Retrato de una historia de impunidad, corrupción y abuso, de forma cruda, pero fiel a la realidad, la cinta de coproducción México-Chile competirá en el certamen fílmico italiano.
Nominada a la sección “Orizzonti”, que reúne a lo mejor del cine independiente del plano internacional en el Festival de Cine de Venecia, por sus cualidades cinematográficas, “Blanquita”, cuyo resultado es una coproducción entre Chile y México, Francia, Luxemburgo y Polonia, bajo el guion y dirección de Fernando Guzzoni, quien suma su cuarta película, será estrenada el 4 de septiembre durante el encuentro fílmico italiano.
Guzzoni platicó con ZETA acerca de su sentir referente a la nominación de su filme y sobre el mensaje del mismo:
“Para todo el equipo que conforma la película es un orgullo poder compartir el mensaje en el festival de Venecia, empezar la vida de la película ahí y sobretodo también compartir una curatoría que hace el festival con directores prestigiosos, así que la verdad estamos muy contentos de que hayan sentido que el mensaje de la película es importante y que nos hayan seleccionado, así que muy contento de poder comenzar a sociabilizar la historia”, declaró el director, quien comentó que este tipo de colaboraciones entre países latinoamericanos son bastante nutritivas, y que se debe hacer debido a la sintonía existente en términos de discurso, el imaginario cinematográfico, idiosincrático, que no hace más que beneficiar a las producciones:
“La verdad tenía muchas ganas de trabajar con México, y Varios lobos es una compañía que además tiene un acento en un cine actoral, un cine con opinión, entonces la verdad el intercambio creativo ha sido súper interesante, parte del equipo técnico que filmó en Chile, era mexicano, entonces no solo tiene que ver con compartir presupuestariamente la responsabilidad, sino que sobretodo se establece un intercambio artístico”, definió el cineasta, quien creó el largometraje inspirado en el “Caso Spiniak”, un proceso judicial por estupro, prostitución infantil y producción de material pornográfico ocurrido durante el 2003 en Chile y que generó controversia.
Establecida con licencias de ficción para retratar situaciones del panorama social, sobre la cinta el escritor describió: “La película se trata de una chica que empieza un proceso contra quienes supuestamente la secuestraron, hay una reflexión con muchos grises, sobre la idea de la impunidad en una sociedad como la nuestra donde pareciera que las instituciones construyen ciudadanos de primera y segunda categoría, donde hay un sesgo de clases de parte de las instituciones y principalmente del aparato judicial, pareciera que hubieran mujeres y hombres que por su situación social no pudieran acceder a la justicia, a la dignidad, estado de derecho (…) interroga la idea de la verdad, donde no sataniza ni santifica a nadie, sino que busca establecer grises”.
Sin duda alguna, el tema que maneja esta obra, es uno de urgencia y alta sensibilidad y según el propio director, esto mismo en lo que genera no solo la curiosidad, sino también la necesidad de darle al nicho cinematográfico independiente este tipo de producciones, con este tipo de temas.
A diferencia de sus otros 3 largometrajes (“Carne de perro”, “Jesús” y “La Colorina”), “Blanquita” está más emparejada con un ejercicio de género, que sería el Thriller o policial, y contando con una estructura clásica, siendo un producto más guiado hacia las audiencias, y sacar a éstas del confort: “Cuando uno está detrás de una producción donde uno ofrece una opinión, no necesariamente un ejercicio de industria mainstream con una lógica de audiencia, sino que tiene que ver con una reflexión personal o una mirada sobre el mundo, yo pienso que al menos para mí, la idea es establecer preguntas más que respuestas, y apelar al espectador para que establezca sus propias preguntas y miradas éticas y morales sobre lo que ve (…). Yo creo que ese ha sido el común denominador de mi trabajo y ahí puede establecerse cierta controversia o incomodidad, pero me parece que tiene que ver con el propósito que yo tengo como cineasta”.
Fernando Guzzoni considera que los filmes son un pequeño milagro, debido a lo complejos que son no solo de realizar, sino de financiar, el tiempo que llevan y el cómo en ocasiones deben sostenerse en el aire, siendo una carrera de largo aliento “Para mí, siempre es un goce el filmar una película, pero la verdad que es disfrutarlo, entretenido, muy grato y sobretodo en relación a las coproducciones y al equipo con el que generalmente trabajo siempre es un placer estos ejercicios colectivos creativos, donde uno se nutre del talento de otros y va generando un diálogo común y una reflexión común también, así que la verdad que, solo cosas entretenidas”, concluyó el director.
La 79 edición del Festival de Cine de Venecia se llevará a cabo del 31 de agosto al 10 de septiembre de 2022, y “Blaquita” competirá por: Mejor Película, Mejor Dirección y un Premio Especial del Jurado. (Alberto Emmanuel Pérez Garay / Especial para ZETA).