Sacrificando lo económico por el rigor artístico, el actor Raúl Méndez protagoniza y produce “Almas rotas” de Juan Pablo Arroyo, filme en el que da un giro a su carrera con una historia introspectiva, de relaciones humanas y confrontación. Se presentará en la gala inaugural del Festival Internacional de Cine de La Paz
Alejado de etiquetas y estereotipos de una industria del entretenimiento que lo encasillan, el histrión coahuilense Raúl Méndez Martínez fue condecorado como Mejor Actor en el encuentro fílmico neoyorquino Soho -que celebra la vanguardia tecnológica y las narrativas tradicionales- por la película “Almas rotas”, filmada en Michoacán (Morelia, Pátzuaro y Zacapu) por Juan Pablo Arroyo y parte de la programación de la cuarta edición del Festival Internacional de Cine de La Paz, a realizarse del 25 al 27 de noviembre en la Capital de Baja California Sur.
“Sin duda, ‘Almas rotas’ es una cinta que permite dar a conocer mi trabajo desde otro lugar y, más que las palmaditas efímeras de Soho, es una oportunidad de sacrificar la responsabilidad de sólo dar voz, cara y cuerpo a cambio de algo económico que no cuestiona nada, por el rigor artístico en un proyecto fuera de los parámetros de un cine condescendiente a entretener”, apuntó a ZETA el actor de 46 años, quien intercambiará en FicLaPaz el peso del personaje Julián, quien regresa diez años después para recuperar a la esposa que abandonó, pero ésta se refugia en una nueva pareja, por lo que su llegada transforma la dirección del triángulo amoroso repleto de secretos y actuaciones teatrales.
“Estamos acostumbrados a un cine de mucha edición, efectos y música para no perder la atención del espectador, sin embargo, ‘Almas rotas’ es un ejercicio de guardar silencio y observar lo que pasa frente a nosotros. Un guion sólido donde los silencios incomodan, pero son una invitación a reflexionar, cuestionar quiénes somos, qué hacemos con nuestra vida y confrontar cómo nos estamos relacionando. Se hizo por el gusto de hacer cine, y ofrecer una mirada hacia adentro”, agregó el también productor asociado.
Respecto al rigor histriónico, compartió: “Cuando empecé ni internet había, las nuevas generaciones de actores confunden el ser actor, contar historias, transformarte, dejar tu ego y dar lugar al personaje, contra el hecho de ser famoso. Ya no es tan importante el talento, disciplina y rigor, sino el número de seguidores en redes sociales. El productor apuesta por lo que le va a generar en taquillas o reproducciones de streaming, y el rigor es cuando la gente olvida que eres el actor y convive con el personaje, lo habita a su ritmo, sangre y tempo, pero muchos actores quieren sobresalir de lo que el personaje debe representar en la ficción, cuando el espectador lo último que debe ver es al actor”.
Sumando créditos en producciones como “El Señor de los Cielos”, “Enemigo íntimo”, “KM 31”, “Matando Cabos” y “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas”, Méndez ha decidido salir de su zona de confort y generar sus proyectos.
“No me voy a quedar en casa esperando oportunidades, sino generar dónde me gustaría verme tanto en cine, teatro y televisión. Estoy audicionando para teatro y cocinando una súper producción cinematográfica de acción de la que tengo la trama, historia, desarrollo, final y reparto, con persecusiones, combates escénicos y explosiones, donde los buenos y superhéroes sean los mexicanos. Quiero darle un giro a lo acostumbrado que se reduce a choques, y romper estereotipos de que los mexicanos somos los malos y narcos; cambiar esa idea tan equivocada de lo que somos”, puntualizó.