Ha llegado a mi museo el libro de “Ecos y Resonancias” (y como segundo título, Primera panorámica de la pintura en Baja California). Nada más falso; una lamentable investigación de lo mejor del arte bajacaliforniano, pese a que, en efecto, sí se publica en este volumen buena parte de los creadores sobre todo de Tijuana y claro, sin dejar fuera algunos artistas de Mexicali, Tecate y Ensenada.
Este envío, esta columna, es posible sean necesarias mínimo dos, ya que el tema -aparte de ser mi favorito- me apasiona y lo domino, modestia aparte. Mis lectores de La Crónica y alternativamente El Imparcial, en que usualmente trato de política, de las ocurrencias y aciertos del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la pandemia de Morena, por esta ocasión tendrán que soportarme hablando de arte: No olvidar que ante todo soy artista plástico.
Miente el subtítulo de Primera panorámica de la pintura en Baja California. Las primeras manifestaciones de las Plástica de Baja California surgen con el inicio de las Bienales de Plástica de Baja California a partir de los primeros años de la década de los setenta en el siglo pasado: ignorancia supina de los creadores de la publicación citada; debo puntualizar los hechos al respecto.
Incluso el médico de ojos, maestro de la Facultad Artes de la UABC y artista plástico Roberto Rosique, ha publicado antes, en detalle, plástica tijuanense; y este comentador, en 2008 publicó Blancos Móviles, sobre 37 creadores (pintores) bajacalifornianos, y si no publico imágenes de su obra fue por falta de recursos, pero sí una mini biografía de cada uno y un ensayo que incluye el estilo y tendencia de su obra, en el concierto internacional del arte, y el comentario al respecto de un medio centenar de grandes pintores internacionales y sus resonancias o posible influencias con los creadores de Baja California.
Libro que va la médula de estilos y escuelas de los creadores de esta región, y que por cierto, urge de ser leído por críticos de arte expertos, que ante todo conozcan a fondo la historia del arte universal contemporáneo; desde el Impresionismo a la fecha, fundamentalmente la trayectoria del expresionismo abstracto; el expresionismo figurativo; el “Mínimal Art”, el Cubismo y el abstracto geométrico, etc. Por cierto, tarea muy difícil para los amantes del Arte Basura que tanto abunda hoy.
Los museos del mundo de arte contemporáneo representan -o son- verdearos documentos del arte los últimos 150 años.
Los creadores bajacalifornianos de finales del siglo XX se insertan en alguna de estas tendencias y por lo tanto urge estudiarlos. Blancos Móviles lo intenta. Aún no ha sido estudiado a fondo este libro. Para ser entendido a plenitud se requiere de expertos, que no los tenemos en esta provincia casi salvaje con respecto a crítica de arte de verdaderos conocedores del tema: Raquel Tibol, (+), Armando Torres Michua, (+) y algunos otros, todos radicados en la ciudad de México. En esta entidad no existen verdaderos críticos de arte y sí comentadores con frecuencia simpatizantes de sus propios gustos, que no son entendedores del amplio espectro que el arte del siglo XX, contiene. Abundaré más: Un curador regional, o crítico de arte, con frecuencia reacciona como un político que por compromiso se encuentra mirando una exposición y que le dice a su acompañante: “¿Tú le entiendes a estas pinturas?”.
Sin embargo, y para no alejarme del tema que me ocupa, una selección de auténticos artistas plásticos instalados desde hace más o menos cuarenta años y que serían ellos los verdaderos representantes de la Primera panorámica de la pintura en Baja California, aún radica en esta entidad; y son estos los más valiosos representantes de lo mejor de la plástica regional.
La mayoría de ellos creadores abstractos o expresionistas figurativos: Marco Miranda, ¡extraordinario!, y que, por cierto, no publica su obra este libro; ni siquiera mereció una disculpa. Francisco Postlethwaite, a la vez de una respetable calidad; tampoco se ha tomado en cuenta. Ambos, Marco Miranda y Francisco y Postlethwaite, son en este momento los más extraordinarios abstractos bajacalifornianos. Nadie se les compara.
De Ernesto Muñoz, se publica una pieza: “Yoremito”, de lo más mediocre de su obra. Sus mejores piezas se encuentran en las bodegas del ICBC, hoy Secretaría de Cultura. La ignorancia sin duda de los curadores de este volumen en cuestión, es obvia; es manifiesta sin más.
De Álvaro Blancarte (+) se publican dos piezas extraordinarias; no le merecieron al editor una página completa para cada una, y, las dos obras de Blancarte no merecieron adjuntar una de la otra. Tremenda ignorancia del diseñador en cuestión. A la vez, piezas que sin duda merecerían página completa, se les dedica un cuarto de página, mientras que buen aparte del arte basura se la ha publicado en página completa.
¿Te das cuenta…? Otros creadores a quienes me he de referir en el próximo envío son: Franco Méndez Calvillo; Francisco Corrugado, Manuel Aguilar (+), Carlos Coronado y más; ninguno de estos aparece con su mejor obra en el libro citado. De Muñoz Acosta se publica en la página 43 una de sus peores obras; por cierto, en los almacenes del ICBC, hoy Secretaría de Cultura se encuentran 28 de sus pinturas; toda extraordinarias.
Me pregunto: ¿Quién ha realizado la pésima selección de las pinturas y autores que aparecen en el libro citado? ¿Serán estos personajes expertos curadores del mejor arte hoy en Baja California, como el subtítulo del libro sugiere?
He de tratar sin embargo para el segundo envío, de cualquier forma, lo positivo de esta publicación: Claro que tiene aciertos y, ante todo, el apoyo manifiesto del gobernador saliente Jaime Bonilla. Resulta muy difícil para los políticos de Morena (“Primeros los pobres”) invertir en arte, que a juicio de los “morenitos” es una actividad “Fifí”. ¿Sera…?
Queda mucho por tratar del libro Ecos y resonancias; incluso de su portada pésima. Una barbaridad plagada de ignorancia, son duda.
Atentamente,
Rubén García Benavides.
Correo: rubengarciabenavides@gmail.com
Sitio web: rubengarciabenavides.com