Mientras que la Secretaría de Salud reporta 60 interrupciones de embarazo (ILE) en 10 meses, colectivas acompañan hasta 300 mujeres por mes, pues prefieren pagar que sentirse juzgadas por los objetores de conciencia
Desde 2012, hasta 50 mil mujeres interrumpen su embarazo en Baja California por año, es decir, cuando aún no era legal en la entidad, y ahora que lo es, la confianza para hacerlo a través de instituciones gubernamentales es mínima.
De acuerdo con un estudio publicado en ese año por el Instituto Guttmacher, cada año en México se practican un millón 26 mil abortos; de estos, 50 mil corresponden a esta entidad, a pesar de que en ese entonces estaba penalizado hacerlo.
El mismo estudió, hecho llegar a ZETA, revela que en 1990 la tasa de abortos era de 25 por cada mil mujeres, mientras que para 2012, la cifra ya había aumentado un 54 por ciento.
“Las estimaciones de aborto por edad, que por primera vez se generan para el caso de México, muestran el patrón esperado: la tasa más elevada se observa entre las mujeres de 20-24 años (55 por mil mujeres en ese grupo de edad) y desciende gradualmente con la edad. Desafortunadamente, las adolescentes de 15-19 años presentan la segunda tasa más alta, a la par con las mujeres de 25-29 años (44 por mil mujeres)”, cita el texto.
ABREN PRIMERA CLÍNICA PARA INTERRUMPIR EMBARAZOS EN TIJUANA
El martes 5 de julio abrió la primera clínica para la interrupción legal del embarazo, a cargo de la fundación Marie Stopes en Tijuana, la cual también opera en Ciudad de México, Chiapas, Oaxaca y Veracruz.
Sin embargo, en Baja California, sobre todo en Mexicali, ya hay al menos tres clínicas donde lo realizan, la mayoría de Ciudad de México, las cuales brindaban la oportunidad de que la paciente viaje a sus instalaciones en otra entidad federativa a costos promedio desde los mil 500 pesos, de acuerdo a si era interrupción por fármacos, ambulatoria, quirúrgica o con asistencia en clínica.
En su momento, José Adrián Medina Amarillas, secretario de Salud en el Estado, informó a ZETA que en Mexicali donde han tenido la mayor cantidad de interrupciones de embarazo, desde que se aprobó su despenalización el 30 de octubre de 2021.
De 60 pacientes, 43 eran de la Capital de la entidad, y lo atribuyó a que, a diferencia de Tijuana, que colinda con una ciudad urbanizada como el Condado de San Diego, en Mexicali tienen vecindad con Calexico y El Centro, es decir, ciudades pequeñas y un tanto más conservadoras.
Mientras que en esta frontera, las mujeres tienen la posibilidad de cruzar a Estados Unidos sin necesidad de acudir a alguna institución pública, donde a casi de diez meses de su despenalización, optan por pagar, para no sentirse juzgadas.
MUJERES DESCONFÍAN EN INSTITUCIONES PÚBLICAS
“Fui a la Jurisdicción Sanitaria por información, me dijeron lo que tenía qué hacer, a dónde acudir, pero no me inspiraron confianza, me dijeron que tenía que pasar con el psicólogo para cerciorarse que estuviera segura, pero no me sentí cómoda. Sentí como si intentaran hacerme cambiar de opinión, tal vez me equivoco, pero preferí acudir a un colectivo”, compartió Diana, quien optó por cambiar de nombre ante el temor a represalias.
Crystal Pérez Lira, titular de la colectiva Las Bloodys, platicó con ZETA al respecto, confirmando que mujeres han buscado apoyo al no sentirse seguras en instituciones públicas.
“Hay mujeres que nos contactan y nos dicen ‘vi el anuncio del Instituto, que podemos llegar ahí, pero yo la verdad no quiero, porque tengo miedo, no sé qué me van a decir, no sé cómo me van a tratar’. Es decir, que también tienen desconfianza con el Estado, y otra es que la misma Jurisdicción, del programa Aborto Seguro, nos han contactado para pedirnos apoyo, porque las mismas trabajadoras del programa se están dando cuenta que cuando llegan las mujeres a pedir el servicio, se topan con la objeción de conciencia, o bien, les piden el ultrasonido o una serie de factores”, detalló la activista.
MÉTODOS DISTINTOS
De acuerdo con Medina Amarillas, en la Secretaría de Salud se integró a un equipo multidisciplinario y un protocolo para atender a las pacientes que quieran hacer uso de su derecho, debido a que trabajadores de la salud se pronunciaron como objetores de conciencia, es decir, no están de acuerdo con realizar el procedimiento.
