismo, los privilegios y la intolerable injusticia en salud.
Para muestra, la copiosa construcción de rascacielos en Tijuana, todos prácticamente privados, para un mercado extranjero o de clase media alta, ninguno del gobierno ni en beneficio de la población desvalida en educación, salud o justicia. Un constante río de capital en inversión privada de cientos de millones de dólares en clínicas, hospitales, hoteles, departamentos, oficinas, pero poco o nada para el sector social o público.
Esto marca el enorme desequilibrio del déficit fiscal, la carencia de inversión pública y la concentración de recursos que operan en el mercado de capitales y que se llevan sus ganancias fuera de México. ¿Por qué Tijuana sigue cargando sus grandes problemas de la mayoría ciudadana sin atención debida? Urge un nuevo Hospital General y un Issste novedoso, completo y moderno.
Expreso mil gracias a médicos y enfermeras, de parte de muchos pacientes que quizás no puedan expresar su gratitud al papel del personal del Issste, la enfermería, los galenos especialistas de las ramas de cirugía y medicina interna, el personal todo del nosocomio camilleros, seguridad, administrativo, cocina y el aseo mismo.
Vivir 17 días en el hospital abre los ojos; se valora la calidad humana que tiene quienes laboran en enfermería y lo crucial de sus tareas, que implican una extraordinaria sensibilidad ante el dolor y enfermedades. Con vocación, paciencia y responsabilidad atienden a decenas de pacientes las 24 horas los 365 días.
El 50% del personal de enfermería trabaja en dos instituciones o más para salir adelante. Si el Estado tiene auténtica voluntad política de revitalizar la salud pública en México (factor de productividad) como lo prometió el Presidente, urge revalorizar al personal médico, modernizar equipos, construir hospitales.
PD.- El salario mensual que reciben en enfermería del Hospital Excel, en Baja California, es aproximadamente $8,723; representa un 9% menos que la media nacional y el oficial $11,939. La información proviene de tres fuentes: empresas, usuarios y empleos en los últimos 36 meses. ¿Existe la Secretaría del Trabajo?
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com