“Ha habido un mal manejo de la crisis de COVID-19 y una serie de políticas que son erróneas”, porque lo que en gran parte se han implementado medidas que ahuyentan a la inversión privada, señala ex rector de la UABC
A pesar de que diversos economistas señalan que el decrecimiento económico en México durante el último semestre de 2021 perfila una recesión técnica, el Presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que “no hay recesión”.
“Sostengo que no aplica su fórmula que si dos trimestres (la economía) está debajo de cero, se decreta la recesión”, reiteró el político tabasqueño.
Desde Palacio Nacional, aseguró que “no puede haber recesión” si durante enero de 2022 se crearon 142 mil empleos ante el Seguro Social, convirtiéndose en uno de los meses en que se creó más empleo en los últimos 20 años. “¿Cuál recesión?”, retó el mandatario.
Y hasta anticipó que la economía mexicana crecerá 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) este año:
“Para que se enojen, porque los expertos y los especialistas nos están dando cuando mucho 2.5%, y yo planteo 5%. Tengo información y además soy optimista, quiero que nos vaya bien.
“De una vez les digo 5% para 2023 y 5% para 2024, y mi ideal es que, a pesar de la pandemia, obtengamos en el sexenio en promedio anual más del 2%”, expresó el titular del Ejecutivo durante su conferencia matutina del 2 de febrero, declarándose “satisfecho porque se sigue creciendo, vamos saliendo de la crisis”.
AMLO no fue el único que entró a la polémica. Días antes, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que en el cuarto trimestre de 2021 la actividad económica decreció -0.1% y con ello se registraron dos trimestres a la baja, ya que en el tercer trimestre del año pasado se tuvo un decrecimiento de -0.4%.
El subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, señaló que hacían falta más observaciones y análisis para determinar que la economía mexicana se encuentra en recesión.
Empero, el encargado de controlar la inflación en el país reconoció que “independientemente de colgarle la etiqueta de recesión o no, prevalece un problema de falta de crecimiento” en el país.
“La idea de que la economía está en recesión porque hubo dos trimestres consecutivos con una tasa negativa del PIB (Producto Interno Bruto) es una simplificación de lo que es una recesión. Realmente no es la definición ‘técnica’ sino más bien ‘mediática’, escribió el funcionario del banco central en su cuenta de Twitter.
En entrevista con ZETA, Juan Manuel Ocegueda Hernández, profesor de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), aclaró que la recuperación económica de 2021 de 5.02% a tasa anual -con datos preliminares- no alcanza a compensar la caída histórica que se tuvo el PIB en 2020, de -8.2%, ni la baja de 2019 (-0.1%).
“Ahorita técnicamente podríamos decir que efectivamente la economía mexicana está entrando en un proceso de recesión, pero más que preocuparnos eso, lo que nos debiera preocupar es que México no ha logrado recuperar el crecimiento que necesitamos para elevar el bienestar de todos”, advirtió el catedrático.
La mayoría de las proyecciones de crecimiento para México en 2022, 2023 y 2024, oscilan entre 2 y 2.7% del PIB, por lo que el nivel de Producto Interno Bruto que tenía el país en 2018 se recuperaría hasta 2023.
“Más preocupante” es que en 2024, el PIB por habitante (per cápita) alcanzará el nivel que tenía en 2014, “una década que prácticamente se perdió en términos de progreso económico y social, esas son las cosas que nos deberían preocupar; es decir, ha habido una involución en términos de ingreso por habitante de los mexicanos, y eso por supuesto repercute en la situación de bienestar social, hoy sabemos que la pobreza y la desigualdad crecieron”, destacó el ex rector de la Máxima Casa de Estudios de Baja California.
¿POR QUÉ MÉXICO NO CRECE?
La disminución del crecimiento económico en el tercer trimestre (-0.4%), y en el cuarto trimestre (-0.1%) de 2021 se debió a los estragos causados por la variante Ómicron del virus SARS-CoV-2 en las actividades terciarias (sector de comercio y servicios), comentaron los analistas consultados por ZETA.
