En diciembre del año 2020, grabé y publiqué un video, el cual tuvo rápidamente casi quinientas reproducciones, diciendo: “Típicamente hacia el final de un día como este, acostumbra uno hacer propósitos de año nuevo. Yo te invito a que ahora sea diferente, a que ahora te fijes metas. Quizá fue este un año muy difícil para ti. Si sentiste que te hundiste, pues ahora que sea como un resorte, que te impulse hacia arriba… si sentiste como que retrocediste, pues que sea como que tomaste viada, impulso… ¡piensa que eres como un arco, que necesitó que su cuerda se tensara al máximo! Para poder lanzar las flechas más lejos. Cada flecha tuya será una meta que vas a cumplir”.
Ya antes, hace años, había escrito en mi colaboración al ZETA un artículo al respecto; sin embargo, todavía en aquel entonces se trataba de las típicas listas, más uno debe evolucionar al paso del tiempo y con los años he comprendido que el enfoque debe de ser diferente.
Especialmente después de un año en donde fue frustrante, que aunque se esperaba salir plenamente de la pandemia, el virus que causa COVID sigue presente, y para colmo, con mutaciones más contagiosas; se necesita definitivamente un cambio de mentalidad. Ya lo dijo Einstein: “No esperes resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo”.
Por ello, los propósitos en los que tradicionalmente fallamos, como ponerse a dieta o hacer ejercicio, ya demostraron que no te brindarán éxito si sigues repitiendo el mismo error cada año, consistente en que ni cambia el propósito, ni cambia de mentalidad quien se lo propone.
El principal problema es que hay confusión entre lo que se desea y lo que se hace.
La solución está en fijarnos metas, no en solo tener “buenas intenciones”, que en realidad suelen ser apenas más deseos que otra cosa, aunque los llamemos “propósitos de año nuevo”.
La sola expresión de la palabra “meta”, por sí misma, ya nos hace entender que se trata de algo mucho más serio y realizable que una intención o propósito.
Pero, para que una meta se logre, idóneamente debemos hacer un plan y sobretodo, considerar plazos y pasos que deberemos establecer para que se haga realidad exitosamente.
Algo que ayudará a cumplir la meta, es que apliquemos sentido común para que la misma sea algo realizable, en un tiempo viable.
Además, la meta deberá ser concreta. Prácticamente no sirven las generalidades.
Por ejemplo, si dices, “Ahora si me propondré bajar de peso”, en esa frase no hay nada específico y la intención esta casi condenada al fracaso. En cambio, si visitas al nutriólogo y te hace un plan alimenticio, seguramente estarás plenamente feliz con tu logro.
Otro ejemplo sería si te propones participar en un maratón, confiando únicamente en tu buena salud, pero sin entrenar… lo más seguro es que no lo logres o que la experiencia sea traumática y hasta peligrosa; pero si te incorporas a un grupo de corredores que te asesoren o contratas un entrenador y eres constante en los ejercicios, eternamente presumirás felizmente como completaste los 42,195 metros y muy probablemente mejorará por siempre tu calidad de vida si mantienes el hábito.
Algo sumamente importante para lograr tus metas, es que no las planees solo por alcanzarlas, sino que estés consciente de que es lo que te impulsa a conseguirlas; como por ejemplo, no solo reducir tallas, mejorar tu figura, participar en un evento o alcanzar un grado académico, sino evitar padecimientos, prolongar tu vida, mejorar tus ingresos o lo que sirva para tener motivación que te ayude a mantenerte persistente sin abandonar tus fines.
Todo es cuestión de Metas y no solo intenciones para Año Nuevo.
Alberto Sandoval ha sido educador de adultos, profesor de bachillerato, catedrático universitario, servidor público, conferencista, deportista y activista ciudadano.
Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albsandoval.blogspot.com/ Facebook: Alberto Sandoval. Twitter: @AlSandoval