El Gobierno de Estados Unidos anunció, el 1 de abril, que rescindirá la orden de salud pública conocida como Título 42, impuesta por la pandemia de COVID-19, que expulsaba a los migrantes no autorizados que llegaban a sus fronteras terrestres, para así intentar frenar propagación del coronavirus.
“El Título 42 permanecerá vigente hasta el 23 de mayo y, hasta entonces, el DHS continuará expulsando a los adultos solteros y las familias que se encuentren en la frontera suroeste”, dijo el titular del Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, en un comunicado.
Con el Título 42, los funcionarios fronterizos podían expulsar inmediatamente a los migrantes que ingresaban a través de Canadá y México hacia EE.UU. Sin embargo, los menores no acompañados estaban exentos de esta medida.
La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) prohibía la entrada de ciertas personas que “potencialmente representan un riesgo para la salud”. Ya sea por las restricciones de viaje previamente anunciadas o por haber ingresado ilegalmente al país con el fin de “eludir las medidas de detección médica”.
Según la CBP, las personas que eran detenidas no eran retenidas en áreas congregadas para su procesamiento y fueron expulsadas inmediatamente a su país de último tránsito.
Dicha política entró en vigor en marzo del 2020, bajo el mandato del entonces presidente Donald Trump. Desde entonces, los migrantes que intentaban entrar a EE.UU. fueron rechazados más de 1.7 millones de veces.