Según el INEGI, en el cuarto trimestre de 2021 las actividades terciarias tuvieron una reducción de -0.7% respecto al trimestre previo. En contraste, las secundarias crecieron 0.4% y las primarias aumentaron 0.3%.
Ernesto Bravo, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que en el tercer trimestre la derogación del outsourcing y la salida “importante” de capitales extranjeros afectó el crecimiento económico, mientras que en el cuarto trimestre, el efecto de la variante Ómicron y la inflación provocaron la caída de la economía.
Un escenario de recesión es percibido por el común de las personas porque hay encarecimiento de la canasta básica, mayores dificultades para conseguir trabajo, mayores tiempos para conseguir ascensos e incluso recortes salariales. Además de que hay mayores dificultades para establecer empresas.
“En escenarios recesivos los inversionistas son adversos al riesgo, es decir, no se animan a invertir fuertemente y hay mayor aversión al riesgo en los pequeños y medianos empresarios, porque ellos por los problemas de financiamiento y los años en los que se han visto afectados por la pandemia están prácticamente en condiciones de subsistencia, de tal manera que si captan una posible alentización o estancamiento económico, ellos también se van a ver en la necesidad de no contratar más trabajadores, posponer sus proyectos de ampliación productiva, etc. Vamos a ver esto, y por supuesto, el incremento de las tasas de interés”, determinó el consultado.
En tanto, Rodolfo Salazar Ortiz, jefe del Departamento de Administración y Negocios Sostenibles de la Universidad Iberoamericana de Tijuana, señaló que para generar mayor crecimiento económico es necesario que el gobierno propicie la inversión privada.
“Según los últimos registros, la inversión privada representa aproximadamente el 16.5% del PIB, y la inversión pública el 2.5%. Sumadas dan el 19%. La recomendación que hace la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) es que un país que tiene buen nivel de inversión por lo menos debe invertir el 25% de su PIB”, así es que a México “le falta bastante”, advirtió.
Visión es similar a la expresada por el propio subgobernador del Banxico, Jonathan Heath, quien en entrevista radiofónica detalló que la falta de crecimiento desde el segundo semestre de 2021 se debe a que las “inversiones están paradas, las exportaciones apenas se están moviendo”.
A propósito del augurio presidencial respecto al crecimiento para este año, el próximo y 2024 del 5% del PIB, “es un escenario bastante difícil, no imposible. Sí hay algunas cosas que pudieran pasar, pero creo que el gran ausente para que realmente podamos tener ese crecimiento es la inversión privada. Tenemos que, ahora sí que volver a inventar, cómo hacer que la inversión privada crezca, porque la inversión privada ha estado ausente en el crecimiento del país desde 2015”, reveló Heath.
De “2015 a 2018 estancada, 2019 ya venía cayendo, 2020 se desploma y en 2021 apenas se levanta, pero muy por debajo de los niveles pre pandémicos, y realmente la necesitamos como uno de los motores principales de crecimiento de este país y es la gran ausente”, afirmó.
En contraste, la inversión pública sí creció en 2021, y es “la primera vez que vamos a tener una tasa positiva” en cerca de 11 años.
En opinión del profesor Rodolfo Salazar, de la Universidad Iberoamericana, el Estado mexicano no sólo debe dar certeza a los grandes inversionistas, sino las facilidades para que invierta el pequeño empresario, pero “hay toda una tramitología burocrática” que hace que quien quiera invertir dedique días o meses para obtener un permiso, “porque detrás de ello sigue habiendo corrupción”. Eso es lo que está limitando en buena medida que el país vuelva a dinamizarse.
En ello coincidió el ex rector de la UABC, quien señaló que la iniciativa privada requiere seguridad pública, reglas claras “que no se las estén cambiando a medio camino” y un conjunto de apoyos por parte del gobierno para incentivar la actividad productiva.
“Se requiere que haya menos corrupción, y uno ve lo que ha venido ocurriendo, uno ve claramente que las medidas que se han tomado, no ayudan a generar ese ambiente que podría generar una mayor inversión privada”, dijo Ocegueda Hernández, además de opinar que “ha habido un mal manejo de la crisis de COVID-19 y una serie de políticas que son erróneas”, al ahuyentar a la inversión privada.
