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sábado, febrero 17, 2024
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Tolerancia

El 28 de febrero de 1997, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 16 de noviembre como el Día Internacional de la Tolerancia, como un cimiento sólido de toda sociedad civil y un principio para impedir la guerra y mantener la paz.

La tolerancia representa el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias, así como el reconocimiento, la aceptación y el aprecio al pluralismo cultural, a las formas de expresión, a los derechos humanos de los demás y a la diversidad del aspecto, situación, comportamiento y valores de todas las personas.


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Tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia; ante todo, la tolerancia es una actitud activa de reconocimiento de los derechos humanos universales, como consagra la Declaración de Principios sobre la Tolerancia de 1995.

La tolerancia pugna por el rechazo del absolutismo, pues conlleva la responsabilidad de respeto a los derechos humanos, el pluralismo, la democracia y el Estado de derecho; implica que las personas puedan vivir libremente su diversidad y garantiza una vida libre de violencia: su práctica está sustentada en el respeto a la dignidad de las personas y cobra vigencia en los derechos humanos plenamente reconocidos por los tratados internacionales.

Una conducta tolerante necesita de la sensatez individual para respetar y aceptar las diferencias de todas las personas; implica aceptar las diferencias de la naturaleza humana y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida.


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Al escribir sobre la tolerancia quiero llamar a fortalecer la comprensión mutua entre las culturas y las nacionalidades; exhorto a vivir en paz, erradicar los discursos de odio, la discriminación y el radicalismo. Así propongo que los conflictos se solucionen mediante el diálogo, con el ánimo de entendimiento y cooperación mutua.

La palabra “tolerancia” no es de mis palabras favoritas, pues hablar de ella implica reconocer que tenemos una sociedad que discrimina y excluye; es un recordatorio de que las relaciones y la vida están marcadas por la discriminación, exclusión, rechazo y combate a lo “diferente”.

En la historia encontramos múltiples reivindicaciones por la tolerancia, como la de Mahatma Gandhi, quien dijo: “Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”.

Otro gran activista por la tolerancia es Nelson Mandela, defensor de la libertad y la igualdad del pueblo sudafricano, quien emprendió un movimiento contra la opresión de la población afroamericana, a quienes se les impedía compartir el espacio público, entre otras medidas discriminatorias.

Las reivindicaciones modernas a favor de la tolerancia condenan las expresiones de estigmatización y discriminación de las personas que han sido históricamente tomadas en cuenta para categorizar, excluir, marginalizar y discriminar, como las personas con discapacidad, mujeres, lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales; a la vez rechazan las expresiones en contra de la igualdad de género; y garantizan las nuevas libertades contemporáneas, como el libre desarrollo de la personalidad.

La tolerancia aplica la premisa que, todas las personas nacemos libres e iguales en libertades y derechos; igualmente, fortalece la universalidad, todos los derechos para todas las personas.

Promovamos las policías públicas con tolerancia. Una vez defensora, siempre defensora de derechos humanos.

 

Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.

Correo: melbaadriana@hotmail.com

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