Reflexionará el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, el reto por evitar la desaparición del ecosistema de cine independiente mexicano ante la demanda de contenidos para streaming. Baja California será representada con dos largometrajes: la ficción “Guardado, hermano”, de Jorge Iván Sanders-Ortega; y el documental “Lejos de casa”, de Carlos Hernández, inscritos en la Selección Oficial y competencia por el Premio Mezcal a lo mejor del cine mexicano
A partir de hoy, hasta el 18 de junio, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) celebrará su trigésima séptima edición, con Polonia como País Invitado y otorgando el Premio Mayahuel al Cine Mexicano al primer actor Daniel Giménez Cacho, galardonado cinco veces al Premio Ariel y popular por su actuación en “Cronos”, de Guillermo del Toro; “Profundo carmesí”, de Arturo Ripstein; y “Voces Inocentes”, de Luis Mandoki, y de quien Roberto Fiesco presentará el libro “Les juro que no soy así”.
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“Estamos enfocados en apostar por volver a vivir la experiencia de las salas de cine, provocar que las personas salgan de sus casas, volver a disfrutrar del séptimo arte y entablar diálogos con sus protagonistas”, subrayó a ZETA Estrella Araiza, directora del encuentro fílmico.
Referente a las nuevas miradas inscritas en la Selección Oficial del FICG, “llegaron producciones pandémicas, algunas con temática de la contingencia, otras sobre el conflicto bélico de Rusia y Ucrania; al final el cine es un reflejo de lo que nos sucede, pero también programamos cintas mexicanas enfocadas a la comedia”, afirmó.
“Siento que los realizadores entienden que necesitamos reírnos, aliviarnos un poco de la crisis de inseguridad, de desaparecidos y narcotráfico, lo cual corresponde en parte a la necesidad de las audiencias por superar el encierro”, complementó Araiza.
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A la par de las competencias a Premio Mezcal, Largometraje Iberoamericano de Ficción, y Documental, Premio Maguey con 13 películas procedentes de 18 países y el galardón Premio Maguey Ícono Queer a la cantante Natalia Jiménez; Hecho en Jalisco, Cine Socioambiental, Largometraje Internacional de Animación, Premio Rigo Mora, Cortometraje Iberoamericano y Documental, el FICG mantiene su apuesta por la plataforma de Industria y Mercado, de donde se extraen las conferencias “Cómo Hacer Cine y No Morir en el Intento”, “Las Mujeres en el Cine y la Industria Audiovisual”, “Caminos de Inclusión y Accesibilidad desde el Cine” y “El Panorama Actual de la Producción Creativa en México, su Futuro y el Quehacer de la Industria”, entre otros que reflexionan sobre el estado de salud de la industria fílmica en México.
“El problema actual del ecosistema del cine tiene que ver con las plataformas, con la ocupación y demanda de creación de contenidos, que muchas veces evitan que se generen más películas de autor, provocando la desaparición paulatina de nuestro cine independiente mexicano. Los directores que tienen dos o tres películas ahora están haciendo series o largometrajes para los servicios de streaming, estamos en un momento en que todo eso se tiene que reacomodar, afortunadamente están gestando cineastas emergentes, nuevos talentos por descubrir, pero tan es necesario el replanteamiento, como esas nuevas voces y miradas”, reflexionó la directora del FICG.
“Es un ciclo que iremos completando, porque también los directores deben entender que su primera película no será la única, hay que aspirar a veinte o más, y para ello seguir relacionándose con productoras, plataformas, todo”.
En esta ocasión, el FICG será inaugurado con la proyección de “Elvis”, de Baz Luhrmann, sobre la vida de Elvis Presley, visto a través del prisma de su complicada relación con su enigmático mánager, el Coronel Tom Parker (interpretado por Tom Hanks); para clausurar actividades con la exhibición de “Los Tigres del Norte: Historias que contar”, de Carlos Pérez Osorio.
En la categoría de Premio Mezcal –a lo mejor del cine mexicano-, la ficción “Guardado, hermano”, ópera prima del tijuanense Jorge Iván Sanders-Ortega, filmada entre Rosarito y Ensenada; y el documental “Lejos de casa”, rodado en Tijuana por el guanajuatense Carlos Hernández Vázquez, arribarán al Festival Internacional de Cine en Guadalajara representando la industria fílmica de la entidad, compitiendo contra títulos como “Celeste Soledad”, de Alex Argüelles; “Coraje”, de Rubén Rojo Aura; “Goya”, de Pablo Orta Zamora; “El reino de Dios”, de Claudia Sainte-Luce; “Cuando cae la noche”, de J. Daniel Zúñiga; “Mamá”, de Xun Sero y “Plegaria”, de Roberto Olivares.
