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lunes, marzo 25, 2024
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Los impunes de Caliente

Hace 39 días, después de salir de su trabajo, Óscar Gómez Islas fue citado por Antonio Vera Palestina, jefe de seguridad de Jorge Hank Rhon y Grupo Caliente, para tratar un tema de urgencia. No se le ha vuelto a ver.

El policía comercial de 44 años, lleva ya 39 días desaparecido. Su esposa fue quien informó a las autoridades que lo último que supo de él, había sido precisamente que el sentenciado asesino del periodista Héctor Félix Miranda lo había requerido para hablar de un tema, hasta ahora desconocido.


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Efectivamente, Vera Palestina fue sentenciado a 25 años de prisión por el crimen contra el codirector fundador de ZETA, ocurrido en 1988. En varias ocasiones, previo a su liberación en 2015, Vera había solicitado la libertad anticipada, garantía que le fue negada de manera sistemática, luego que estudios y análisis de comportamiento y psiquiátricos, determinaban que no había modificado su conducta a lo largo del periodo encarcelado. Lo seguían considerado un reo de alta peligrosidad.

Al cumplir con la pena que le consignaron por asesinar al periodista, el mismo jefe que tenía en 1988, Jorge Hank Rhon, lo contrató de nuevo y en la misma posición, como su jefe de seguridad, pese a estar impedido por Ley, dados sus antecedentes penales.

Es evidente cuando se le ve en público, que Antonio Vera Palestina porta un arma. Pero ni eso ha sido suficiente para detenerlo. Una vez más, el guardia de Hank y asesino de “El Gato” Félix deberá enfrentar a la justicia, aun con la lentitud con la cual ha procedido la Fiscalía General del Estado, cuando se trata de llamarlo a cuentas.


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Quince días después de la desaparición de Óscar Gómez Islas, la FGE envió un citatorio a José Antonio Javier Vera Palestina para presentarse a declarar en la investigación sobre el caso. No lo hizo. El 4 de mayo, Esteban Lares Gómez, apoderado legal de JVP Private Security, S de RL de CV, envió una carta al agente del Ministerio Público, Héctor Alfonso Jáquez Reyes, informando que no había sido posible “entregar” al guardia de Hank, “en virtud que el señor Vera Palestina se encuentra en periodo vacacional; sin embargo, también se informa que debe regresar a laborar el 11 de mayo del presente año…”.

Días después, de Grupo Caliente filtraron información a medios de comunicación, sobre la “hospitalización” de Vera Palestina, en una unidad de cuidados intensivos. Aun así, también propagaron, para agregar mayor dramatismo a la investigación, la versión de que el ex convicto estaba dispuesto a declarar desde su cama de hospital.

Pero justo dos días después que Vera regresara de vacaciones, y mientras se asumía que estaba en la unidad de cuidados intensivos de algún hospital, el 13 de mayo reapareció tan recto como siempre, guardándole las espaldas fielmente a su jefe, el ex reo de El Hongo, Jorge Hank Rhon, durante la fiesta por la celebración del matrimonio de uno de sus hijos. Fue evidente que Vera no estaba ni hospitalizado, ni delicado de salud, y sí, como siempre, a las órdenes de quien le pagó en 1988 y le sigue pagando a la fecha.

La esposa de Óscar Gómez Islas tiene por determinación acudir de manera frecuente a las instalaciones de la FGE para conocer los avances en la carpeta de investigación por la desaparición de su marido, pero no obtiene respuestas positivas. El caso está empantanado, detenido, sin avance.

A pesar que Vera Palestina -es evidente- ya se reincorporó a su trabajo al lado de Hank después de su periodo vacacional, y que ya no se encuentra en la habitación de un hospital, hasta donde sabe la familia del guardia desaparecido, no ha acudido a declarar. Tampoco otros que son protagonistas del círculo en el que Gómez se desempeñaba como escolta.

Aun cuando el 26 de abril, la propia FGE realizó diligencias en las instalaciones de Grupo Caliente en el ex Hipódromo, no trascendió mayor información sobre el caso, sólo que uno de los jurídicos de la organización, aclaró que Óscar Gómez Islas no era escolta de Jorge Hank, lo cual es una verdad a medias. Precisamente este policía comercial fue el que, en enero de 2012, se “adjudicó” la propiedad de aves exóticas que le fueron confiscadas en el Aeropuerto Internacional de Tijuana a Jorge Hank, o al menos fueron aseguradas dentro del avión privado en el que se trasladaba el casinero y algunos de sus escoltas, entre ellos Gómez Islas, a quien abogados de Hank  identificaron como propietario de las aves, sugiriendo que él las había adquirido y le habían prestado el espacio en el jet para transportarlas junto a Hank Rhon, como si no fuese pública la afición de este último a los animales.

El propio Hank se ha mantenido en la impunidad en varias ocasiones desde 1988, cuando no fue, ni ha sido debidamente investigado por el asesinato del codirector fundador de ZETA, Héctor Félix Miranda; o en 1995, cuando fue brevemente detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por contrabando, cuando también en un avión privado, trasladaba mercancías del extranjero, ilícitas en México, provenientes de animales en peligro de extinción, entre otros. Unos años antes, en 1991, agentes aduanales de Estados Unidos ya le habían confiscado a Hank un raro espécimen de tigre blanco o albino.

En 2009, la autoridad fronteriza y de aduanas de Estados Unidos, en la misma garita entre Tijuana y San Ysidro, le retiró y destruyó su visa de turista para entrar a la Unión Americana, misma que Jorge Hank no ha recuperado hasta la fecha. Y para 2011, se zafó una vez más de la justicia, cuando por fallas en el debido proceso, fue puesto en libertad tras once días en prisión por el delito de acopio de armas.

Ahora, después de 39 días que desapareció el escolta de Grupo Caliente, la impunidad sigue rondando al ex Hipódromo, a Hank y a su jefe de seguridad, Antonio Vera Palestina, quien, de acuerdo con la esposa de Óscar Gómez Islas, fue quien lo citó la última vez que se supo de él.

Eso sí, en el inter de la desaparición y la investigación, Hank se compró un partido político y puso a uno de sus hijos como dirigente estatal. Ahora sí que impunidad y política van de la mano.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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