Quien no termina una cuando ya quiere la otra, es Jaime Bonilla Valdez. El reincorporado senador de la República enfrentará una nueva controversia, ahora sí presentada por el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, para impugnar su regreso a la Cámara Alta, y ya anda haciendo campaña entre los suyos, al modo, para lograr en 2024 la candidatura a la alcaldía de Tijuana. Justo ese año terminaría su encargo en el Senado, si es que lo conserva. Y, aun cuando suena obvio, con su nuevo capricho impediría la reelección de Montserrat Caballero Ramírez, al tiempo que, de lograrlo, incrementaría el nivel de su pleito político con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda. Aunque quizá en Morena lo repriman, pues no ha logrado ninguno de sus tres últimos propósitos políticos en ese partido: no pudo colocar en la candidatura a gobernador a su delfín, Armando Ayala -fue derrotado por Marina-; no logró ser coordinador de campaña de la actual gobernadora y tampoco obtuvo, aun cuando la presumió, la Subsecretaría de Gobernación, con lo que pareciera que sus bonos políticos en Morena van a la baja. Por eso -dicen- Bonilla no descarta hacer candidatos a los suyos…. pero en el Partido del Trabajo.