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miércoles, octubre 30, 2024
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Ni tan liberal el Darío…

El alcalde de Tecate, Darío Benítez, es todo un personaje. Siempre lo ha sido. Desde sus exabruptos contra la ex alcaldesa Zulema Adams, cuando él era director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos en ese municipio y servía a los intereses del entonces gobernador, Jaime Bonilla Valdez; pasando por sus públicos pleitos maritales, excesos con reporteros, cantadas en conferencias de prensa y acoso contra mujeres y hombres de negocios, siguiendo el ejemplo de su mentor, el ahora senador.

Al final de la semana pasada, la primera de abril de 2022, de manera innecesaria, inesperada y sorpresiva, anunció que el lunes 11 entraría un nuevo oficial mayor del ayuntamiento y que este era un hombre abiertamente gay. El alcalde prefirió destacar la preferencia sexual de su colaborador que hablar de su capacidad, formación académica o cartas credenciales para ocupar una de las posiciones más importantes en la administración municipal.

Se trata de Cristian Medina, quien  de hecho, fue funcionario estatal cuando acompañó al propio Benítez en la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tecate. Ya se conocen, pues, han trabajado juntos y ahora va de nuevo.

En la misma reunión, el morenista aprovechó para hablar, desde una posición oficial y un edificio público, de su propia sexualidad,  declarándose  bisexual. Esta abierta conciencia indicaría que estamos frente a un liberal en la política de Morena en Baja California que reconoce los derechos de la comunidad LGTB+, que se siente parte de la misma y no interfieren estos valores y principios al momento de realizar nombramientos.

Pero no parece ser así. Hay por lo menos tres regidoras mujeres, que se dicen amenazadas por el presidente municipal tecatense.

En el Pueblo Mágico bajacaliforniano, despachan cinco regidoras mujeres, de un cuerpo edilicio integrado por diez miembros. Las regidoras son Zurey Cázares Bojórquez, Rosalba Gabriela Peña Duarte, Sarahí Osuna Arce, Karolina Fraijo Velázquez, además de Daniela Caballero Garciglia.

De entre todas ellas, la que más se ha enfrentado al peculiar alcalde tecatense, es la morenista Sarahí Osuna Arce, quien se erige como muro de contención de las ocurrencias de Darío Benítez en las reuniones de Cabildo, cuando se programan, claro, porque desde enero no se celebraba una colegiada hasta el viernes 8 de abril… la misma que sirvió al bonillista para destapar su preferencia sexual.

El tema de fondo, dicen, es que amaga a las mujeres cuando alguna, del partido que sea, osa ir contra sus designios, y si por algo le conocen a Darío, es por llevar a cabo sus amenazas, así se deshizo de su suplente, Joaquín Mercado de Santiago, quien estaba a cargo de Protección Civil y Bomberos.

El alcalde se empecinó en su salida cuando, al acudir a inspeccionar una empresa privada, sin las medidas de seguridad y protocolos para ello, Bomberos le impidieron el acceso. Su ira alcanzó al jefe y varios tragafuegos, a algunos después tuvo que recontratarlos. De hecho, a Mercado de Santiago no le han liquidado ni avanzado en su remoción, tras ser “destituido” por el presidente municipal.

Otro ejemplo de la ligereza, voluntariosa y campechana forma de gobernar de Benítez, se dio cuando exigió la renuncia al director de Seguridad Pública. Enrique Alonso Trujillo, a quien definitivamente no consultaba, no consideraba y alejaba de la tropa para erigirse él mismo como líder de los policías. En circunstancias así, reflexionó el ex director de Seguridad, no se puede trabajar y entregó su renuncia.

Ahora las mujeres regidoras andan buscando apoyo para denunciar al alcalde que las acosa y las amenaza en caso de actuar contra él y sus políticas públicas. De hecho, no hace mucho tiempo circuló un audio en el cual Darío Benítez amenazaba a la regidora Peña Duarte en caso de no apoyarlo. Le decía que si a alguien le debía la posición era a él, y eso podía terminar.

Igual que aquel audio, hoy día tienen videos y audios para probar las agresiones del presidente municipal que tan liberal no es, pues empieza por no respetar los derechos de las mujeres que integran su Cabildo.

Mencionaron quienes asesoran a las regidoras, que han acudido con algunas autoridades estatales, autónomas y de gobierno, pero no han encontrado apoyo para denunciarlo. Por estos días, intentan comunicarse con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda para ver si a través de ella, pueden canalizar su queja.

De hecho, la mayoría del Cabildo tecatense es del ala morenista de Ávila Olmeda, lo cual podría traer los primeros desacuerdos entre el alcalde de Tecate y la gobernadora del Estado, pues es sabido que en el cacicazgo que está ejerciendo Benítez en el Pueblo Mágico, se ha negado a coordinarse con enviados de la mandataria, incluso en temas tan delicados y preocupantes como la seguridad.

El caso de Darío Benítez es uno de esos en los que se prueba que Morena no necesita oposición para ser exhibida, dado que los enemigos están adentro y ejercen el poder unos contra otros.

Tecate, ahora sí que pueblo chico, infierno grande… y con alcalde ocurrente.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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