Si a un municipio no ha acudido hasta el jueves 11 de noviembre, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, es a Rosarito. Quién sabe cuál será el motivo de fondo, pero lo que sí, es que ni fue a la toma de posesión de la reelecta alcaldesa Araceli Brown, como tampoco ha tenido actos públicos en el quinto municipio bajacaliforniano. Conocido es que Brown es hechura política del ex gobernador Jaime Bonilla Valdez, y estuvo entre las primeras ediles en aceptar la Comisión del Agua, cuando era público y notorio que la mandataria no entraría en ese plan para el Estado. O sea que Brown le seguía el juego al ex mandatario, y alejaba su camino político de la ahora gobernadora constitucional. Conocido también fue que la transición estatal, de tersa no tuvo nada, de amigable menos y de legal en la raya. Pero en el fondo, ¿qué será lo que impide a la gobernadora acudir a Rosarito? Dirán que lo dejó para la segunda quincena, aunque ya recorrió hasta San Quintín.