Las primeras acciones de concretarse el gobierno de Gustavo Petro -que no es comunista, sino socialdemócrata la tierra de Gabriel García Márquez, nación hermosa, musical y de naturaleza pródiga, será combatir el hambre, subsidiar alimentos, no aplicarles IVA, producir fertilizantes para revertir importaciones agrícolas. La desnutrición daña el cerebro de millones de niños; les impiden pensar bien el resto de su vida. Se necesita ofrecer a madres solteras una pensión para evitar el raquitismo, como sucede con 20 millones de familias pobres y huérfanas de padre por abandono machista o viudez.
Colombia 2021, con 13,709 asesinatos, tuvo el peor año en su historia; produce toneladas de cocaína, petróleo, carbón, café y banano, y pareciera que 8 bases norteamericanas protegen esta injusticia infame de latente explosión social.
La apuesta son las energías renovables y contrarrestar el calentamiento global mediante energías limpias, pues hay escaso petróleo y carbón, y éstas tienen sol como fuente energética; es idea de Petro contra el extractivismo de petróleo y carbón, causa del calentamiento global. La juventud y clase media es la mayor influencia y movilización, que apoya a Petro en pintas callejeras, propaganda, brigadas voluntarias conscientes de la necesidad del cambio por la vida.
Petro propone investigar la corrupción Odebrecht, hoy en la impunidad: la redistribución de la tierra concentrada en 7 familias, 7 banqueros y 7 exportadores; la reactivación industrial agrícola del campo, subsidiar a pequeñas empresas, impulsar Energías Limpias, Reforma Tributaria, Pensionaria; la inversión en Educación Media y Superior; la creación de Clínicas y Hospitales; la participación del talento de la mujer y el desbloqueo comercial con Venezuela, entre otras decisiones de Estado de Bienestar.
Un factor que marca diferencia es la probable vicepresidencia Francia Márquez, premio internacional Goldman de Defensa del Medio Ambiente; afrodescendiente, política, intelectual, y moralmente consolidada y reconocida por el mundo en su lucha social en defensa de la paz y justicia.
Su contrincante representa al uribismo; se dice “independiente”, excéntrico, que está siendo procesado por haber recibido 100 millones de dólares de soborno de Vitalogic por medio de su hijo. Como el sistema electoral tolera tal conflicto: ser candidato en pleno proceso y que al ser sentenciado en contra se quedarían sin presidente. (https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/crece-escandalo-por-acuerdo-del-alcalde-de-bucaramanga-que-busco-jugosa-comision-164480)
Algo tiene a favor Petro: las redes sociales. El candidato a vicepresidente de Fajardo, senadores, el partido verde y el centro político cuenta con el 4.7% del electorado que votó en primera vuelta. En la recta final participan muchos más en la elección, disminuyendo sensiblemente el abstencionismo.
El salinismo mexicano tiene las manos metidas en Colombia a través de Carlos Ruiz Massieu, enviado de la ONU para “supervisar acuerdos de Paz”, y propuesto por Claudia Ruiz Massieu cuando fue canciller de Peña. Quien debe ser recto, calla frente a un crecimiento asombroso de homicidios a líderes sociales, defensores ambientales y exguerrilleros. El régimen narcoparamilitar de Duque logró el primer lugar mundial en esta clase de crímenes.
Un hueso duro es la intervención de EUA, que no es casual que tenga 8 bases militares; el lavado de dinero del narco para comprar votos y 20 millones de colombianos en extrema pobreza de un total de 51.6.
Para Hernández, reunir 10 millones de votos no es probable. El reto de Petro es conservar 8.5 millones y sumar al menos 1.6 millón de votos del voto blanco y abstencionismo. Según “encuestas internacionales” -quizá mañosas- hay pues “empate técnico”: si la jornada electoral fuese el 15 de junio, Petro lograría 42% de los votos; mientras que quien desconoce el funcionamiento del Estado sin proyecto político, R. Hernández, admirador de Hitler, misógino, xenófobo, machista y racista, obtendría 41%. Los indecisos definirán el resultado. Porque con auditoría de juego limpio, probablemente ganaría Petro.
El apoyo del uribismo a Rodolfo Hernández es involuntaria maldición y “el beso del diablo”. Si algo tiene harta a Colombia es el pasado narco genocida uribista y el proyecto de injusticia, represión y muerte que significa su horda paramilitar y el haber entregado su territorio a 8 bases militares gringas, y haber asesinado a 5 candidatos presidenciales liberales y decentes.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com