“(AMLO) es un tramposo, un mañoso que sólo engaña al pueblo de México…No le tenemos miedo a su Guardia Nacional, que le cambió de nombre al Ejército y son los mismos”.
-EZLN. 31 de diciembre de 2018.
Publicidad
Según el nuevo administrador de los bienes comunes de la burguesía, sobre todo de los omnipotentes inversionistas extranjeros, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la construcción del Tren Maya y del Corredor Transísmico de Tehuantepec traerá mucho progreso a los pueblos por los cuales atravesarán los modernos ferrocarriles.
“Habrá mucho trabajo”, “Será el renacimiento económico del sureste”, vocifera AMLO, tratando de justificar la construcción de las dos colosales vías férreas.
Publicidad
Asegura el “amoroso” AMLO que el Tren Maya “detonará” la industria turística y que todos los mexicanos tendrán la oportunidad de conocer la zona selvática del sureste y las ruinas arqueológicas. Pura cháchara de merolico pretendiendo vender, en la plaza pública, las baratijas de sus amos.
El Tren Maya es un proyecto empresarial capitalista como cualquier otro. Plan acariciado por el capital financiero internacional, en particular por el imperialismo canadiense que pretende llevar a cabo el saqueo de las riquezas naturales de esa parte del país.
El Tren Maya será, fundamentalmente, un moderno, potente, eficiente y rápido tren carguero.
Lo de transporte barato para los vecinos del área es una engañifa. Pura demagogia.
La segunda función de esa ruta rielera será de vehículo turístico para goce y disfrute de la clase rica. ¿O cree usted, estimado lector, que las masas proletarias con su miserable salario mínimo podrían algún día viajar en ese lujoso tren turístico que recorrerá esa zona? Sucederá lo mismo que actualmente ocurre con el super tren turístico “Chepe” de Chihuahua, el cual transporta solo a gente fina y selecta (es decir, solo a burgueses). Mientras, los indios tarahumaras y la clase obrera paupérrima de la zona se seguirán transportando en destartalados camiones. O en burros.
Escuchemos algo que manifestó, Carlos Beas, asesor de la Unión de Comunidades de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI): “La prioridad en nuestra región son obras de agua potable, rellenos sanitarios, hospitales y clínicas equipadas, universidades, apoyo a mujeres y a productores agropecuarios. Un tren rápido sólo beneficiará al gran comercio trasnacional”. (Periódico La Jornada. Martes 18 de diciembre de 2018. P. 17)
La pequeña burguesía rural tiene muy claro que esos “Mega proyectos” arruinarán al pequeño propietario, entre ellos a los productores agropecuarios. Y señala Carlos Beas con exactitud, que esos modernos, lujosos y super rápidos ferrocarriles solo serán de provecho para el gran capital, para los todopoderosos inversionistas extranjeros.
El “corredor transísmico” que unirá al océano Pacífico con el Atlántico no tiene otra finalidad más que hacer más rápido y eficiente la transportación de mercancías. Su función esencial será el de transportar los gigantescos contenedores desde el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, hasta el puerto de Coatzacoalcos, Veracruz.
Atendamos a algo que publicó el diario El Universal, de la Ciudad de México: “Por primera vez en más de 114 años del Canal de Panamá, México es el tercer usuario mundial del Canal. Detrás de Estados Unidos y China. De octubre de 1917 a septiembre de 2018 es el primero en América Latina y el Caribe”. (El Universal. 8 de noviembre de 2018)
Preguntamos: ¿Es o no una exigencia real, de la industria maquiladora, y de otras poderosas empresas extranjeras, la construcción del “corredor transísmico”?
Ese super ferrocarril interoceánico, vendrá a ser un nuevo “Canal de Panamá” sobre rieles. Una super vía terrestre para uso exclusivo de los grandes monopolios imperialistas. Tal y como lo es en la actualidad el Canal de Panamá.
Y preguntamos: ¿Cuál es el beneficio que ha obtenido la clase obrera y el pueblo panameño con ese Canal interoceánico que atraviesa su patria desde 1904? Ninguno. Solo explotación, miserables salarios y pauperismo.
Si la nación panameña ha sido convertida en un auténtico enclave norteamericano, la “Zona del Canal” es un ultra enclave.
El “Corredor Transísmico” de Tehuantepec vendrá a ser un territorio exclusivo del imperialismo, zona en la que el gran capital impondrá su ley. Abiertamente. Con su soldadesca y su policía propia que custodiaran las maquiladoras que se piensan instalar, según lo afirmado por López Obrador, a ambos lados del susodicho “corredor transísmico”.
Los “30 millones” que votaron por AMLO, según el putrefacto y reaccionario INE de Peña Nieto, ¿Por qué se han quedado callado ante esta nueva subasta pública que está llevando a cabo el “amoroso”, López Obrador? Guardar silencio ante este entreguismo, es convertirse en cómplice.
Los morenistas hablan de “soberanía” y de “independencia”, mas los hechos los muestran como despreciables gusanos que reptan ante los omnipotentes imperialistas.
Solo obnubilados, solamente masas atrasadas no mirarían que el criminal fantoche, López Obrador, pisa sobre las huellas dejadas por los vendepatrias, anticomunistas y asesinos del PAN y del PRI.
Prueba irrefutable de lo antedicho es el nuevo Tratado de Libre Comercio (TLC). Y su despreciable comportamiento rastrero ante todos los insultos y agresiones del sanguinario imperialismo norteamericano en general y del nazifascista Donald Trump, en particular.
Atentamente,
Javier Antuna.
Tijuana, B.C.
Correo: gloriaproletaria@gmail.com
