Con su libro de cuentos “Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio”, la autora mexicana ganó el Premio “Gilberto Owen” 2018, mismo que publicó la editorial Almadía en 2020. “Es un primer paso también de preguntarme qué puede uno hacer con la ciencia ficción y cómo la ciencia ficción puede ser distinta o puede ser particular para las características que me conforman, el ser mujer, mexicana, escribir en español”, expresó a ZETA
La ciencia ficción desde la cotidianidad mexicana es una de las apuestas de Andrea Chapela en su libro de cuentos “Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio”, título con el que ganó el Premio Nacional “Gilberto Owen” 2018 en la categoría de Cuento y publicado por la editorial Almadía en 2020.
Convocado por el Gobierno de Sinaloa, a través del Instituto Sinaloense de Cultura, con el apoyo de la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, el Premio Nacional “Gilberto Owen” 2018, en rubro de Cuento, contó con Liliana Blum, Julián Herbert y Antonio Ramos como Jurado, mismo que decidió por unanimidad premiar el libro “Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio”, de Andrea Chapela, “por contar con una buena factura en su prosa y personajes bien construidos, amén que logra equilibrar la atmósfera de la ciencia ficción con diálogos que parecen naturales. También nos ha interesado la voluntad de la voz autoral por contar historias de mediana o larga extensión, espacios que proponen al lector un interesante juego de paulatinos descubrimientos”.
“El libro fue escrito pensando cómo la tecnología irrumpe en nuestras vidas, irrumpe en nuestras relaciones, modifica cómo nos relacionamos y, claro, durante la pandemia eso sucedió todavía más”, expresó a ZETA la autora, quien a la par, confesó algunos pormenores sobre la ciencia ficción en México y su libro.
EN LA COTIDIANIDAD
Una pareja se coloca su respectivo chip para conocer la memoria de la otra persona, o una mujer protagonizando su propia resurrección asistida, son sólo algunos de los personajes que pululan en el mundo especulativo que crea Andrea Chapela en “Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio”.
“Este libro es una respuesta a cuando yo me pregunté ¿cómo es un cuento de ciencia ficción que habla de las pequeñas cosas de la vida? ¿Qué pasa si ese cuento lo coloco en un universo de ciencia ficción? Para mí era enfocarme en lo que sucedía entre dos personas, ésas cosas que son difícil de nombrar que suceden entre relaciones de las personas y cómo la tecnología irrumpe y las cambia o las reordena de cierta manera”, expresó a ZETA Andrea Chapela, a propósito de su exploración a través de la ciencia ficción de las relaciones humanas en escenarios y contextos mexicanos.
— ¿Cómo concibes tus cuentos de ciencia ficción en el sentido de que no son realistas, aunque se desarrollen en la cotidianidad de México?
“Para mí toda la ciencia ficción y toda literatura especulativa permite dar un paso hacia a un lado y mirar las cosas desde otro ángulo. Al final, siempre estamos hablando del presente, siempre estamos reaccionando al presente y al mundo en que vivimos; pero creo que a través de la ciencia ficción puede uno tomar un escenario y hacer que el escenario mismo sea parte de la ficción”.
En “Perfilada”, uno de los cuentos emblemáticos de su libro, Chapela especula con un chip que es capaz de leer los recuerdos de una persona, aunque el trasfondo es tratar el tema de la privacidad en las relaciones cotidianas de una pareja:
“En una relación de pareja una chica se pone un chip para ver los pensamientos de la otra persona. El cuento en realidad es una discusión de pareja donde uno de ellos no quiere y el otro sí; y podría estar hablando de tecnologías que conocemos, pero el asunto de que sea esta exageración que ya no tiene que ver sólo con dar tu ubicación, sino darle toda tu cabeza a una persona, creo que pone temas de la privacidad y hasta dónde queremos dejar entrar a una persona cuando la queremos. Entonces, la ficción me permite decir ‘esto es de lo que quiero hablar’ y crear un mundo alrededor de eso”.
EL GÉNERO POR EXCELENCIA
Andrea Chapela (Ciudad de México, 1990) se graduó como Química en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estudió la maestría en Escritura Creativa en la Universidad de Iowa. En 2019 obtuvo el Premio Nacional de Cuento “Juan José Arreola” por “Un año de servicio a la habitación” y el Premio Nacional de Ensayo Joven “José Luis Martínez” con “Grados de miopía”.
“Para mí la ciencia ficción es una manera de relacionarse, es tener un grado de libertad, no sólo en crear los personajes y la historia, sino de ficcionalizar la realidad misma, el escenario. Yo siempre he querido escribir especulativo en todas sus formas: ciencia ficción, fantasía”, expresó Chapela a ZETA cuando se le cuestionó ¿qué es la ciencia ficción?, aunque claro, también evocó a algunos autores que prefieren este género:
“N. K. Jemisin habla de que la ciencia ficción es el género que coloca al ser humano enfrente de lo inefable, de todo lo que no podemos contener, de todo lo que es mayor a nosotros, puede ser la naturaleza, el cambio climático, la tecnología, que a veces se siente tan grande, aunque sea algo que hemos creado nosotros”.
