“Lo que importa de un hombre, no es como muere, sino como vive”.
-Samuel Johnson.
4.-…Que el ex procurador de la Republica Ignacio Morales Lechuga, mandó a secuestrar a su hijo Javier; lo que se pudo evitar porque el capo Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, le avisó del plan, en agradecimiento de que en su única detención en un retén militar, le salvó de un infarto; y
5.- Que un expediente del FBI prueba la participación de Manuel Camacho Solís y el Obispo Samuel Ruiz en el levantamiento armado del EZLN el día primero del año 1994.
La mayoría de los señalados en el libro de Javier Coello Trejo, ya están muertos. No pueden replicar. Pero otros no lo están y podrían esgrimir su versión. Dos de esos casos son los que a continuación se enuncian:
1.- En las declaraciones ministeriales sobre la muerte de don Eugenio Garza Sada, está la confesión de Elías Orozco Salazar. Fue él quien acciono el arma que acabó con la vida del empresario. Tras el secuestro, con sus guardaespaldas caídos, Garza Sada sacó una pistola de la guantera del vehículo y la puso en el cuello de Orozco Salazar. Este, con su arma amartillada, reaccionó y dio al traste de mantenerlo con vida por su valor político y monetario. Era el 17 de septiembre de 1973. Seis días después se anunciaba el surgimiento de la liga.
Orozco Salazar fue detenido y torturado. Estuvo en prisión 14 años, hasta que salió amnistiado por el entonces gobernador del Estado de Nuevo, León Alfonso Martínez Domínguez. Se perfiló al Partido del Trabajo (PT) y asegura que Jesús Piedra Ibarra no participó en el secuestro de Garza Sada, pues era un cuadro menor que fue azarosamente capturado por un guardia del Palacio de Gobierno de Monterrey, de donde se lo llevó la Brigada Blanca, sin que se volviera a saber de él. Eso dicen los expedientes; y
2.- La acusación de que Ignacio Morales Lechuga ordenó el secuestro de su hijo Javier Coello, por el pitazo que le dio el capo de las drogas más poderosas del momento (?) debe verse en el contexto de una confrontación política de quiénes eran con Carlos Salinas de Gortari, el subprocurador contra el narcotráfico y el Procurador de Justicia de la Ciudad de México. Más allá del enfrentamiento que tuvieron en la detención del ex director de la Dirección Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla, por el asesinato del columnista Manuel Buendía, hubo otros casos que los confrontaron. Uno de ellos fue el de las mujeres violadas en el sur capitalino atribuido a los escoltas de Coello Trejo. Para este, ésa fue la razón de su salida de la Subprocuraduría de Lucha Contra el Narcotráfico.
El libro de Coello Trejo esta interesante, lleno de anécdotas y otros muchos datos que bien podrían ser ciertos, pero que ameritan otras fuentes de verificación de lo contrario, quedará solo como un traje hecho a la medida. Así es que no espere más y adquiera el entretenido e interesante libro.
Benigno Licea González es doctor en Derecho Constitucional y Derecho Penal. Fue Presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa”, A. C.
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