El gran poeta mexicano, Eduardo Lizalde, falleció el miércoles 25 de mayo a la edad de 92 años. Indudablemente, se trata del gran poeta mexicano cuya obra fue reconocida con el Premio Iberoamericano de Poesía “Ramón López Velarde” 2002 y el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada “Federico García Lorca” 2013, por citar algunos.
El fallecimiento del autor de “El tigre en la casa” (1970) es también el adiós a una época sumamente prestigiosa para la poesía mexicana de autores nacidos en la década de los 20 del Siglo XX, reconocida a nivel mundial, con poetas como Rubén Bonifaz Nuño (1923), Rosario Castellanos (1925), Jaime Sabines (1926) y el propio Eduardo Lizalde (1929).
Entre otros, es autor de poemarios como “La mala hora” (1956), “Cada cosa es Babel” (1966), “Caza mayor” (1979) y “La zorra enferma” (1974). Su obra maestra es “El tigre en la casa” (1970). Gran parte de su poesía se encuentra reunida en “Nueva memoria del tigre. Poesía (1949-2000)”, publicada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en 2005.
Eduardo Lizalde (Ciudad de México, 14 de julio de 1929–25 de mayo de 2022) concedió a ZETA una extensa entrevista en 2017. En esa ocasión, se le preguntó cómo describía la época que le tocó vivir:
“Yo creo que esa generación, en que Fuentes juega un papel importantísimo, pues es una generación que marca un cambio de temperamento. La novela primera (‘La región más transparente’, 1959) de Carlos Fuentes rompía con los estilos, con el ánimo, con la tradición clásica de las grandes novelas que, enormemente culto, Carlos conocía. No se puede volver a escribir en el estilo de Dostoievski, pero no se puede desconocer su grandeza, hay que pasar a otra etapa, eso lo logran los autores originales y creo, modestia aparte, que eso fue lo que logró nuestra generación.
“Octavio Paz, que elogió mis poemas cuando se publicó ‘El tigre en la casa’, me decía: ‘Tu poesía es enemiga de la mía, no se parece en lo absoluto’, le dije: ‘¡Claro que no!, porque tú ya habías agotado esa línea, igual que Neruda lo hizo en la suya. Imitar el estilo tuyo era no escribir, había que buscar otros caminos’, que es lo que logra Fuentes y lo que logra, creo, gran parte de mi generación; Jaime Sabines, con quien se me ha comparado, yo mismo, y José Emilio Pacheco, que era diez años menor que yo, pero también es un autor que pertenece a la etapa de una remodelación, de una recomposición, de una reconsideración del estilo”.
Lizalde sentenció: “Hay movimientos, desde luego, no desconocimiento de la poesía anterior o de la literatura anterior, sino cambios que son capaces de producir generaciones con particular talento. No sabemos qué va a pasar todavía con la generación que nos sucedió, no es fácil superar nuestra época”.