¿Sabe Usted qué es la FEMDO? ¿Le suena? ¿Lo ha escuchado mencionar? ¿Los ha visto en acción? Quizá la palabra SIEDO le diga algo, un atisbo para dilucidar. O a lo mejor la palabra SEID… ¿algo?
La FEMDO, es la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada, de la Fiscalía General de la República. La FEMDO es en el gobierno de Morena, lo que la SEIDO fue en el priismo de Enrique Peña Nieto, o la SIEDO en la época de Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quesada.
La diferencia entre FEMDO, SEIDO o SIEDO, más allá de las siglas, es que estas dos últimas pertenecían a una estructura de gobierno, al ser parte de lo que fue la Procuraduría General de la República (PGR), y la FEMDO, es parte de la primera fiscalía autónoma que tiene el país, en la Fiscalía General de la República (FGR).
Pero las funciones, sea una Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, o una Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada, deben centrarse en el combate y la lucha contra la delincuencia organizada, como parte de sus siglas lo indican.
Pero no es así. Al menos en la práctica y en Baja California, la FEMDO, no está presente. Y estamos refiriendo que el área de investigación de la delincuencia organizada, no tiene presencia en uno de los estados más afectados por la delincuencia organizada y los cárteles de la droga.
Efectivamente en Baja California, por lo menos y de manera muy notoria, confluyen tres grandes organizaciones criminales: Cártel Arellano Félix, Cártel de Sinaloa y Cártel Jalisco Nueva Generación, pasando por aliados que suelen tener estas mafias, como los violentísimos Salazar de Sonora, o los propios “Chapitos”, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, activos criminalmente.
En esta edición de ZETA, en portada, se presentan los nombres y las imágenes de más de 60 identificados criminales que pertenecen, mínimo, a uno de esos cárteles, pero que se han integrado algún otro.
Debido a este contexto de inseguridad, y siendo una frontera con Estados Unidos, desafortunadamente Baja California es aprovechada de manera criminal para el trasiego de droga de este país al vecino, y suele estar en los primeros sitios de los estados más inseguros. Algunas de sus ciudades, como Tijuana y Mexicali, también son miembros frecuentes del listado de las ciudades más violentas. De hecho, no en pocas ocasiones Tijuana ha figurado entre las ciudades más violentas del mundo.
Pero ni en este contexto de homicidios, inseguridad, violencia, tráfico de drogas y de armas y la presencia de tres cárteles, la FGR tiene, de planta, una unidad de la FEMDO en su delegación en Baja California para conducir las investigaciones que corresponda, imponer el Estado de Derecho y combatir a la delincuencia organizada.
¿Sabe cuántos agentes de la FEMDO hay en la delegación de la FGR en Baja California? Ninguno. Cero. Nada. Lo cual evidencia no solamente la falta de estructura de la fiscalía que comanda Alejandro Gertz Manero, sino el desinterés por combatir la delincuencia organizada en Baja California, insisto, uno de los estados más inseguros del país.
Quizá el Lector escuchó de la FEMDO cuando hace algunos meses y hasta hace unas semanas, han citado a declarar a científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, señalados, a diferencia de las células del narcotráfico en Baja California, de delincuencia organizada. Pero de ahí en fuera, nada. Nada se sabe si están persiguiendo a los líderes de las células criminales del Cártel de Sinaloa, o de Jalisco Nueva Generación, de los Arellano en esta entidad que ya sobrepasa, en lo que va de 2021, los 2 mil 650 ejecutados.
Desde 2018, la delegación de la FGR en Baja California ha sido encabezada por Victoriano Porcayo, pocos lo conocen. Muchos empresarios, comerciantes y políticos, se preguntan dónde está y de qué manera contribuye a la lucha y combate contra la delincuencia organizada en BC, pues de resultados poco o nada se ve.
Elementos de la FGE, a cargo del fiscal Guillermo Ruiz Hernández, suelen quejarse de la poca colaboración que tienen por parte de la FGR-BC para judicializar los casos de criminales que son aprehendidos con cargamentos de droga o con armas especializadas y de alto calibre. “No nos los quieren aceptar”, refirió un investigador, y otro comentó que cuando lo hacen, la delegación federal se convierte en una puerta giratoria, en la cual, así como entran los detenidos, salen libres.
Esta actitud institucional que raya en la ausencia de compromiso y coordinación por parte de la FGR para atacar el problema del narcotráfico en Baja California, va en concordancia con la estrategia de la Fiscalía General de la República que se ha concentrado más en la persecución de políticos, científicos, ex funcionarios, que en el combate a los capos, los narcotraficantes y los cárteles de la droga.
Bueno sería que el delegado de la FGR en el Estado, solicitara el apoyo que requiere para combatir la delincuencia organizada en Baja California y contribuir con otras fuerzas como el Ejército, la Marina y las policías locales, a la seguridad de esta población, cada vez más golpeada por la violencia que parece imparable ante la comisión, prácticamente todos los días, de homicidios con una brutalidad, que ha permanecido impune.
Aunque los homicidios son del fuero común, el origen de los enfrentamientos es el narcotráfico, delito que la FGR está obligada a combatir e investigar; facultad con la que en Baja California, está quedando a deber.
A ver para cuándo.