“Hoy vuelve a haber socialismo. De todos los matices: socialismo en prosa y en verso, socialismo de la clase obrera y socialismo de la burguesía. En efecto, el socialismo, horror de los horrores, no solo se ha vuelto muy respetable, sino que incluso viste frac y se deja caer negligentemente en los divanes de los salones mundanos”.
-Federico Engels. La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra (1892).
Pero, ¿a qué izquierda se refiere el “amoroso” AMLO? Pues ni más ni menos que al socialismo burgués. Que de verdadero socialismo no tienen ni pizca.
En cierta ocasión el sátrapa norteamericano, James Carter (1977-1981), declaro: “hoy nos hemos liberado del miedo permanente al comunismo, miedo que en el pasado nos llevaba a abrazarnos con cualquier dictador que sintiese lo mismo”.
Como es natural, Carter, fiel representante del imperialismo más sanguinario que jamás haya existido, tenía en cuenta al “comunismo” chino, al francés, ruso, español, etc., que de comunismo solo tienen la careta. En realidad, son Estados capitalistas-imperialistas, opresores y explotadores del proletariado.
Es en esa izquierda burguesa y reaccionaria, de la cual el partido Morena es uno de sus más destacados representantes (en la cual hay que “anclarse”, aconseja Obrador, la burguesía capitalista no se ha liberado ni jamás se liberará de su miedo al comunismo verdadero.
Cuando Obrador predica que “hay que anclarse en la izquierda”, se refiere al “socialismo” que ellos han aplicado durante 24 años en la Ciudad de México (desde 1997).
Regímenes de “izquierda” llenos de militares y policías por doquier (nada diferente al resto de los estados gobernados por la derecha), bajo el cual la miseria de las masas trabajadoras de la Capital ha empeorado. En esos 24 años que lleva la “izquierda” en el poder, en la Ciudad de México, la pobreza de la clase obrera no se ha remediado ni tantito.
Similar situación prevalece en estados y municipios del país donde los gobernantes del partido Morena llevan a cabo esa política “socialista”. Por ejemplo: en Chiapas el gorila, Rutilio Escandón y en Tabasco, los trogloditas de la Ley Garrote. Un socialismo hitleriano.
Para Carter, Nixon, Reagan, Trump y para Biden, y para tantos otros capitalistas imperialistas, ese “socialismo” es un socialismo bueno. No violento, “que no quiebra ni un vidrio”. “una izquierda decente”. Regímenes “socialistas” que les abren las puertas, de par en par, a los todopoderosos monopolios mundiales.
Dráculas inversionistas extranjeros que vienen solo a chuparle la sangre a la clase obrera y a saquear el país. A esa clase de “socialistas” los necesita el gran Capital como pantalla “humanista”. Para que le saquen las castañas del fuego.
La burguesía precisa de esos gobiernos de “izquierda” para poder seguir engañando a las masas pobres, cuando sus otros partidos se han desenmascarado y llenado de oprobio, provocado el desprecio y el odio del pueblo (verbigracia el PRI y el PAN).
Asimismo, el verdadero socialismo proletario no busca la simpatía de la clase media pequeñoburguesa, mucho menos de ningún gran potentado. Los obreros y pobres son millones, los burgueses capitalistas un insignificante puñado. El proletariado no requiere de quintacolumnistas en sus filas.
En la clase capitalista, decía Engels, es imposible encontrar una partícula de humanismo. “Anclarse” en la izquierda burguesa -es decir, en el “socialismo del Siglo XXI”, como recomienda el “amoroso”- no es otra cosa más que seguir chapoteando en reaccionario y hediondo pantano. Es continuar sometidos a los dictados del imperialismo. Principalmente del norteamericano.
Atentamente,
Javier Antuna.
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