“Cuando el príncipe arranca una fruta, el ministro arranca el árbol”.
-Proverbio Persa
Un caso innovador y trascendente de la justicia en México es el relativo a los amparos promovidos por la Sra. Laura Moran y su hija Alejandra Cuevas, acusadas por el delito de “Homicidio por Omisión” por el ahora fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero. Este es un claro ejemplo del tráfico de influencia y del abuso del poder.
¿Por qué? Por la sencilla razón de que precisamente el fiscal general de la República ha utilizado recursos públicos que debería destinar para la integración de las Carpetas de Investigación, que en número de miles tiene sin resolver la Fiscalía Federal. Naturalmente, que al margen de que él sea un servidor público, lo cierto es que ha dirimido un litigio estrictamente personal que no lo puede desligar de la investidura que tiene como servidor público y el mayor responsable de la investigación de los delitos del orden federal en la república mexicana. Su pasión y ánimo de destrozar a la que fuera pareja de su hermano por muchos años no tuvo límites; la extendió incluso a la Sra. Alejandra Cuevas, hija de Laura Moran y quien ni siquiera residía en la casa de su hermano.
Ha sido tan desastrosa esta acción que incluso ha enlodado a la fiscalía de la Ciudad de México al presidente del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX, a los Jueces del orden común involucrados en tan innombrables acciones y por supuesto, a los Agentes del Ministerio Público, que olvidando la grave responsabilidad que implica perseguir delitos, en este caso, se dedicaron a acusar inocentes, inventando delitos que no se encuentran contemplados en el Código Penal con el único propósito de llevarlas a la cárcel.
Esto ha quedado debidamente demostrado con el proyecto de sentencia que presentó esta misma semana el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena el pasado lunes, donde se concluye con un estudio muy serio y profundo en que los Servidores Públicos encargados de la áreas de administración y procuración de justicia (que debieron en todo momento ser respetuosos y observar la ley), con falta de honestidad y con una conducta delictiva, la violaron.
El Ministro Gutiérrez Ortiz Mena planteó una grave realidad, esto es que la denuncia presentada por el fiscal Alejandro Gertz Manero en contra de su familia política, ya que al parecer la Sra. Laura Moran vivió más de 45 años como pareja del hermano del fiscal General; y lo que es más grave: que Alejandra Cuevas, que estuvo detenida durante 553 días ni siquiera vivía con ellos.
El proyecto elaborado y presentado por el ministro en comento se basa fundamentalmente en que la figura por la que se le imputaron estos delitos a las acusadas, no están previstos y sancionados en el Código Penal. Esto es, son figuras inexistentes, lo que originó en un mal momento que Ernestina Godoy Fiscal de la CDMX y su jueza subordinada Ángeles Arrieta encarcelaron a la Sra. Cuevas por los citados 553 días, y la singular defensa de la Sra. Laura Morán para no haber estado en prisión es sencilla: es nada más y nada menos que suegra del gobernador del Estado de México. Justicia sucia, al fin y al cabo.
Benigno Licea González es doctor en Derecho Constitucional y Derecho Penal. Fue presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa”.
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