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martes, abril 23, 2024
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Reacomoda cine su ecosistema

En medio de un clima adverso, la necesidad del contacto humano que provoque retos y emociones que alimenten el cine, y ante un futuro incierto frente al panorama digital que propone plataformas de streaming, el séptimo arte sobrevive a inminente acomodo evidenciado en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), encuentro fílmico que festejó su primer cuarto de siglo de abonar al bienestar del cine nacional

Enviado Especial/San Miguel de Allende, Guanajuato. Teñido de plata y tradición fílmica, forrado de cuero, pasión esmeralda, murales que atestiguan su historia, la magia de un pueblo insertado en las montañas y el aroma a fresas, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) figura como gestor y sobreviviente de una industria que le festeja con amor y glamur sus primeros veinticinco años de existencia, de provocar acercamientos fílmicos, encuadres colectivos, retratos, miradas y tributos a pilares de su ecosistema, entre ellos la actriz mexicana y nominada al Oscar, Adriana Barraza, además de estrenos nacionales tales como “El año de la radio”, de Samuel Kishi.


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En una radiografía del ecosistema fílmico nacional y los 25 años de existencia del GIFF, Sarah Hoch, titular del encuentro cinematográfico, señaló a ZETA:

“Impresiona la forma ahora de hacer películas, el esquema es muy diferente. Hay mucho más quehacer, pero también más dificultad para producir óperas primas ante tanta demanda de contenidos de las plataformas que es complicado conseguir talentos, porque ya todos están haciendo algo para Netflix, Amazon, Disney. Hoy es una incógnita en redes sociales y de ver todo en ellas, y en el cine mexicano está la duda que, si lo que quiere la gente es ver algo rápido en TikTok, contar sus verdades a través de filtros, o disfrutar de todo un recorrido y la experiencia única del cine”.

GIFF, gestor y sobreviviente

Desde la reflexión de Hoch, “todos los que hacemos cine queremos que mucha gente vea las películas, sin embargo, el ecosistema fílmico continúa transformándose. Sabemos que existen tres caminos: Uno, mandar las películas a los festivales para buscar ser seleccionados. Dos, tener un distribuidor y que la película logre estrenarse en cines, pero también es un camino que no se sabe si pueda lograr, o si cuando se estrena va a durar una semana y después va a ir a cinetecas para recuperar algo de la inversión. Y tres, las plataformas digitales, el streaming que es muy tentador, pero, por otro lado, es un sacrificio, porque ya no tienes una proyección en salas de cine, ya no recorren los festivales de cine, y muchas veces la cinta se pierde en un catálogo de mil producciones”.


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Por su parte, la destacada productora mexicana Mónica Lozano, homenajeada en GIFF con la Cruz de Plata y la Musa de la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión por sus 25 años de experiencia en la industria fílmica, apuntó: “Indudablemente, el reto es muy tremendo, primero, porque todavía no logramos que el público regrese a las salas de cine por el tema de la pandemia, surgieron las plataformas y están buscando su espacio en el mercado. Después está la transformación de televisión de paga y abierta, y están los cambios por video bajo demanda, que tú puedes elegir qué película, contenido, proyecto ver, y no tienes que estar limitado a sólo una oferta supervisada organizada por un tercero”.

Siendo uno de los pilares del ecosistema nacional cinematográfico, Lozano destacó:

“El nivel de exigencia se ha vuelto mayor, comparas los contenidos porque precisamente tienes acceso a muchos de ellos. Hay un momento de transformación, acomodo, sin duda, los festivales son espacios de encuentro, reflexión, promoción, formación e impulso a proyectos que son fundamentales, y más actualmente, cuando estamos necesitados de regresar al contacto humano, que nos provoquen emociones, retos, satisfacciones, dolores, que es parte de lo que se alimentan las artes, cultura y el cine”.

La también productora de “Amores perros” (2000), de Alejandro González Iñárritu, y “Voces inocentes” (2004), de Luis Mandoki, se refirió al escalado de la competencia entre streaming y cine en el mundo.

“La ventaja es que México es un gran consumidor de contenidos audiovisuales y de producción cinematográfica, hay una tradición del quehacer, desde que se inventó el séptimo arte en el país, se crea cine, tenemos a los mejores técnicos y artistas que compiten con los mejores del mundo, tenemos condiciones dadas muy importantes, ¿por qué no aprovecharlas?”, planteó Mónica Lozano.

Blanca Guerra

Sumándose a la discusión, la primera actriz Blanca Guerra, quien también fue reconocida por el GIFF y la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, acotó: “Nos preocupa la desaparición del cine como tal, tenemos que defenderlo más, hacer campañas, porque el quedarse en casa en las plataformas, aunque sean producciones cinematográficas, películas y no nada más series, no hay como las cintas filmadas para la pantalla grande, y eso hay que pelearlo. También pensemos en las cadenas como fuentes de trabajo, son distintas, los complejos de las salas cinematográficas no deben desaparecer.

