El chiste de esta película de Jane Campion es el final. Mientras tanto, lo que se valora es la interpretación que el británico Benedict Cumberbatch hace de Phil Burbank, un vaquero solitario cuya vida es trastornada cuando su hermano George (Jesse Plemons) se casa con Rose Gordon (Kirsten Dunst).
Burbank es carismático, pero a la mala. Y está convencido del interés monetario de Rose, pues a este par de rancheros, lo que les sobra es dinero.
La víctima inmediata de Phil es Peter (Kodi Smith-McPhee), hijo de Rose, de quien se burla por lo que percibe como sus maneras afeminadas. Sus trabajadores participan en el constante acoso al adolescente, y aquí, la verdad Smith-McPhee se mide con Cumberbatch, un actor tan brillante y experimentado que es difícil de alcanzar. Ambos están nominados al Globo de Oro y las razones sobran.
De hecho, este filme de Campion quedó mano a mano con “Belfast”, de Kenneth Branagh, con siete oportunidades de ganar el premio otorgado por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood.
Volviendo a este poderoso largometraje, que a su vez parece retomar el género western sólo para explorar los recovecos de la masculinidad, gran parte de lo que sucede es un juego psicológico entre personajes extraordinariamente bien definidos. Rose lucha con un mundo que insiste en derrotarla, George es un típico pasivo-agresivo, el muchacho es una verdadera revelación y Phil es simplemente brutal, tanto que la película llega a ser incómoda, pero no deja de intrigar, y, además, se suma el bello trabajo de cinematografía en manos de Ari Wegner.
En definitiva, Netflix se anotó un 10 al sumar este título a sus estrenos. ****
Punto final. – Kenneth Branagh, de las filas shakespearianas, qué director tan excepcional. Sin duda.
