Dos amigas van a un restaurante el 14 de febrero. Al llegar, ven que está totalmente lleno, con mesas ocupadas por parejas. En eso una de ellas saca el celular de su bolsa, marca un número, pone el altavoz y viendo al cúmulo de enamorados a su alrededor dice:
“¡Hola, amiga! Ya llegué al restaurante y tu marido está aquí con otra mujer. ¡Vente de inmediato!”.
Cinco hombres salieron corriendo, dos se desmayaron y siete mesas quedaron libres.
* * *
Un infiel marido camina muy tranquilo cuando la parca se le para enfrente y le cierra el paso.
Sin más remedio, el mortal pregunta:
— ¿Qué haces?
“Vengo por ti”.
— Pero ¿por qué? ¡Soy joven y no me duele ni una uña!
“Olvidaste tu celular desbloqueado en la casa ¡y tu mujer ya lo vio!”.
— Uy…
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— Buenos días, ¿tiene tarjetas de San Valentín?
“Sí”.
— Quiero que digan: Para mi único y verdadero amor.
“Justo eso dicen”.
— Perfecto. ¡Deme ocho!
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Un hombre pregunta a su esposa:
— Amor, ¿crees en el amor a primera vista?
“Claro que sí, mi cielo, porque si te hubiese visto más de una vez, ¡no estaría casada contigo!”.
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Carta para el ser amado:
Mi amor:
Por ti soy capaz de cualquier cosa.
Por ti cruzaría el océano nadando.
También llegaría a la cima de la montaña más alta del mundo y enfrentaría los obstáculos que nos separen.
Te amo tanto, que quiero salir corriendo y gritar mi amor a los cuatro vientos.
P.D. Llego el jueves, si no llueve.
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Una mujer se levanta por la mañana, despierta a su marido y le dice:
— Cariño, tuve un sueño maravilloso: que me regalabas un collar de diamantes por el 14 de febrero. ¿Qué querrá decir?
“Lo sabrás en San Valentín, mi amor”.
Llega el Día de los Enamorados y el marido entra a la casa con paquete en mano.
Emocionada, la mujer se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado “La interpretación de los sueños”, de Sigmund Freud.
* * *
Un señor llega tarde a su casa el Día de los Enamorados pintado con manchas de lápiz labial.
Su mujer, que lo espera con una cena especial, le pregunta qué ocurrió y él responde:
“No me lo vas a creer, pero viniendo para acá, fui a comprarte un ramo de flores y me peleé con un payaso ¡porque me las quería quitar!”.
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Un joven dice a su novia en plena cena de San Valentín:
“Mi amor, llevamos más de ocho años viviendo juntos, ¿por qué no nos casamos?”.
Sorprendida, ella responde:
“¿Casarnos? ¿Y quién nos va a querer a ti y a mí?”.
Autor: Un intento de Cupido.
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— ¿Qué harás este 14 de febrero?
“Esperar a que llegue el 15”.
En corto
Un cliente a un carpintero:
— ¿Podría hacerme una mesita de noche?
“Lo siento, ¡sólo trabajo de día!”.
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— ¿Puedo confesarte un secreto?
“Faltaría más, ¡por eso somos amigos!”.
— Necesito 6 mil pesos.
“Tranquilo, ¡como si no me hubieras dicho nada!”.
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Un General a su soldado:
— Soldado, ¡ice la bandera!
“Lo felicito, mi General, ¡le quedó muy bonita!”.
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— ¡Capitán, capitán! ¡Ahí vienen los indios!
“¿Y cuáles son sus planes?”.
— Creo que van en plan de ligue, ¡porque los veo a todos muy pintados!
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Un coronel ordenó “¡Sigan avanzando!” … Y todos se perdieron, porque Vanzando no se sabía el camino.
Autor: Un lector con prisa.
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Gallego A:
“Te llamo por la cortadora de césped”.
Gallego B:
“Ostras, ¡pues te oigo muy bien!”.
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Persona A:
“¡Menuda fortuna que ha hecho Henry Ford con eso de los coches!”.
Persona B:
“¡Y su hermano Roque Ford, con los quesos!”.
Autor: Un lector acelerado.