Irapuato, Guanajuato .- Como ejercicio de una autoexploración social, la cinta “La vida es un carnaval”, dirigida por el cineasta Fernando Colin Roque, adentra a la festividad en Ixtlilco el Chico, en Morelos, donde el baile, celebración, atuendos y ambiente carnavalesco se combinan para presentar la historia de Taly, Johan y Emmanuel, siendo la actriz Dana Karvelas el catalizador y guía hacia la exploración y representación LGBTQ+ a favor de la identidad. La película forma parte de la selección oficial del GIFF 25 en la categoría Largometraje Mexicano.
“Mi intervención llega y mueve el entorno, físicamente por esta apariencia de mujer alta, rubia, que rompe con la visibilidad en el lugar. Y luego con ellas (Taly, Johan y Emmanuel) es para también darles voz, un poco de valía, vamos a envalentonarnos porque viene Dana, viene de la ciudad y es actriz, pero también está esta parte de auto rechazo que tienen hacia ellas mismas debido a los prejuicios de la comunidad donde crecieron”, apuntó en entrevista a ZETA Dana Karvelas.
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A través de un ejercicio de empoderamiento, la actriz señala también es el conducirlas hacia una liberación y pronunciación por los derechos de la comunidad LGBTQ+, así como el respeto mismo y reconocimiento.
“Es hacerles ver que lo que están haciendo está bien, y que pueden hacer más, era parte del proyecto hacer la primera marcha. Como una fantasía o como algo de apoyo a uno mismo, pero, en este camino no se tomó acción. Creo que esto tiene que ver mucho con el auto rechazó, de no aceptarte tal cual como realmente quieren ser y buscar ir más allá”, precisó.
En cuanto a esta postura de negación, la ideología, tradicionalismos, estilo de vida, carencias económicas son puntos que la actriz de “Atroz” (2015) considera son los que llevan a este auto rechazo.
“No hay este referente, visión, meta, no sé si venga por parte de las familias, porque vemos que ellas están ahí para apoyarlos, pero nosotros negamos que no, que no hay un apoyo, cuando es todo lo contrario, porque hay algo en ti que no has resuelto y que le estás queriendo echar la bolita a alguien más”.
“Para mí un valor social es darte cuenta que lo derechos no siempre son para todos, y que muchas veces ni siquiera los conocen. Como sociedad LGBTQ+ también tenemos nuestras cosillas, no somos las víctimas que a veces queremos ser, también entre nosotras existe esta riña, no somos tan víctimas. Tal vez el ponernos esta etiqueta ya está un poco o mucho pasada de moda, pero también depende del contexto social, económico, de dónde vivas, dependen muchas cosas”, subrayó Karvelas.