ZETA conversó con el realizador bajacaliforniano Sanders-Ortega, quien escribió y dirigió “Guardado, hermano”.
“Trata de Leo, un personaje con autismo cuya idea era presentarlo solo, con visiones sobre Argel como un fantasma; sin embargo, en el momento que compartí el guion al actor Jorge Jiménez creció ese rol, un hermano mayor con problemas de adicción y que muere de sobredosis, lo que provoca que Leo distorsione la realidad. La película la escribí para Leonardo Argel Reyes, quien sufría de Asperger, y niveles de autismo, se obsesionaba con Escocia y construía gaitas de plástico. Le acompañó uno de los mejores actores, Jorge Jiménez, mi musa, quien ayudó a que Leo se sintiera cómodo en la grabación. Fue increíblemente laborioso lograrla, y cobra mucho más sentido hoy, meses después de que Leo falleciera”, relató el director.
“Tengo 17 años dedicados al cine, pasando de diferentes roles, pero esto es algo que siempre quería hacer, mi película, y debutar en FICG, uno de los festivales referentes de nuestro cine, es increíble. Luego de crisis existenciales, Leo fue mi motor y un reto apasionado; por otro lado, tuve un tío (Ricardo) que murió de sobredosis, esa imagen está conmigo desde niño, y hoy pude hacerle un homenaje ese episodio”, señaló Sanders, quien rodó “Guardado, hermano” en Santa Anita y La Misión, con música de John Kirby y las actuaciones de Giancarlo Ruiz e Hilda Sánchez.
La migración juvenil
Aborda el realizador Carlos Hernández Vázquez el éxodo infantil y juvenil centroamericano y nacional a través de microhistorias filmadas en Tijuana para su documental “Lejos de casa”, situando la ciudad fronteriza y sus albergues como la última puerta hacia un salto desconocido en la búsqueda de calidad de vida.
“Hay algo en Tijuana que siempre regresamos, en 2019 estaba latente el tema de las caravanas centroamericanas y empezamos a ver cómo los albergues se llenaron de niños, en particular el YMCA, Madre Asunta y El Alacrán. Nos topamos con que 19 mil menores pasan al año por Tijuana para pedir asilo a Estados Unidos, con la incertidumbre y espera, en el limbo permanente”, precisó a ZETA Hernández, cuyo trabajo debutó en el Festival de Documentales de München, Alemania.
“Esta migración atiende a temas económicos y de violencia en sus lugares de origen (en la gran mayoría) y se complica en la administración de (Donald) Trump. Cuando emite la política de Remain in Mexico, se obliga a toda la gente que está buscando asilo en Estados Unidos a esperar la respuesta en nuestro país, convirtiéndose en un lapso incierto y precario del día a día en Tijuana, y la gran mayoría que emprende el viaje no sabe a ciencia a cierta lo que les depara”, refirió el también abogado que estrenará su filme en FICG 37.
“Me interesa visibilizar el tema, porque en otros territorios mexicanos no somos conscientes de lo que implica Tijuana como puerta, centro o ventana para el resto de mundo hacia nuestro país”, concluyó. (Víctor A. Delgado)
Cartografía del autismo
Desde su título, la cinta “Guardado, hermano” da pistas sobre la historia de Leo y Argel, dos hermanos que sufren por un padre abusivo debido a que Leo es autista, por lo que Argel lo ayuda a evadirse y esconderse por medio de un mapa que él dibujó antes de su nacimiento.
Filmada entre paisajes semi rurales de Rosarito y Ensenada, el largometraje de Jorge Iván Sanders-Ortega lleva el espectro autista como parte natural de la trama, cuyo enfoque funciona como punto crucial mediante el seguimiento panorámico de las rutinas y manías de Leo, entendidas y apoyadas por su hermano mayor, repudiadas por su padre, cuestionadas por su jefe e ignoradas por su madre; por lo que Leo repite sus patrones diarios.
El vínculo de hermanos es el centro de la cinta, gracias a la química entre el actor Jorge Jiménez (Argel) y Leonardo Reyes (Leo), con un guion que de inicio muestra elementos oníricos a través de una paleta de colores fría, que hacen dudar sobre lo que inicialmente pareciera una tragedia sobre la relación consanguínea en una familia disfuncional, pero que se convierte en una suerte de thriller surrealista con elementos de suspenso y cortes de escena in crescendo que, al final, quedan en tristeza por el deterioro del personaje de Leo, y una confirmación de cuan necesario es eliminar estigmas y prejuicios en la sociedad mexicana. (Andrea López González)
