Con bombo y platillo (y a los cuatro vientos), la gobernadora, fiel a la 4T y pupila de AMLO en seguir la política capitalina, ha anunciado seis mega obras para Tijuana. Eso para mejorar la movilidad. “Respira menos tráfico y más vida”. ¿Pero qué dice de los baches en todas las colonias y fraccionamientos de Tijuana? ¿Es vida ir en tu automóvil y caer en baches, cráteres y hoyos al salir por necesidad?
Esta gobernadora todavía no nacía y ya existían varias colonias que por más de 30 años han tenido baches. ¿Dónde está el dinero de las regularizaciones de autos chocolate que tanto divulgó y vociferó AMLO? Al pagar uno como automovilista suscripto, en “Finanzas” del Estado, al cubrir derechos de placas, tarjeta y demás, entrega un tanto por ciento en “cargo” para mantenimiento de vías públicas. ¿Y? Todo sigue igual.
Ya pasaron las lluvias de invierno en esta ciudad fronteriza, Marina del Pilar Ávila Olmeda ya tiene inversiones millonarias y los baches de Tijuana viven eternamente desde 1977, cuando gobernaba Roberto de la Madrid Romandía (priista). Sin temor a equivocarme desde esa época los hay y ahí siguen.
No hacen falta más obra, hace falta planes, como erradicar los carro chocolate, que hay miles (esos autos hicieron más denso el tránsito vehicular). Se necesita programas de “Hoy no circula”. Se necesita vías alternas, cambiar sentidos de circulación. Se necesita usar menos autos individuales y más vehículos grandes donde aprovechar el destino con un aventón o raite, planear ser buen vecino; aprovechar todos los asientos que tiene un vehículo, digamos de cuatro puertas, y ser inteligente. “Menos autos, más pasajeros en mi auto”, etc. También los llamados “Uber” atiborran el tránsito al no ser detectables como autos de alquiler, pues abundan en la ciudad.
Hace falta escalonar las horas de entrada de trabajo; digamos 6, 7 y 8 de la mañana; todo ese flujo vehicular aminoraría el parque vehicular a una hora, otro tanto a otra y así no hacen bonche en las calles como ahorita, con la misma hora para trabajar (ahí el detallazo).
No se necesita el corazón color verde de Marina, que denota en sus presentaciones; se necesita materia gris, estudios bien fundamentados y cimentados mediante trazos, dibujos, croquis, planeaciones, ingenio, soluciones, mejoras… Ahí está ese millonario elefante blanco de la ruta SITT en vías rápidas y camiones rojos; todo a la basura y vandalizado. Ahí está la ciclovía en Blvd. Federico Benítez; pasan a lo mucho unas 20 bicicletas por días (es insegura y fea). Y la otra ciclovía en bordos de la canalización de Tijuana tampoco sirvió.
Necesitamos un tren moderno, como los que se ven allá en Ucrania. Ni las megaconstrucciones próximas de la señora Marina verán bajar el flujo vehicular ni el ambiental (ya ni verificaciones tenemos); al ampliar las vialidades, se recata de más automóviles y mayor contaminación. Todos los días hay nuevos conductores, nuevos vehículos, y esa idea de Marina no servirá; necesitamos estudios y pensar con la mente.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.