Hace más de una década, el rapto de Lisset conmocionó a la sociedad sudcaliforniana, que hasta la fecha sigue sin tener una respuesta oficial de qué sucedió con ella. La desaparición de la menor se convirtió en uno de los casos que simbolizan la impunidad en Baja California Sur
A mediados de marzo, Melchor Soto, padre de Lisset Soto, menor que desapareció en 2010 en la ciudad de La Paz, acudió al Palacio de Gobierno a dejar una carta al gobernador del Estado, Víctor Castro Cosío, para exigir justicia y avances en el esclarecimiento del caso de su hija; sin embargo, hasta la fecha no ha sido recibido por el mandatario.
“La recibieron y no he tenido ninguna respuesta. Lo que me da a entender que tengo que formarme hasta que me toque y eso lo que nos quiere decir es que no está en la agenda, no es una prioridad este tipo de situaciones, y por tanto habrá que esperar”, confirmó.
Recordó que los anteriores gobernadores lo recibieron en cuanto asumieron el cargo, no obstante, ahora espera su turno para exponer su situación al actual mandatario.
“No importa que yo no sea convocado, yo no soy el único ni el más importante. Somos todos importantes. Él tuvo una reunión con los colectivos de desaparición forzada en noviembre y según lo que me dijeron compañeros y compañeras es que se iban a reunir una vez al mes; sin embargo, esto no ocurrió”, dijo.
Ante medios de comunicación aseguró ya no tener esperanza, pero sigue en la lucha por la verdad.
“Esperanzas no tengo, vengo a solicitar un derecho como ciudadano y nada más”, mencionó.
La historia de Lisset
Fue el 14 de octubre de 2010 la última vez que se supo de Lisset Soto. Su padre recuerda que su hija desapareció en la colonia Camino Real cuando regresaba a casa de la escuela.
De acuerdo con el recuento del caso, la menor, de 9 años de edad, descendió del transporte público en el Oxxo de la calle Camino Del Triunfo, cuando llamó a su madre para decirle que una camioneta la iba siguiendo.
“Muchos saben que mi hija fue levantada en la colonia Camino Real, por las cuatro de la tarde. Inclusive hay un video de la tienda Oxxo que está en la esquina, donde ve pasar a mi hija después de que baja del camión y segundos después se pierde contacto con ella”, comparte.
La noticia le dio la vuelta a Baja California Sur y llegó hasta medios nacionales. “¿Dónde estaba Lisset?”, “¿Quién se la llevó?”, 2¿Por qué motivo?”, eran preguntas que se hacían en ese momento y que hasta el día de hoy no tienen respuesta.
Melchor recordó que cuando sucedió todo en 2010, se entrevistó con Víctor Castro en ese momento. Lo recibió amablemente en su casa y él le contó los pormenores del caso, y éste se solidarizó con los padres de Lisset.
“Ahora que es gobernador y le toca seguir con los temas de seguridad y las denuncias que existen, vengo a platicar con él para ver su posición, para platicar con él los avances y si hay necesidad de que él intervenga para que esto tome forma y se acelere, sería lo ideal”, dijo.
La revictimización
Melchor recuerda que no solo ha sido una lucha para hacer justicia y encontrar a su hija; durante estos casi 12 años tanto él como su familia se han enfrentado a la revictimización en diversas formas.
“No he sido víctima de intimidación, pero sí me han revictimizado en muchos sentidos, empezando por el hecho de que yo no soy de aquí de Baja California Sur, soy de Michoacán y como me crie en Ciudad de México, desde ahí he tenido discriminación”, expuso.
La xenofobia ha estado presente, ya que él no es originario de Baja California Sur; también menciona que hubo acusaciones falsas, sin sustento, con las que se intentaba desviar la atención de la desaparición de su hija.
“Cuando la ciudadanía se iba sobre la Procuraduría con reclamos por incompetencia, se inventó una forma de revictimización de mi familia. En primera diciendo que no era mi hija, que yo no era el padre biológico, que este era un ajuste de cuentas porque yo pertenecía al crimen organizado… que muchas cosas así, que un sector de la sociedad repitió”, añadió.
Melchor ha colaborado con asociaciones y colectivos formados por familiares de víctimas de desaparición. Comparte la experiencia de su caso y busca un cambio para la sociedad en general, pues recuerda que cuando todo sucedió, las autoridades no estaban preparadas para resolver, lo que conllevó a diversas negligencias que impidieron localizar a Lisset.
“No investigaron los antecedentes de sucesos similares, que sí existen, pudo haber llevado a una forma de actuar de las personas que se dedican a levantar niñas”, subrayó.
Desde su perspectiva, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) no investigó bajo los protocolos adecuados la desaparición de Lisset.
Ahora el caso se encuentra en la Subprocuraduría de Delitos de Alto Impacto, el padre de la víctima sabe que existe una línea de investigación en esta instancia. Lo que quiere dialogar con el gobernador es saber qué ha pasado con esas indagatorias que se siguen desde hace años.
El caso también llegó ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) en la Ciudad de México, aunque menciona que no hay avances.
El procurador de Justicia, Daniel de la Rosa Anaya, ha asegurado que ni este caso ni ningún otro quedarán en la impunidad.
A 12 años de la desaparición de su hija, Melchor no ha dejado de luchar. Se preparó académicamente en materia de derecho y también promueve iniciativas que beneficien y apoyen a las y los familiares de víctimas de desaparecidos.
Se ha convertido en un referente de acción para quienes en Baja California Sur, con una supervisión de la intervención de gobernantes en turno para que haya un cambio verdadero en la forma en que responden, solucionan y resuelven las instituciones de seguridad.