Eso es lo que nos platican
de un murciélago, el causante,
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y de un chino, el degustante
de la pandemia reinante.
La muerte, siempre expectante,
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tiene prisa por llegar:
al enfermo ha de quitar
la vida, por ignorante.
El chino es buen informante
y bueno para inventar.
Alberto Torres Barragán.
Tijuana, B.C.
