La figura de la Época del Cine de Oro en México, Alfonso Mejía, falleció de muerte natural a los 87 años al Norte del país, en Chihuahua, heredando al mundo su interpretación como Pedro, en “Los olvidados”, estrenada en 1950, del afamado cineasta Luis Buñuel, con la que sería premiado con el Ariel por el gremio cinematográfico mexicano, y la UNESCO.
Sin duda alguna, Mejía se catapultó a la historia por aquella película de Ultramar Films que causó revuelo en su tiempo, además de opiniones encontradas por retratar la crudeza de la precariedad en la capital mexicana, para luego continuar su carrera como uno de los galanes del cine en México hasta 1970, cuando se retiraría después de participar en el filme “Rubí”.
El histrión hoy occiso nació en la Ciudad de México el 16 de diciembre de 1934, y en su carrera acumuló 11 premios Ariel por la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, entre ellas, la de Mejor Actor Infantil, y diversas apariciones en el festival de Cannes, hasta donde llegó su desarrollo y prolífica carrera en el séptimo arte.
Cabe mencionar que Mejía sumó grandes celebraciones por la cinta “Padre nuestro” (1954), y “El túnel” (1956), así como por “La bienamada”, “Juventud desenfrenada”, y “la edad de la tentación”, entre otras como “Juventud sin Dios”, y “Por mis pistolas”, a lado de Mario Moreno Cantinflas.
Tras su retiro del cine, Mejía trabajó en el canal 28 en Chihuahua –, donde años atrás filmó “Tarahumara” –, como productor, asesor y maestro en el Centro de Capacitación para Televisión.