“Habemos quienes preferimos las historias brillando en las pantallas de salas oscuras y deben prevalecer, sería dolorosa su extinción, y aunque escuché que Netflix quiere edificar sus propios complejos para distribuir sus contenidos, espero que los públicos no se acostumbren al streaming, y que no nos olvidemos del arte cinematográfico, sin concesiones ni complacencias”, agregó la protagonista de “Santa Sangre” (1989) y “El Imperio de la Fortuna” (1986).

Para Arcadi Palerm-Artis, quien estrenó su ópera prima “Oliverio y la piscina” y se erigió en las categorías Mejor Película Internacional y Mejor Director en el Santa Fe Film Festival 2022, anexó:

“Uso la analogía de la ópera, la ópera con el cine no se acabó, pero dejó de ser de las masas, ya no era de todo mundo y creo que el cine como tal va a ir hacia allá, como una cosa de experiencia. Las plataformas son fenómenos tecnológicos que transforman la cultura y no hay a nadie a quien culpar, hacia allá evolucionamos”.

Lejos de considerar un futuro ambiguo, el GIFF apuesta por las tradiciones cinematográficas, los encuentros del gremio e historias que reflejan la identidad y cultura, convirtiendo el festejo en una acción invaluable.

 

Alza voz contra estereotipos

Tributada con la Cruz de Plata del del Festival Internacional de Cine de Guanajuato por 50 años de trayectoria, la primera actriz Adriana Barraza, nominada al Oscar por su actuación en “Babel” (2006), de Alejandro González Iñárritu, alzó su voz contra los estereotipos atribuidos a histriones mexicanos morenos en cine y televisión:

“El año pasado inició el movimiento anti racista Poder Prieto, que denunciaba la normalización de que en el cine, televisión y teatro, los actores morenos ocupen roles de bajo perfil, trabajadores y delincuentes. Evidentemente Televisa y la mayoría de la televisión quieren modelos para su pantalla, y muchos fueron obligados a transformarse, operarse, con tal de tener el trabajo”.

Foto: Cortesía/Adriana Barraza

La actriz de “Bingo Hell” (2020) sentenció:

“Mientras no cambie el concepto de quiénes somos en la industria televisiva o cine, no cambiará nada por más que levantemos nuestra voz, es el momento de hablar”.

Coherente en su proceder y hablar, “hay que tratar de visibilizar el sufrimiento de grupos de personas, en este caso, los que somos morenos, y no están estereotipando. Me preocupa ser una mujer coherente, y si yo hablo de evolución, me preocupa ser la primera en serlo”, abundó a ZETA Barraza, quien dijo recibir un inmenso regalo tras ser seleccionada por González Iñarritu en “Babel”.

“He podido tener la carrera que tengo, y como mujer mexicana nominada al Oscar, me puso en mi lugar, tuve las puertas abiertas para tener posibilidades de trabajo, y afortunadamente nadie en mi trabajo me ha dicho ‘ay, pinche mexicana, es gordita, chiquita y está viejita’. Hay que entender que en México habemos güeros, blancos, colorados, morenos, morenos claros, y no deben estereotiparnos”, puntualizó la maestra Barraza.

 

Tecnología visual, el presente del cine

En el marco de la vigesimoquinta edición del GIFF, el tijuanense Gabriel Sebastián Reyes (iDigital Films) presentó la conferencia “iDigital: Producción Virtual Más Allá de las Fronteras”, dando muestra cómo en el panorama virtual, producciones como “The Mandalorian” (Disney+) dejan de lado la interacción entre equipos fílmicos.

“Es una herramienta que tiene muchas ventajas, pero también plantea un estilo visual. Siempre en el arte ha habido herramientas, habrá personas que digan que no les gusta porque no tiene tangibilidad, pero es un tema de elección. Hoy en día con esta tecnología podemos hacer que el cine se vuelva una manera más fácil de realizar, tener locaciones que quizás en el aspecto real son difíciles de conseguir, por cuestión de permisos o presupuesto”, enfatizó a ZETA el director.

Bajo ese ecosistema tecnológico cinematográfico y desarrollo de realidad virtual, el expositor replanteó el equilibrio entre el cine tradicional y la experiencia de la producción en el metaverso, así como la oportunidad de cineastas independientes por integrarse a esta tecnología.

“La producción virtual es muy buena oportunidad para directores independientes, porque estamos en etapa de prueba en el cine. Al estar en etapa es más barato, pero cuando el metaverso madure, será más costoso, y habrá un exceso generalizado de producción independiente en tres o cinco años”, vaticinó.

Autor(a)

Víctor Delgado
Víctor Delgado
Víctor Delgado Víctor Delgado V Delgado 2158 adiran_88@hotmail.com
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