Antes del 22 de junio
se disparó el mercurio;
acá en el árido occidente
ya le anda a la gente.
A como se ve y se siente,
será un verano muy caliente,
molesto y desesperante;
buscamos la sombra refrescante.
A más de 30° Centígrados
el sol lanza sus rayos
quemantes y dañinos
(y a punto de morirnos).
Son más de 90 días cálidos,
en Mexicali están acostumbrados;
acá en Tijuana andamos desesperados,
pues vivimos en tierras templadas.
Buscamos el roble, el pirul y palma;
el que a buen árbol se arrima,
buena sombra le cobija
en época veraniega.
Las albercas se llenan de visitantes;
el mar del Pacífico: otra fuente
de alivio a este verano
que desespera al humano.
Es tiempo de hidratarse
y el cuerpo mantenerse;
agua natural, suero,
cerveza o refresco.
Aparecen en verano
y muy temprano
los rayos del sol al este;
luz ultravioleta se va al oeste.
El mercurio alto se mantiene
en este caluroso trimestre
que se alarga hasta octubre (o más),
el mes de -y día de- brujas.
El agosto de vender bebidas
ha llegado; tomen sus medidas,
pues zona desértica y árida
es la Baja California de mis días.
Aparecen las féminas en bellas prendas
y a dos o tres hombres sorprenden;
los monumentos físicos se lucen
para embellecer donde se presenten.
Ay de mí, verano tijuanense.
Subió el mercurio y no la pensé,
¿voy al Pacífico o al Mar de Cortés,
dos bello mares que dan calidez?
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.