En cualquier caso, Chapela destacó a la ciencia ficción también como una forma de “hablar del otro”:
“De alguna manera creo que la ciencia ficción es el género por excelencia que logra hablar del otro; digamos, el otro es el alguien, es el verdadero otro del ser humano, de esa manera permite preguntas acerca de lo que quiere decir ser realmente humano, poderte poner en duda y cambiar los parámetros de lo que parecería normal. Al hacer este cambio de la normalidad al generarnos extrañamiento, yo creo que permite que esas preguntas sean mucho más incisivas: quiénes somos, qué somos, quiénes somos sin el otro, quiénes seríamos si cambiáramos nuestros recuerdos o si no tuviéramos nuestro cuerpo, si fuéramos mitad máquina, dónde está la línea entre lo que nos hace humanos y lo que no”.
LA CIENCIA FICCIÓN EN MÉXICO
Andrea Chapela es una de las autoras jóvenes menor de 35 años en México que está escribiendo cuento y ensayo de ciencia ficción, a la que hay que recurrir a la hora de hablar de la literatura especulativa; por eso había que preguntarle si hay o no una tradición de ciencia ficción en México:
“Creo que la hay, lo que pasa es que la ciencia ficción nunca ha estado en el centro, pero eso le ha pasado a la ciencia ficción muchas veces y creo en todo el mundo. Para mí -y aquí cito a Kim Stanley Robinson, un autor de ciencia ficción-, escribir sobre el presente ya es escribir ciencia ficción, porque los problemas de nuestro presente son temas de la ciencia ficción: el cambio climático, la tecnología. Para mí hay una tradición, lo que pasa es que nunca fue una tradición que estuviera en el mainstream, creo que están sucediendo muchísimos procesos en la literatura, entre la cantidad de mujeres que están escribiendo, entre la manera en la que estamos poniendo en duda el canon.
“Para mí México tiene una tradición de ciencia ficción, lo que pasa es que los reflectores no han estado ahí, pero está por supuesto Alberto Chimal y toda la gente que hacía ciencia ficción en los 90. El Premio Puebla de Cuento de Ciencia Ficción (fundado en 1984 y convocado por la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de Puebla), es a lo mejor el premio más importante que tenemos de literatura especulativa, tiene muchos años de otorgarse. Justo ahorita lo que está sucediendo es que la ciencia ficción está recibiendo un nuevo aire, y que los escritores como Yuri Herrera o Emiliano Monge, pues ya no tienen miedo de decir ‘esto es ciencia ficción, me interesa, me gusta leerlo’”.
— ¿En qué momento se encuentra la ciencia ficción en México, con relación con otros países?
“Una cosa que sucedía antes, es que la ciencia ficción en otros países siempre iba varias décadas de la de Estados Unidos, el cyberpunk sucede en Estados Unidos en los 80 y aquí sucede hasta finales de los 90. Pero ahora yo siento que la ciencia ficción en México está bastante a la par de Estados Unidos, o por lo menos yo siento que estoy en conversación con los autores de allá y sé lo que está sucediendo allá.
“Hemos sido invitados muchos escritores mexicanos al Worldcon (Convención Mundial de Ciencia Ficción), que es la convención más grande de ciencia ficción; fuimos 50 creadores mexicanos o mexicoamericanos en 2017 a Estados Unidos y hemos seguido haciendo lazos. Entonces, yo siento que hay muchos lazos hacia esa tradición, pero también cada vez más lazos hacia lo que está sucediendo en tradiciones en Latinoamérica, donde también se está escribiendo mucha ciencia ficción. Creo que, además, se está tratando de entender cómo es una ciencia ficción que sucede en estos países, que ya no están necesariamente imitando lo que sucedería en Estados Unidos, Londres o París, sino cómo es una ciencia ficción que suceda en Lima, México, que suceda en nuestros entornos, porque yo creo que el futuro es distinto desde aquí”.
— ¿Qué te gustaría aportar a la ciencia ficción?
“Quería hacer una ficción de corto alcance, de presente cercano. O sea, es una pregunta que creo que el libro no alcanza a contestar, pero me la hago, me la sigo haciendo, entender qué quiere decir hacer una ciencia ficción desde México, desde estos países donde se ha hecho, pero nunca ha sido el mainstream o el centro como en otros”.
Concluyó la narradora: “Creo que es un primer paso también de preguntarme qué puede uno hacer con la ciencia ficción y cómo la ciencia ficción puede ser distinta o puede ser particular para las características que me conforman, el ser mujer, mexicana, escribir en español”.