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sábado, noviembre 16, 2024

Luzifer

Al estilo Werner Herzog, con una visión mucho más audaz que la de Robert Eggers en “La Bruja”, el alemán Peter Brunner ha dejado en claro aquí que es un genio, con una película de horror que poco tiene que ver con una posesión demoníaca, y se concentra más en explorar el daño que una vida marginal puede ocasionar en la psique de un ser humano.

Este es el caso de Johannes, magistralmente interpretado por Franz Rogowski. Su historia es la de un hombre que no ha dejado de ser niño y esto se debe a dos factores: la exacerbada cercanía con Maria, su madre (Susanne Jensen), y el aislamiento absoluto en el que ha crecido en los Alpes. A esto se le agrega la profunda religiosidad de su progenitora y el entorno para tejer realidades que solo existen en la mente de un individuo es perfecto.

El desequilibrio en este hogar surge cuando una empresa inmobiliaria busca hacer desarrollos en la propiedad de Johannes y Maria. El despojo es, entonces, generador de toda clase de ideas, incluyendo la presencia de espíritus malignos, cuando en sí, lo que vemos como espectadores es producto de un ambicioso proyecto económico.

Pero la película no termina ahí. Conforme la desesperación crece en el personaje principal, se amplía la noción de este ambiente montañoso en el que se crio un individuo marcado por la brutalidad de la naturaleza.

Y justo cuando esa es la reflexión a la que invita el guion de Brunner, se recuerda la advertencia: este filme fue “inspirado por la historia verídica de un exorcismo”. Sea como sea, el terror está ahí, igual el suspenso y unas actuaciones insuperables que lo mantienen a uno en vilo. Hay que buscar, entonces, esta obra maestra en la plataforma MUBI. ****

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Punto final.- Quién dijo que el Género H necesita efectos especiales.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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