María y Luisa son dos enfermeras que se encuentran en el pasillo de un hospital:
— Luisa, ¿cómo estás? ¿A dónde te diriges con ese termómetro?
“¿Cuál termómetro? No llevo ninguno”.
— El que llevas en el moño.
“Si allí tengo el termómetro, ¿dónde habré dejado el lápiz?”.
Autor: Anónimo del HGT.
Jaimito
La maestra de Jaimito le asigna una tarea para el día siguiente. Al llegar a clases:
— Buenos días, comenzaremos a revisar la tarea. A ver, Juanita, tu tarea.
“Aquí está, maestra. Es un bosque con una pequeña ardilla y unas aves”.
— Muy bien, Juanita, muy bello. A ver tú, Rafael. La tarea.
“Es un desierto con cactus y culebras”.
— ¿Y tú, Jaimito? Tu tarea.
“Aquí la tengo, maestra” (entrega una hoja en blanco).
—¿Qué es esto, Jaimito? ¡Está en blanco!
“Mire, maestra. Esto es una vaca comiendo pasto”.
— ¿Y dónde está el pasto?
“Se lo comió la vaca”.
— ¿Y la vaca dónde está?
“Se comió el pasto, y como se acabó, ¡fue a buscar más!”.
Pepito en la biblioteca
— Por favor, quiero un libro de intrigas. ¿Cuál me recomienda?
“Hay uno muy bueno en el cual un hombre que asesina a la esposa, los hijos y el perro, y la Policía no logra saber quién es”.
—¿Y cómo se llama el libro?
“El libro se llama ‘El mayordomo asesino’”.
Autor: Jaimito.
Pregunta capciosa
En clase, un profesor pregunta a un alumno:
— A ver, Juanito, ¿cuántos ojos tenemos?
“Ya le digo, déjeme pensar… Cuatro ojos, profesor”.
—¿Cómo que cuatro ojos, Juanito?
“Sí, profesor, tenemos cuatro ojos. Usted tiene dos y yo tengo dos”.
Autor: Jaimito y Pepito.
Juegos de palabras
Dos pepinos se encuentran en el camino y ven a un tomate pasar.
—¿Lo invitamos a tomar café?
“No, él sólo toma té”.
* * *
Un hombre entra a una agencia de empleo.
—¿Tiene algún empleo para mí?
“Podría ser. ¿Le interesa de jardinero?”.
—¿Cómo dejar dinero? ¡Pero si lo que yo necesito es tener dinero!
Autor: Maestro de español.
Adivinanza
Llama un amigo a otro por celular:
—¿Dónde andas, Pepe?
“Te lo diré en tres palabras: Sol, arena y refresco”.
—¿Estás en la playa?
“No, estoy en el trabajo. ¡Soy albañil!”.
Autor: Maestro de obra.
Misterios de la selva
Dos animales se encuentran en la selva:
— Fíjate que yo soy un perro-lobo, pues mi padre era perro y mi madre una loba. ¿Y tú?
“Pues yo soy un oso-hormiguero”.
Autor: Un zootecnista.
Guacamole
— ¡Mamá, mamá! En el colegio me llaman guacamole.
“¡No digas tonterías, Nacho!”.
Autora: Mamá muerta de risa.
Tan, pero tan…
Este era un hombre tan, pero tan pequeño, que pasó frente a una pastelería, se le hizo agua la boca y se ahogó.
* * *
Era un hombre tan, pero tan lento, que cuando quiso agarrar caracoles se le escaparon de las manos.
* * *
Era una mujer tan, pero tan delgada, que se puso un vestido de 100 rayas y le sobraron 99.
* * *
Era un niño tan, pero tan chiquito, que una vez se subió a una canica y pensó que había conquistado el mundo.
Autor: Un exagerado.
Cuentitos
Dos amigos se encuentran en una fila del cine y uno de ellos comenta que su esposa se encuentra haciendo una dieta desde hace cuatro semanas. El otro amigo pregunta cuánto ha perdido y el primero responde que sólo tres semanas.
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Un amigo le cuenta a otro que la “Quinta Sinfonía” de Beethoven fue dedicada al padre de éste. El otro pregunta cómo sabía eso. El amigo le dice que es obvio porque comienza “para papaaa…”.
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Una mujer va a un adivino y le dice que quiere conocer el futuro, a lo que al adivinador pregunta que de cuál verbo.
Autor: Lector entretenido.
Unos cuantos cortitos
— Amor, ya no me escuchas cuando te hablo.
“Cualquier cosa, no tengo mucha a hambre”.
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— Buenas, venía porque quiero que me gradúen la vista.
“Pues hace usted bien, ¡porque esto es una ferretería!”.
* * *
—María, ¿has ido alguna vez a un laberinto?
“No”.
— Pues no sabes lo que te pierdes.
* * *
Un médico le pregunta a su paciente si ha seguido el consejo de dormir con la ventana abierta para mejorar su asma, a lo que responde que el asma sigue igual… lo que ha desaparecido es el reloj, la televisión, la computadora y la cartera.
Autor: Mejor así lo dejamos.