Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá iniciaron consultas sobre la solución de controversias con México, al considerar que la política energética de México viola disposiciones del T-MEC. Aunque el mecanismo podría derivar en un panel que resulte negativo para el país, con el riesgo de que se impongan aranceles a las exportaciones mexicanas, el Presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó el reclamo de sus socios comerciales.
“No hay ningún problema”, “No hay violaciones al acuerdo”, “No va a pasar nada”, afirmó el político tabasqueño en su conferencia matutina del 20 de julio, en la que pidió escuchar la canción “Uy, qué Miedo”, del cantante Chico Che.
“Tenemos muchísimos elementos qué responder, y si se trata de una sanción de tipo político, pues también nos vamos a defender, porque puede ser. Yo tengo indicios de que esto tiene que ver con los intereses creados que se sienten afectados porque se dedicaban a saquear a México, y como se les puso un alto, un hasta aquí, comenzaron a hacer trabajo en Estados Unidos y logran esto”, aseveró el mandatario en un tono más sobrio el jueves 21.
Desde Palacio Nacional, el titular del Poder Ejecutivo dedicó 34 minutos para hablar del tema, acusando que “muchos de los que promueven esta consulta” pertenecieron a los gobiernos “neoliberales” y “entreguistas” que aceptaron que el petróleo se pusiera a la mesa de negociación, y que daría a conocer el capítulo modificado al iniciar su gestión.
De acuerdo con Ramsés Pech, analista en economía y energía, la solicitud de consultas de EU está enfocada en cuatro temas: el primero, relacionado con la Ley de la Industria Eléctrica, que prioriza el despacho eléctrico para centrales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo que en la visión de Washington y Ottawa, viola los artículos 2.3 y 14.4, que obligan a dar trato nacional a las mercancías e inversiones de Estados Unidos y Canadá.
El segundo punto tiene que ver con la inacción, demoras, denegaciones y revocaciones a empresas privadas para operar centrales eólicas y solares; importar y exportar electricidad y combustible; almacenar combustible, así como construir y operar gasolineras. Lo anterior infringiría las disposiciones del T-MEC de contar con un órgano regulador imparcial, y no imponer prohibiciones o restricciones a las importaciones y/o exportaciones.
“Otro punto es que el uso del diésel de bajo azufre tenía que haber estado listo en todo México, debido a que las plantas de Estados Unidos y Canadá construyen camiones para este tipo de combustible, y algunas unidades mexicanas ingresan a esos países utilizando diésel de más de 15 ppm”, refirió el especialista.
La demanda por parte de la Unión Americana es que Petróleos Mexicanos (Pemex) cumpla con las especificaciones del diésel de bajo azufre, ya que eso ayuda a disminuir gases contaminantes.
El cuarto punto se centra en las acciones de la Secretaría de Energía sobre el uso del Servicio de Transporte de Gas Natural, disposiciones que permiten que sólo pueda comprarse gas a CFE o Pemex, generando un “mercado artificial de precios”.
El especialista recordó que la administración de AMLO terminó la renegociación del T-MEC, de modo que conoce los términos y condiciones del acuerdo en el que está involucrado todo el sector energético, la parte de los hidrocarburos y un punto muy importante en la parte ambiental: la generación de energías limpias.
“Este no es un tratado político, no es un tratado de ideologías, es un tratado comercial que tiene términos y condiciones. En cualquier contrato tienes que cumplir esos términos y condiciones. Hay que entender que cualquier variación tiene implicaciones económicas, de índole jurídica y de proyectos que pudieran poner en riesgo capital de inversión pública, privada o en conjunto”, aseveró.
En ese sentido, observó que el próximo año, cuando haya efervescencia electoral de cara a los comicios presidenciales de 2024, los tres países socios se sentarán a revisar el T-MEC. Los candidatos tendrán que monitorear e incluir el tema en su plan de trabajo, para ajustar su política conforme al acuerdo, si es que en 2026, Estados Unidos, México y Canadá deciden continuar con el tratado.