Decesos y accidentes se manipulan en carreteras federales, mientras Los Cabos reporta cifras que no reflejan la realidad. El corazón turístico de la península destaca por la ausencia de seguridad vial
Los siniestros viales se han convertido en el pan de cada día de los habitantes del municipio de Los Cabos. La falta de cultura vial, de aplicación de leyes y programas enfocados en la prevención, así como la educación en seguridad ha desembocado, según especialistas, autoridades y activistas, en un problema grave de mortalidad por accidentes en el principal destino turístico de Baja California Sur.
Análisis comparativos de la Dirección de Tránsito Municipal de Los Cabos exponen que tan solo entre el 1 de mayo y el 16 de junio se registraron 131 siniestros, que dejaron un saldo de cuatro personas fallecidas y 16 lesionados.
Las estadísticas que han proporcionado las autoridades municipales a medios de comunicación indican que entre enero y mayo se registraron mil 79 accidentes automovilísticos.
Las cifras del Consejo Estatal de Prevención de Accidentes (Coepra) indican dos cosas importantes: Los Cabos es el municipio con el problema más grave de mortalidad por siniestros; además, existe una la falta de información por lagunas que hay entre corporaciones de seguridad y rescate.
La titular del Coepra, la doctora Ana María Apodaca, enfatiza que la situación es grave. En el último reporte completo con el que cuenta la instancia expone que en Baja California Sur se ha reportado un incremento constante de las muertes por accidentes vehiculares.
Los últimos 10 años han dejado el nivel más elevado. De acuerdo con el perfil de accidentabilidad 2020, la entidad reportó 157 personas fallecidas por este tipo de eventos; casi el 40 por ciento de estos casos se concentran en las ciudades del municipio de Los Cabos.
“Yo no estoy acostumbrada a maquillar. Tenemos que atender el problema real para poder cambiar esto. No podemos seguir aceptando que nuestros jóvenes se sigan muriendo”, declaró la doctora.
Se trata de un problema de salud pública, con carga económica individual y familiar. Las calles del municipio, principalmente la carretera que une a las ciudades de San José del Cabo y Cabo San Lucas, son escenarios de siniestros fatales todos los días.
El exceso de velocidad, sumado a la impaciencia provocada por los embotellamientos constantes por falta de rutas alternas y otras opciones de transporte para desahogar el tráfico, convierte a las calles del principal destino turístico en zonas peligrosas.
El 46 por ciento de las personas que fallecen en estos percances están en un rango de edad de entre 29 y 39 años de edad.
La especialista subraya que existe una laguna importante en los datos que cambian las estadísticas de Los Cabos, que llega a bajar los porcentajes reales del área.
“La mancha urbana nos ha comido las zonas federales y es muy fácil saberlo; entonces, los fallecidos que se registran en la zona federal no cuentan para el municipio. Las cifras de los siniestros [detallan que] el 17 por ciento se registra en Los Cabos, el 63 por ciento en La Paz, cuando sabemos que eso no es cierto”, explicó.
En Los Cabos se realizan los operativos, sin embargo, disminuyó la instalación de puntos de alcoholimetría por la emergencia sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2, ya que se requería de un mayor equipamiento para protección del personal y no se contaba con éste.
“Sí se instala un operativo de alcoholimetría, la sala de hospital; en serio, no lo digo yo, lo dicen mis compañeros, y no están las salas llenas por hechos de tránsito. Paras y controlas los siniestros. Entonces, si sabemos la clave, hay que implementarlo”, comentó.
En La Paz el límite de alcohol es de 0.25 mg/L, tal y como lo sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que en Los Cabos no se han aplicado cambios, por lo que sigue siendo de 0.40 mg/L.
Hizo hincapié en que las muertes por siniestros viales son prevenibles, por lo que es momento de cambiar el chip y dejar de decir “si ya te tocaba, te tocaba”.
“Podemos tener los mejores reglamentos de movilidad, los niveles de velocidad están plasmados. Podemos decir: ‘no conduzcas en estado de ebriedad’, pero si yo como ciudadano no los cumplo y yo como autoridad no los hago valer, ¿de qué me va a servir?”, dijo.
Según la perspectiva de activistas, no se trata únicamente de crear nuevas leyes, sino reforzar las que ya existen. Partiendo de reglamentos más estrictos al momento de entregar licencias de conducir, partiendo del hecho de que un carro es un arma potencial que pone en riesgo a otros ciudadanos.
Es por ello que activistas en materia de movilidad, consideran que manejar no es un derecho, sino una responsabilidad que no debe tomarse a la ligera.
Han exhortado a las autoridades a establecer mecanismos de entrega de licencias de conducir más estrictos, siguiendo modelos como los establecidos en Canadá y Estados Unidos.
Cabe mencionar que ZETA solicitó una entrevista con las autoridades de Tránsito Municipal en Los Cabos, pero no hubo respuesta para el cierre de esta edición.
“Es concientización de todas las partes: las autoridades que tienen que hacer valer las leyes, nosotros que tenemos que concientizar y convencer a los mismos gobernantes y la ciudadanía; que si una bicicleta va agarrando tu carril, no es un estorbo. Tenemos que empezar a educarnos, que todos tenemos la necesidad de movilizarnos y respetarnos”, finalizó la doctora.