A mis nietas
Cuatro flores en mi huerto,
con pétalos de colores,
a mi corazón alegran
y lo visten de ilusiones.
Tan pequeñas como estrellas,
alumbran el universo;
mi hogar cubren de esperanza
como mis hijos lo hicieron.
Va creciendo la familia
y el tiempo sigue su curso;
cuatro niñas de mis ojos
desfilan en este surco.
Hoy me siento bendecida
y, aquí parada, en el campo,
me rodean golondrinas;
cuatro, para ser exacta.
Van y vienen mariposas
en el jardín de mi casa;
se posan en cada esquina,
son bálsamo para el alma.
Cuatro flores en mi patio
son para mí aquellas niñas
que aromatizan mi cielo
y me llenan de alegría.
Que Dios las bendiga siempre
y sus sueños les conceda;
las lleve por buen camino,
con Él presente a su vera.
Hoy me alegran sus miradas
y a su sonrisa me abrazo;
“son cuatro”, me lo repito,
de amor tan lindo regalo.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California