Fue una auténtica celebración, a diferencia de otras culturas, donde la gente queda en una devastadora crisis emocional, totalmente desolados.
Por el contrario, quienes tuvimos la honrosa oportunidad de encontrarnos en el evento, fuimos afortunados testigos de un auténtico concierto musical, pletórico de mensajes tan profundos que incluso conocimos el contenido de una carta preparada por la abuelita, especialmente para el momento que compartimos, aunque ya no estaría en el mundo terrenal.
El 31 de octubre del 2021, a la edad de 91 años, trascendió al plano celestial la queridísima señora Josefina Zaldívar Serrano, madre del apreciado líder espiritual Carlos Perea Zaldívar, Pastor de la Comunidad Cristiana Kayros, a quien conocimos además como administrador de Alianzas Evangélicas.
Doña Josefina nació en Ciudad de México en 1930, hija de Víctor Zaldívar y Julia Serrano, habiendo asistido al Seminario Nazareno; posteriormente éste fue trasladado a San Antonio, Texas, con el nombre de Seminario Nazareno Hispanoamericano, donde concluyó sus estudios teológicos en 1952 y regresó a servir en el ministerio a su ciudad natal.
En 1953 se casó con Carlos Perea, iniciando un pastorado por más de 50 años, procreando 5 hijos. Trabajó en educación cristiana para todas las edades, participando en evangelismo, misiones, consejería, acción social, prisiones y otras actividades, como llevar pozole o tamales a los retenes, a los oficiales en servicio desde la década de los 70s en Año Nuevo y otras actividades. Siempre con una sonrisa y una palabra amable, incluso hasta una broma.
A lo largo de 68 años de servicio a Dios, fueron muchos quienes la adoptaron como madre y abuelita, llamándola cariñosamente “abuelita Chepis” o la “abuelita de Kayros”.
Sin duda, doña Josefina dejó una huella imborrable y generó un referente, así como un ejemplo de servicio cristiano; el gran legado de servicio, amor a Dios y fe inquebrantable para las nuevas generaciones.
¿Por qué se realizó una celebración en lugar de un servicio lleno de dolor y lágrimas? La respuesta la da la comunidad cristiana Kayros: “Fuimos enseñados a amar a Dios, su palabra y a nuestros semejantes; fuimos desafiados a ser mejores y a alabar a Dios en toda circunstancia, por eso esta familia canta cuando está feliz y también cuando estamos tristes”.
Sin duda las palabras del autor de Proverbios la describen bien: Mujer virtuosa ¿quién la hallara? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
La abuelita Chepis mantuvo su mente ágil y a sus 91 años aún podía recitar versículos bíblicos de memoria e hilar sus ideas para compartir de la Palabra de Dios, que amó toda su vida.
En el servicio estuvieron presentes sus hijos, nietos y bisnietos, quienes agradecieron las muestras de afecto y oraciones por la familia, diciendo: “No te extrañe, pero fue su deseo que hoy no fuera una reunión triste, sino una celebración de alabanza y acción de gracias al Dador de la Vida; y aunque nos duele la separación, nos gozamos que mamá ha graduado de esta tierra a las mansiones”.
De su carta de despedida, resaltamos algunos párrafos:
“Muchas gracias por estar esta noche acompañando a mi familia. Aunque es un tiempo solemne, no deja de ser una fiesta; pues llegar a un lugar donde no habrá más dolor, ni tristeza ni llanto ¡esto hay que celebrar!”.
“Amigos de la edad de oro y jóvenes con los que amisté, fue un gozo participar de los estudios bíblicos y las bromas que nos causaron tanta risa; así pasamos el tiempo”.
“Gracias pastor, ancianos, servidores, a las señoras de la P.G.R., amigos e Iglesia Kayros, por el amor tan cálido que me dieron. Dios los bendiga a todos, sean fieles “maranata”. Jesús viene”.
Todo es cuestión de recordar con amor a la Abuelita Chepis.
Alberto Sandoval ha sido educador de adultos, profesor de bachillerato, catedrático universitario, servidor público, conferencista, deportista y activista ciudadano.
Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albsandoval.blogspot.com/ Facebook: Alberto Sandoval. Twitter: @AlSandoval