La interesada en hacerse la ILE debe acudir a una evaluación psicológica, y si decide continuar se les da Misoprostol, Cytotec, o bien, se les hace un procedimiento por aspiración, pero son casos mínimos.
En las clínicas privadas el procedimiento es similar, a excepción de la evaluación sicológica, pues generalmente, cuando una mujer decide interrumpir su embarazo, tomó la decisión desde hace tiempo.
Araceli López Nava, directora general de Fundación Marie Stopes, indicó a este Semanario que el único requisito es hacer cita.
“Nosotros no creemos en que las mujeres necesiten una atención psicológica, simplemente están ejerciendo su derecho a decidir sobre su cuerpo. Abortar no te causa ningún tipo de trastorno mental y de ningún tipo, entonces, no lo vemos como un paso necesario”, afirmó.
El proceso de ILE por fármaco puede ser ambulatorio o con asistencia en clínica, como si se tratara de un periodo menstrual. Son 50 minutos de consultoría, en los cuales se explica lo que pasa en cada procedimiento, así como las recomendaciones después del evento.
En el procedimiento por aspiración, se coloca la anestesia y se realiza con una duración no mayor a 15 minutos, y después una hora más en reposo. En total son alrededor de tres o cuatro horas lo que tarda.
“Del total de atenciones que tenemos, las mujeres ya llegan con la decisión tomada, es muy raro que se echen para atrás, si acaso la piensan y dejan de contestar, pero luego se comunican otra vez, estimamos que un 98 por ciento sí lo realiza”, comentó Crystal Pérez, miembra de la colectiva.
TURISMO NACIONAL
A pesar de que en Estados Unidos se revocó el decreto para interrumpir legalmente el embarazo desde el 24 de junio, donde alrededor de 26 estados restringirán o eliminarán por completo el derecho a abortar, es probable que Tijuana abra una nueva etapa en el turismo médico, pero a nivel nacional.
En California, el gobernador, Gavin Newsom declaró a la entidad como “Estado Santuario” para las mujeres que quieran interrumpir el embarazo, por lo que es probable que aquellas que ejerzan su derecho, provengan de estados como Texas, Arizona o Nevada, sobre todo por los bajos costos.
Los precios de una ILE con fármacos pueden variar desde los mil 500 a 2 mil pesos sin complicaciones, mientras que por aspiración pueden ser hasta 5 mil pesos, acorde con información obtenida por ZETA.
Sin embargo, para menores de edad o víctimas de violación es gratuita a través de colectivas o de Marie Stopes, ya que es una fundación sin fines de lucro.
“Con la Ley que vergonzosamente echaron para atrás en Estados Unidos, obviamente habrá más movimiento, más migración turística, pero estimamos que 50 mil mujeres al año sería la necesidad de Baja California”, dijo la directora de Marie Stopes.
Al respecto, Atzimba Villegas, representante del clúster médico en Baja California, refirió que es probable que vengan de estados cercanos a realizarse el procedimiento, pues además de Sinaloa, sólo Baja California ha aprobado la Ley en el Norte del país.
Aunque no tienen un estimado, es probable que lleguen de entidades cercanas a Tijuana o Mexicali en busca de ejercer su derecho.
CADA VEZ SON MÁS
Crystal Pérez Lira, de la colectiva Las Bloodys, expresó que cada vez están teniendo más atenciones, entre 200 y 300 por mes, y con perfiles indistintos, sin embargo, con un ligero incremento en mujeres migrantes.
“Son mujeres trabajadoras de la maquila, son migrantas, mujeres en condición de prostitución, estudiantes. Nos topamos con todo tipo de mujeres, no hay un perfil definido, hay mujeres con accesos económicos, pero que son violentadas, golpeadas por sus parejas, han llegado golpeadas”, mencionó.
Por otro lado, Pérez Lira señaló que es obligación del Estado brindar un servicio y accesible para todas las mujeres, sin embargo, “somos las mujeres las que queremos decidir, cómo vivir ese servicio”.
Agregó que ahora existen tres opciones para aquellas que opten por ejercer de su derecho: una es a través de instituciones gubernamentales, a las que les falta educación; otra, de clínicas privadas, que a su vez fomentarán junto con el turismo médico que hay en la región; o bien, como se ha hecho desde hace algunos años, a través de colectivas, donde mujeres se apoyan entre sí para acceder a la experiencia sin prejuicios e informadas.