El que quiere quedar bien con todos, creando conflictos para resolverlos solito y llevarse el crédito, es el diputado por Morena y ex panista Juan Manuel Molina. Resulta que la controversia que se armó hace una semana, con relación a la iniciativa enviada por el Gobierno del Estado de Baja California para prohibir las terapias de conversión (prácticas consideradas nocivas para alterar la expresión de género), cuando no quedaba muy claro si se prohibirían o no, fue resultado de la alteración del documento por parte de Molina. En todo caso, lo único que -dicen- había que cambiar en la iniciativa estatal, era aquello de que, si una persona por sí decidía tomar esas perniciosas terapias, estas fuesen permitidas, lo cual da al traste con la política de prohibición que se está abordando en todos los estados de la República. Total que después de crear la controversia, quien se ofreció como solucionador de la misma fue el creador, Juan Manuel Molina, para así quedar bien con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, supuestamente conteniéndole un problema con la comunidad LGTB+ y congraciarse con esta. Ahora sí que el diputado crea problemas para solucionarlos y ser reconocido… pero sin pericia política ni gracia negociadora. Atrapado.