Celine Sciamma es, sin duda, una de las mejores realizadoras del cine francés en estos momentos, lo cual ya se veía desde “Portrait of a Lady on Fire”.
Prueba está que le bastaron poco más de 70 minutos para recrear una historia soberbia de duelo infantil centrada en la pequeña Nelly (Josephine Sanz), que a sus 8 años, acompaña a sus padres a limpiar la casa de la abuela, que están a punto de vender luego de su reciente fallecimiento. Ahí la niña conoce a Marion, casi idéntica a Nelly, pues el papel lo interpreta su gemela Gabriella Sanz.
La madre de Nelly no soporta el proceso y se marcha, por lo que la chica queda en manos de su padre mientras continúan los juegos con su nueva amiga. El verdadero misterio comienza cuando, al visitar la casa de Marion, la protagonista encuentra ahí a su abuela, de joven, y entonces comprende que la nena es su mamá de pequeña.
Nelly acepta lo inexplicable porque tiene 8 años y a esa edad se cree más en la magia y en Santo Clos que en la complicada realidad de los adultos. Guarda silencio y entonces se adentra en el juego que en sí termina siendo una manera de vivir y superar el duelo.
Bravo por la directora, por no dejarnos anticipar hasta dónde llegará con esta joyita de filme que apuesta todo en la capacidad de recordar cómo un niño ve la vida. Por eso esta película resulta tan trascendente, incluso por esa capacidad que tiene de conmover genuinamente y, al final, ampliar el entendimiento del lazo inquebrantable entre madre e hija. Disponible en MUBI. De verdad, no se la pierdan. ****
Punto final.- Bien por las divertidas películas que siguen emanando del universo de Harry Potter.