Morelia, Michoacán.- Diversas personificaciones de la muerte, escenificadas por elegantes catrines y majestuosas catrinas de ballet folclóricos desfilan por la calle Francisco I. Madero, en el corazón geográfico de la capital michoacana, donde familias enteras viven con fervor el Día de Muertos, tomando banquetas y la artería principal del centro.
Rostros pintados de blanco y negro habitando cuerpos de mariachi, indígenas, veracruzanas, calaveras, niños, niñas, jóvenes, y hasta perros xoloizcuintles invadieron por más de una hora las calles de cantera, y las construcciones coloniales, desde el acueducto hasta la Plaza de Armas, pasando por la Catedral de Morelia.
Con las flores de cempasúchil avivando una pintura que conmemora a sus muertos, y celebra la tradición ancestral de los pueblos originarios hoy, reunidos para caminar entre aplausos y el vitoreo de “Viva Michoacán”, al compás de las danzas, la luz de las velas, y la imaginación postrada en los rostros, vestimentas, y hasta el paso de automóviles fúnebres.