De todos es conocido el popular refrán “La Ley de Herodes”: cuando alguien te dice “te tocó la Ley de Herodes”, te chingas o te jodes, se hace referencia a que debes hacer algo que no quieres, pero te obligan a hacerlo, según esto para tu propio bien.
Extrapolando este refrán a la problemática en que se encuentra inmerso el Magisterio Estatal y Nacional, con sus variantes en la aplicación al aumento salarial otorgado el 15 de mayo de 2022 al Magisterio, les comento lo siguiente:
No hay ninguna opción, se te da como un producto terminado que no está sujeto a discusión o consideración de los Trabajadores de la Educación, ya que previamente el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador y la 4T, tuvo sendas reuniones con el Secretario General del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) Alfonso Cepeda Salas, para afinar los ridículos porcentajes que se dieron a conocer en la mañanera.
La histórica decepción que recibimos los docentes el “Día del Maestro”, en verdad no tiene comparación con los anteriores anuncios sobre incrementos salariales en pasadas administraciones. El aumento histórico al Magisterio que presumía López Obrador quedó en la nada.
Aplicaron su estrategia del “bienestar”, dar más a los que menos tienen, para callar la boca a quienes se pudieran inconformar con sus ridículos y escalonados aumentos y su ya famosa tablita de tres. Tal parece que su intención era poner unos contra otros, por los distintos porcentajes que se manejan. Todo un galimatías que los que no aparecimos en la tablita de tres pensamos que tendríamos que aportar a los que menos ganan.
¿Ante quien inconformarse, si quienes debieran representar a los Trabajadores se vendieron como “tortillas de maíz” (fácil y rápidamente)? Pero no a un costo bajo; lo suficiente para que a su conciencia no le importara condenar a la mediocridad económica a sus compañeros.
Ni aplicando el 7.5 por ciento a los de menos ingresos se obtiene un salario que sea suficiente para que los docentes satisfagan sus necesidades básicas: casa, alimentación y vestido. Y qué decir de las necesidades que requiere subsanar para cumplir adecuadamente con su profesión: medio de transporte, computadora, pago de servicios e internet, cursos de capacitación, pago de maestrías o doctorados, etcétera.
Si bien un importante sector del magisterio tiene salarios considerados como altos, esto no obedece a ninguna transa, concesión o a algún acto de corrupción. Esos altos ingresos fueron ganados en el programa de Carrera Magisterial, en el cual había que presentar numerosos exámenes, cursar diplomados, maestrías y doctorados. Además de obtener un buen puntaje con su grupo o en la vertiente que participaran.
Otro dato importante que se debe comentar es la declaración del Secretario de Hacienda: se pretende igualar los salarios con los trabajadores del Imss… pero si usted cree que con los de importante nivel, pues no, no será así.
Este galimatías de incremento salarial, es tan solo uno de los tantos problemas con lo que tienen que lidiar los maestros. Por estos discursos disfrazados de verdad, el magisterio estatal debe estar hoy más que nunca pendiente de la Federalización de la Nómina. Y de la apropiación, por parte del gobierno Federal, de Issstecali, que es otro de los importantes temas que deben ser tratados en forma conjunta por todos los sindicatos y grupos de burócratas y maestros.
Atentamente,
Francisco Heredia Guzmán.
Tijuana, B.C.