Recordó que cuando entró el gobierno de Vicente Fox, se hizo una estimación y se decía que, si México lograba crecer al 7% anual en promedio durante 30 años, se convertiría en un país desarrollado. Lo que ocurrió es que, durante ese periodo, se ha crecido en alrededor del 2%.
Acorde con el entrevistado, la mejor estrategia para salir de la pobreza y que una economía sea dinámica es generar empleos de calidad, lo cual sólo se consigue con la inversión privada. “Deberíamos aspirar a construir un país de clases medias, no de pobres (…) Estimular el crecimiento de las clases medias. Lo que tenemos que hacer, es a los de abajo subirlos, no a los de en medio bajarlos, pero parece que esa es la estrategia para combatir la desigualdad que está siguiendo esta administración”, lamentó.
VEN RIESGO DE ESTANFLACIÓN
Ocegueda Hernández y Rodolfo Salazar destacaron que la contracción económica vista en los últimos dos trimestres de 2021 se da en el marco de la aceleración de la inflación, por lo que el país está ante un fenómeno llamado estanflación, “que es cuando tenemos crecimiento de los precios y estancamiento económico, esto es grave y preocupante, porque uno de los problemas más difíciles de combatir con política económica es la estanflación”.
Para controlar la inflación y en línea con lo que otros bancos centrales como la FED (Reserva Federal de Estados Unidos), el Banxico tendrá que ir subiendo su tasa de interés de referencia, lo cual “podría agudizar el problema de estancamiento económico, porque lo que está haciendo es encarecer el crédito y puede ser un inhibidor de la inversión privada”, subrayó Ocegueda Hernández.
El gran problema es que, ante una estanflación, las políticas para impulsar el crecimiento generan inflación, y las políticas para bajar la inflación generan contracción de la actividad económica, “eso es lo realmente preocupante en el corto plazo”.
En la misma línea, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, publicó en su cuenta de Twitter que “la alta inflación del 2021 y la caída del PIB en la segunda parte del año sugieren que la economía atraviesa una estanflación, situación que no se veía en México desde la década de 1980”.
Ernesto Bravo Benítez, investigador de la UNAM, discrepó de esa visión, al referir los datos que presenta el INEGI, que el crecimiento anual del PIB en 2021 se situó en 5%, con una inflación del 7.36%.
No obstante, coincidió en que la tasa de interés de referencia del Banxico ha ido incrementando y actualmente se sitúa en 5.5%, con posibilidades a incrementarla en las próximas reuniones. Quizá terminará en 6 o 6.5% en 2022.
Consideró que la FED y el Banxico están “siendo muy cautelosos” con incrementos “muy moderados”, ya que no quieren afectar la recuperación, y subir la tasa de referencia, implica frenar el crecimiento. Lo mismo sucedería en México si el banco central sobre reacciona ante la inflación, la cual es importada y “está en ruta de desaceleración, porque se están resolviendo los problemas de logística a nivel internacional”.
“Recomendaría que Banxico fuera más prudente y aguantara mantener las tasas de interés lo más que se pueda, esperando que esto ayude, para que el crecimiento pueda darse en ese 4%” que señala JP Morgan.
Consideró que los recursos extraordinarios que México está teniendo por el incremento en la captación tributaria y el alza en el precio del barril de la mezcla mexicana (que supera los 80 dólares por tonel, cuando se estableció en poco más de 55 dólares en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022), sean utilizados en áreas clave como infraestructura, ciencia y tecnología, y apoyos a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas para que pueda apuntalarse el mercado interno y acelerar el crecimiento económico, y “podamos mantenernos para 2023 y 2024 en escenario de al menos 4 y 5%”.
Cabe señalar que la última encuesta a especialistas del sector privado del Banxico, ajustó por sexta vez al alza la inflación que se espera en 2022, la cual prevén termine el año en 4.42%.
EXPECTATIVAS ECONÓMICAS A LA BAJA
Diversas instituciones financieras y organismos multilaterales han revisado a la baja su expectativa de crecimiento económico para México en 2022. Los pronósticos oscilan entre el 1.5% de Bank of America, al 3.2% de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).